Vie 25.07.2003

EL MUNDO  › LA ECONOMIA DEL ESTADO DE CALIFORNIA EN ROJO

El termómetro se recalienta

El gobernador californiano, Gray Davis, se enfrentará a un referéndum de destitución en octubre. Pasado julio y por falta de fondos se esperan cientos de despidos de trabajadores del Estado.

Oponentes y defensores de Gray Davis, el primer gobernador de California en enfrentarse a un referéndum de destitución, comenzaron ayer una dura y costosa batalla que coincide con una grave crisis del Estado. Mientras tanto, el gobernador intenta mantener una agenda normal dominada por los esfuerzos para tratar de reducir el déficit, el mayor que haya registrado cualquier estado de la Unión en toda su historia. Por otro lado, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, inició ayer una campaña para predicar los beneficios de su programa económico con el fin de contrarrestar su caída en las encuestas por su manejo de la economía.
Un alto funcionario del gobierno anunció ayer que los californianos deberán decidir el próximo 7 de octubre si destituyen a su gobernador, el demócrata Gray Davis. Hoy todas las miradas estarán focalizadas en la estrella de cine Arnold Schwarzenegger, quien deberá anunciar en las próximas horas si le interesa incursionar en las aguas políticas. El vicegobernador Cruz Bustamante anunció la fecha de las elecciones, pocas horas después de que el secretario del estado de California, Kevin Shelley, certificara que las organizaciones que lideraron una campaña de destitución contra Davis presentaron las suficientes firmas válidas para convocar a unas elecciones especiales en el estado. De esta forma, Davis se convirtió en el primer gobernador californiano en la historia que enfrenta una consulta de destitución en su contra y el segundo en el país.
El gobernador dijo en repetidas ocasiones que luchará contra la destitución como un tigre y dijo sentirse confiado de que, cuando acudan a las urnas, los votantes de California no van a sustituir a una agenda progresista por una de derecha. En principio, la votación que se realizará en octubre próximo tendría dos partes. En la primera, el votante indicaría si Davis debe ser destituido del cargo para el cual fue reelegido hace ocho meses. Si la respuesta es positiva, debería indicar quién debe sucederlo. El plebiscito coincide con un grave estancamiento de la hasta hace poco exultante economía californiana, cuna de las industrias de Hollywood y Silicon Valley, que se enfrenta a un astronómico déficit presupuestario de 38.000 millones de dólares. Quien sea que tome las riendas de California deberá hacer malabarismos para levantar su estancada economía, opinan los analistas, quienes prevén un crecimiento nulo para el “Estado Dorado”, en otros tiempos uno de los más ricos del mundo.
Todos los expertos coinciden en esto: el principal obstáculo que el Estado debe superar en forma inminente es aprobar este presupuesto, cuando el año fiscal estadounidense se inició el pasado 1º de julio. “Este estado tiene la riqueza necesaria como para tener un presupuesto. Pero me es muy difícil poner una buena cara ante esta parálisis política. No puedo ocultar esto”, señaló el secretario del Tesoro de California, Phil Angelides. Según datos oficiales, los fondos que tiene disponibles el gobierno estatal cubren los gastos de julio. Después de esta fecha se esperan despidos de cientos de trabajadores del Estado, el retraso en el pago de los salarios de los funcionarios que resten y falta de efectivo hacia el final del verano. Republicanos y demócratas se encuentran desde hace casi cuatro semanas negociando en el Congreso del estado para aprobar este presupuesto, que cada vez parece más lejano. Para aprobar la ley presupuestaria se requiere el voto de dos tercios de los legisladores de ambas cámaras, por lo que se necesita un acuerdo entre ambos partidos.
Por otro lado, Bush inició la campaña para predicar las ventajas de su plan económico. Desde un centro del Departamento del Tesoro en Filadelfia se comenzarán a enviar hoy algunos de los más de 12 millones de cheques de 400 dólares a 25 millones de familias por cada hijo que tengan. Sin embargo, 6,5 millones de familias pobres no recibirán la ayuda, ya que no ganan lo suficiente para pagar impuestos federales. Bush quiere acentuar aquí y luego en Michigan los beneficios de su programa económico, que pretende reactivar la economía con las rebajas de impuestos de 330.000 millones de dólares en diez años que el Congreso aprobó en mayo. El gobierno prevé que el déficit federal alcance 455.000 millones de dólareseste año y 475.000 millones en 2004. Estas cifras record contrastan con el superávit de 236.400 millones de dólares en el año fiscal 2000 que Bush heredó de Bill Clinton. Bush necesitará el repunte de la actividad económica si no quiere que le pase como a su padre, que ganó la Guerra del Golfo de 1991 pero perdió la reelección de 1992.

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