Las torturas y los abusos son moneda corriente en las cárceles libias controladas por insurgentes que derrocaron al presidente Muamar Khadafi hace dos años, denunció el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. “La situación es alarmante y mientras hubo algunos progresos, hay una necesidad urgente de reanudar los esfuerzos para evitar la tortura, investigar las acusaciones y acusar a los responsables”, explicó la alta comisaría de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay. Según el informe, lo que facilita las torturas es que el actual gobierno libio dio muchas de las cárceles del país a grupos armados.