Luego de varios días de una fuerte polémica entre ministros socialistas en torno de los desalojos de gitanos, el presidente socialista François Hollande advirtió ayer “por última vez” a los integrantes de su gobierno que deben mostrar unidad y terminar con los contrapuntos. La polémica sobre la cuestión de los gitanos volvió a irrumpir en las últimas semanas, cuando el ministro del Interior, Manuel Valls, multiplicó y mediatizó los desalojos de asentamientos gitanos acompañando a las excavadoras y escoltado por decenas de policías. El accionar de Valls y su duro discurso generaron airadas críticas en el seno del gobierno, principalmente de la ministra de Vivienda, la ecologista Cécile Duflot, y del ministro de Economía Social, Benoît Hamon, quien además dirige el PS. Ayer a la mañana, la radio y la TV revelaron que Valls reconoció el martes ante el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, haberse expresado con “torpeza” y “frases ambiguas” sobre la supuesta falta de voluntad de integración de los gitanos.