El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que un presunto miembro de Al Qaida, capturado en Libia en una operación comando estadounidense, estuvo involucrado en ataques en los que murieron muchos norteamericanos, luego de que ese país exigiera la devolución del hombre arrestado. “El libio Abu Anas al-Libi ayudó a planear y ejecutar complots que mataron a cientos de personas, muchos estadounidenses. Tenemos fuertes pruebas de ello. Y será llevado ante la Justicia”, dijo Obama en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, en la que prometió que su país seguirá persiguiendo a Al Qaida donde sea.

Estados Unidos respaldó a los grupos que depusieron a Khadafi, aunque algunos de ellos integraban la red Al Qaida, como había denunciado el líder derrocado. En esa medida fue aliado de sus enemigos, pero el sábado, soldados estadounidenses, agentes del FBI y la CIA capturaron a Al Libi, un supuesto cabecilla de Al Qaida, en Trípoli, y lo trasladaron a bordo del buque de ataque anfibio USS San Antonio, a un lugar no revelado en el mar Mediterráneo, donde está siendo interrogado, según dijeron las autoridades. El Congreso Nacional libio exigió que Estados Unidos devuelva al presunto militante islamista y calificó su captura de secuestro y violación flagrante de la soberanía nacional, mientras que el gobierno libio convocó a la embajadora norteamericana, Deborah Jones, para pedirle explicaciones. Jones dijo que dio garantías a las autoridades con las que se reunió de que Al Libi está siendo tratado humanamente.

El primer ministro libio, Ali Zeidan, insistió en que todos los libios deben ser juzgados en su propio país. Hasta ahora, Estados Unidos se negó a decir en público si su operación contó con el permiso del débil gobierno libio, aunque insistió en que la acción fue legal, según la ley norteamericana. Sin embargo, Obama se negó a contestar una pregunta sobre si la operación en Trípoli respetó la ley internacional.