Un tribunal israelí absolvió ayer al político de ultraderecha Avigdor Lieberman (foto) de cargos de corrupción, dejando libre el camino para que reasuma su puesto de canciller y resurja en una posición fortalecida como un potencial sucesor del primer ministro, Benjamin Netanyahu. El unánime veredicto es un revés para las ya problemáticas negociaciones de paz con los palestinos, cuya premisa de alcanzar un acuerdo sobre todos los temas importantes, Lieberman ya ridiculizó públicamente. Lieberman, de 55 años, conocido por su fuerte racismo contra la minoría árabe de Israel y por sus exabruptos verbales contra el presidente palestino, Mahmud Abbas, fue acusado de abuso de confianza y fraude por tratar de promover la carrera de un ex diplomático que le brindaba información sobre una investigación penal sobre sus prácticas empresarias. Ha sido el mayor desafío del inmigrante nacido en Moldavia en una carrera llena de acusaciones de corrupción. Un panel de tres jueces falló unánimemente que Lieberman no estaba comprometido en acciones penales, aunque los jueces dijeron que había actuado “indebidamente”.