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La paga del entregador
Toda duda razonable sobre la autenticidad de los cadáveres de Uday y say Hussein parece ahora disipada. El motivo es que Colin Powell, secretario de Estado norteamericano, autorizó pagar una recompensa de 30 millones de dólares a un iraquí cuya información permitió localizar y matar a dos hijos de Saddam Hussein, Uday (izq., junto a su padre) y say, según anunció ayer su portavoz oficial. Y EE.UU., se sabe, no es generoso a la hora de separarse de su efectivo. Pero en este caso, el anuncio de la recompensa tiene un sentido adicional: el de estimular a otros potenciales delatores para que entreguen el premio mayor, que es el del mismísimo Saddam. El ex dictador iraquí, junto con Osama bin Laden, es el que más cotiza en la lista de recompensas: 25 millones de dólares cada uno.