EL MUNDO › POR LO MENOS 26 MUERTOS Y 80 HERIDOS EN UNA NUEVA JORNADA DE VIOLENCIA
Irak volvió a vivir una jornada marcada por la violencia sectaria, que ayer se cobró al menos 26 muertos y más de 80 heridos en todo el país. Entre las personas asesinadas hubo peregrinos chiítas que celebraban una fecha sagrada y el alcalde de la convulsionada Faluja, quien murió baleado por un francotirador.
Adnan Hussein, alcalde de la ciudad ubicada 65 kilómetros al sudoeste de Bagdad, fue alcanzado por un disparo cuando visitaba un proyecto de limpieza en un barrio céntrico de mayoría sunnita, que fue el principal bastión insurgente en los primeros años posteriores a la invasión estadounidense de 2003. Una fuente policial local agregó que el funcionario viajaba dentro de un auto, acompañado por un convoy, que también fue tiroteado. Dos de sus acompañantes, entre ellos una ingeniera y un guardaespaldas, recibieron heridas de diferente consideración.
Un grupo de atacantes no identificados había intentado asesinar al alcalde de Faluja la Navidad pasada, al lanzar una bomba contra el convoy de autos que lo transportaba. En aquella ocasión, tres guardaespaldas resultaron heridos. Como gran parte del oeste de Irak, Faluja es una de las regiones que registran más atentados y actos violentos, atribuidos a los grupos insurgentes sunnitas que rechazan al actual gobierno central del primer ministro chiíta, Nuri al Maliki.
Horas antes del ataque contra el alcalde Hussein, el consejo de la provincia de Al Anbar, que incluye a Faluja, había anunciado que reemplazaría al comandante de la policía provincial, general Hadi Rzaiyj, por el creciente deterioro de la seguridad en esa parte del país. Pero el aumento de la violencia sectaria no se circunscribe sólo al oeste iraquí, cercano a la frontera con Siria y donde se concentran provincias y ciudades de mayoría sunnita.
Al menos ocho personas murieron y otras 30 fueron heridas cuando dos bombas explotaron, en medio de una procesión chiíta, en una zona ubicada 25 kilómetros al este de Baquba, en la provincia de Diyala, fronteriza con Irán. Los fieles chiítas de todo el mundo conmemoraron ayer el Ashura, una celebración que recuerda la muerte de Hussein, el nieto del profeta Mahoma, que cayó en la batalla de Kerbala en esa misma región en el siglo VII. Además, otras 10 personas murieron y 12 fueron heridas en otro ataque con un coche bomba contra un retén policial cerca de la norteña ciudad de Tikrit, según informó la agencia de noticias nacional iraquí Nina.
Fuentes de las fuerzas de seguridad también informaron que cuatro personas murieron, entre ellas tres niños y una mujer, y 13 resultaron heridas, en un doble atentado con explosivos que tenía como objetivo la casa de un soldado en Ramadi, en la provincia de Al Anbar. En el norte del país, en tanto, tres policías murieron y dos resultaron heridos cuando su patrulla pisó una bomba colocada en la vera del camino en la ciudad de Mosul.
Ningún grupo se adjudicó la responsabilidad por los atentados, pero desde abril pasado Irak vive un repunte de la violencia sectaria y política que ya dejó más de 6000 muertos y más de 10.000 heridos, según cifras de las Naciones Unidas.
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