Desde Santiago

“No votaría por Giorgio Jackson ni Camila Vallejo.” La sentencia pertenece a la flamante presidenta electa de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), Melissa Sepúlveda. Tanto Jackson como Vallejo fueron presidentes de las dos federaciones universitarias más importantes del país, el primero de la Universidad Católica y la segunda de la propia Universidad de Chile. Además se convirtieron en las caras más visibles del movimiento estudiantil que partió en 2011 y que, entre otras cosas, hicieron renunciar a tres ministros, pusieron contra las cuerdas la aprobación ciudadana del presidente Sebastián Piñera e instalaron en la agenda las demandas secundarias y universitarias hasta hoy, a cuatro días de la elección presidencial. Los dos son ahora candidatos al Parlamento, aprovechando el trampolín político que les dio liderar a miles de jóvenes que salieron a las calles a protestar contra un modelo que niega la educación de calidad y gratuita para todos. Ambos, también, han sido tildados de “traidores” al movimiento, en especial la comunista Camila Vallejo, que apoya el pacto del PC y la Nueva Mayoría para volver a instalar a Michelle Bachelet en La Moneda.

“No votaría por Giorgio Jackson. Creo que las posibilidades de transformación no están en el Parlamento. Entiendo la apuesta política de los ex dirigentes estudiantiles, pero no la comparto. Por Camila Vallejo tampoco, porque tiene que ver con una apuesta política y creo que las posibilidades de transformación radican en la organización de las fuerzas sociales”, preciso Melissa Sepúlveda, la líder del movimiento Luchar, que incluye a anarquistas y libertarios y que se adjudicó la presidencia de la FECh luego de que su lista obtuviera más del 30 por ciento de los votos.

“He escuchado varias veces la crítica de la traición (de Camila Vallejo). Es errada. La estrategia del Partido Comunista siempre ha estado clara y hoy la están concretando. Es su apuesta frente al panorama político de Chile”, agregó respecto de su antecesora en la FECh.

Pero no sólo los ex dirigentes estudiantiles no cuentan con su apoyo. La estudiante de medicina aclaró que tampoco apoya la candidatura de Marcel Claude, quizás –al menos en el papel– el candidato más a la izquierda de los nueve en competencia: “En el interior de la coordinadora Luchar hay fuerzas políticas que han apoyado explícitamente la candidatura de Marcel Claude; sin embargo, la coordinadora, en su conjunto, el análisis que hace es no apoyar ninguna candidatura presidencial ni parlamentaria. No hay una identificación”, dijo tajante.

“Yo no voto. Creo que las posibilidades de transformación radican en la organización y en la fuerza que puedan constituir... No me gustaría que fuese así, pero creo que no es determinante quién salga electo presidente, en el sentido que el bloque en el poder o en este conglomerado se sigan manteniendo quienes desde la dictadura han consolidado el modelo neoliberal en Chile”, complementó.

De paso, aprovechó para responder la contradicción entre llamar a votar por ella y no votar en las elecciones del domingo: “Para nosotros una elección de una organización estudiantil no es comparable con una elección de la organización de la institucionalidad. En una organización estudiantil, sus dirigentes tienen que ser voceros de la reflexión colectiva y eso es lo que se tiene que posicionar y es lo que esperamos realizar desde la federación”.

En relación con su paladar político y social, la nueva presidenta de la FECh sostuvo que “personalmente siento una identificación con el movimiento histórico anarquista”; sin embargo, aclaró que “la organización en la que yo milito (Frente de Estudiantes Libertarios) no es una organización anarquista, sino libertaria, entendiendo eso como una serie de principios que para nosotros son fundamentales en la práctica política: que es la horizontalidad, la democracia directa y la colectividad”.

Respecto de su labor en 2014, con una casi segura Michelle Bachelet en La Moneda, Melissa Sepúlveda aseguró “que el próximo año se viene un panorama diferente para el movimiento social, porque, a diferencia de la Concertación, la Nueva Mayoría empieza a hablar desde un lenguaje que es cercano con el movimiento social. Habla de gratuidad, habla de fortalecer instituciones públicas, que era un discurso que no habíamos escuchado en elecciones anteriores”.

La joven critica además que existe un cierre institucional que impide que a través de una candidatura parlamentaria o electoral podamos lograr las transformaciones que ha venido planteando el movimiento estudiantil. “Sin duda, la resolución final de cualquier conflicto –porque se requieren modificaciones de leyes y se requiere modificaciones constitucionales– va pasar por una reformulación de estos espacios. Sin embargo, creemos que el momento de conseguir las demandas es a través de la movilización que es nuestra única garantía”, insiste.

En este escenario, insistió que ante un eventual gobierno de Michelle Bachelet, “enfrentamos una dificultad, porque su programa utiliza un lenguaje que es cercano a los movimientos sociales, pero al ver el detalle de su programa observamos que no representa el sentir de los movimientos sociales”.

Finalmente, la presidenta de la FECh determinó que las principales tareas que deben cumplir como federación son el fortalecimiento del movimiento estudiantil, mediante la convergencia de todos los grupos sociales, de tal manera que constituyan un grupo multisectorial. Otro desafío remite a reformas internas que fomenten un rol público y mayor democratización de la universidad.