Mar 12.11.2013

EL MUNDO  › EL ESTILO CONFRONTATIVO DE EVELYN MATTHEI NO CONVENCE, TAMPOCO EL POCO APOYO DE SUS CORRELIGIONARIOS

La derecha menoscaba a la derecha

La última palada de tierra a la candidatura de Matthei la echó Carlos Larraín, del oficialismo. Faltando seis días para las elecciones sostuvo que fue un error de su sector haber bajado a Laurence Golborne de la carrera presidencial.

› Por Christian Palma

Desde Santiago

La candidatura presidencial de la derecha chilena hace agua por todos lados. La campaña de Evelyn Matthei, hija de un ex militar que acompañó a Augusto Pinochet en la Junta Militar desde 1978 y férrea defensora de las políticas instauradas en la dictadura, no ha logrado convencer al electorado, hecho que se ha reflejado en las encuestas, que no le dan más del 20 por ciento de apoyo a escasos cinco días de los comicios. Si bien la también ex ministra de Trabajo de Sebastián Piñera agarró un fierro caliente tras la bajada de los otrora candidatos oficialistas Laurence Golborne (que hasta antes del rescate de los 33 mineros de Atacama, figuraba como el ministro menos conocido del gabinete) y Pablo Longueira (víctima de un severo cuadro depresivo), el estilo confrontativo y crítico de las demás candidaturas que ha caracterizado a Matthei en esta campaña no le ha servido como trampolín electoral.

Inclusive desde La Moneda el apoyo ha sido silencioso. Casi por cumplir. Como sabiendo que la paliza se viene fuerte y no hay que “mancharse” para no afectar el regreso del jefe Piñera en 2018. Así fue en septiembre, cuando el aniversario 40 del golpe de Estado perpetrado por Pinochet le estalló a la cara a la hija del ex comandante de la Fuerza Aérea, al tiempo que Piñera miraba para otro lado y salía limpio de polvo y paja de ese odioso pasado que todo pinochetista quisiera enterrar para siempre. Sobre todo los que aspiran a algún cargo de elección popular.

Así las cosas, la última palada de tierra a la candidatura de Matthei la echó el propio presidente de Renovación Nacional (uno de los dos conglomerados de la derecha chilena), Carlos Larraín, quien ayer en el diario La Tercera sostuvo que fue un error de su sector, en especial de la Unión Demócrata Independiente (el otro partido que da sustento al gobierno de Piñera), el haber bajado a Laurence Golborne de la carrera presidencial al no dejarlo participar en las primarias del sector.

“Creo que fue un error bajarlo, claro que sí. Debieron permitir que ese tema se decidiera en la primaria. ¿Para qué hicimos todo el empeño que hicimos? La primaria nos chupó muchas energías, mucha fuerza. Reunimos 800 mil votos, que no deja de ser, conocidos los hábitos mentales de nuestra feligresía. Y todo ese esfuerzo, perdido. Ese debió haber sido el pedestal de nuestra campaña política. Y ahí habríamos sabido quién era quién. Pero les vino pánico escénico en la UDI y lo bajaron. Creo yo que fue una equivocación.”

En esa línea, Larraín agregó que “era ya entonces la figura mejor evaluada frente a Michelle Bachelet. El otro día estuve revisando unos diarios viejos... El electorado nuestro está turnio. No saben para dónde mirar. Eso es lo que les pasa”. Y fue más allá. Consultado respecto del futuro de la derecha tras las elecciones del domingo, el presidente de RN aseguró que “todo depende de si nuestras huestes se levantan o no el domingo a votar. Ahí está nuestro gran déficit: no hemos sabido entusiasmar a nuestro electorado normal, el que casi siempre nos da en torno del 40 por ciento. Ese es nuestro pecado, y ahí es donde tenemos que hacernos muchas preguntas, mucha gente, no sólo los partidos”.

Las declaraciones del experimentado político no fueron el regalo que Evelyn Matthei quería para celebrar sus sesenta años, cumplidos ayer. Sabiendo que una nueva pelea en el interior de la Alianza podría bajar aún más sus posibilidades de pasar a una segunda vuelta con Michelle Bachelet, Matthei optó por la buena crianza. “A Carlos Larraín lo quiero mucho, muchísimo, y si él dice algo... tiene derecho a decir lo que quiere, y la amistad y el cariño no se destruyen... Entre todos nosotros lo que tiene que primar es la camaradería, la alegría, el optimismo y por sobre todo las ganas de sacar el país adelante”, agregó.

Acto seguido, insistió en criticar el programa de gobierno de Bachelet, en especial las reformas educativa, tributaria y constitucional que promueve la candidata de la Nueva Mayoría y el gasto electoral de su campaña, el cual consideró “brutal”. También aprovechó de llamar a la participación el próximo domingo: “Les quiero pedir que realmente cada chileno asuma su responsabilidad, que piense muy bien qué tipo de país quiere, un país que siga progresando, que siga adelante, o un país que hay que echarlo abajo y partir de cero”, concluyó.

El cierre central de la campaña de Matthei será el 14 de noviembre en la ciudad de Chillán, al sur de Santiago. Finalmente se optó por un solo acto, en desmedro de dos más que se pretendía hacer en otras regiones. Bachelet, por su parte, según explica La Tercera, realizará su acto final de campaña el mismo día en el popular parque de la Quinta Normal de Santiago.

Otro de los candidatos que tienen posibilidades de pasar –de haberlo– al ballottage es Marco Enríquez Ominami. MEO terminará su campaña en la Plaza de San Bernardo, comuna popular y masiva. Por su parte, Franco Parisi, el candidato independiente que ha sido la sorpresa de esta campaña, realizará su cierre de campaña en la plaza de la sureña ciudad de Concepción.

Los demás candidatos –son nueve en total– están definiendo la mejor estrategia para conquistar los últimos votos para pasar a segunda vuelta. Por ahora, sólo Bachelet tendría ese privilegio. Esto, claro, si no gana en primera vuelta, como dicen las encuestas y para lo cual la derecha sigue contribuyendo.

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