EL MUNDO › EN UCRANIA, LA OPOSICIóN NO LOGRó DERRIBAR EL GOBIERNO
Mientras las manifestaciones callejeras no daban señales de llegar a un fin, la estrategia opositora se frustraba. La polarización entre los sectores promoscovitas y los proeuropeos generó un clima de tensión.
La oposición de Ucrania fracasó ayer en su intento de derribar el gobierno con una moción parlamentaria, lo que deja sin solución las tensiones políticas en el país mientras las manifestaciones callejeras no dan señales de llegar a un fin. La moción de censura fue presentada en protesta por la decisión del presidente Viktor Yanukovich de no firmar un acuerdo para profundizar los lazos políticos y económicos con la Unión Europea y por la represión policial de manifestaciones contra esa resolución. Luego de fracasar la moción, la oposición urgió a los ucranianos a seguir con las manifestaciones, y unas 5000 personas se reunieron ante la oficina de Yanukovich para exigir que disuelva por decreto el gobierno y convoque elecciones anticipadas.
La moción, presentada por tres grupos parlamentarios opositores, obtuvo el respaldo de sólo 186 legisladores en la Rada Suprema (Parlamento), 40 menos que los necesarios. Incluso si hubiese sido aprobada, Yanukovich habría seguido en su cargo, pero el primer ministro y todo el gabinete tendrían que haber dimitido. Antes de la votación, el premier Nikolai Azarov, quien concurrió a la Rada acompañado de sus ministros, pidió disculpas en nombre del gobierno por el uso de la fuerza durante todo el fin de semana contra los manifestantes antigubernamentales, represión que le costó el puesto al jefe de Policía.
“Tanto el presidente como el gobierno lamentan profundamente que eso haya ocurrido”, dijo Azarov ante el Parlamento, desde donde descendían cantos de “¡Vergüenza!” y “¡Renuncia!” de los sectores del recinto ocupados por la oposición. Pero el primer ministro defendió la gestión gubernamental, denunció el asedio de la sede del gobierno y otros edificios clave por parte de miles de manifestantes y advirtió a los líderes opositores que las autoridades están listas para hacer cumplir la ley. “Estamos abiertos al diálogo. Les hemos extendido nuestra mano, pero si encontramos un puño, seré franco, tenemos suficiente fuerza para reprimir”, advirtió.
A su turno, Vitali Klitschko, el ex campeón de boxeo y líder del partido opositor Udar, prometió que las protestas continuarán. “Vamos a bloquear pacíficamente el edificio del gobierno y no los vamos a dejar trabajar”, dijo ante manifestantes congregados en la plaza de la Independencia luego de la sesión en el Parlamento. Durante la votación, varios miles de manifestantes se congregaron frente a la sede del Legislativo, que estaba rodeado por furgonetas blancas de la policía y agentes antimotines.
El líder del partido nacionalista Svoboda, Oleg Tiagnibok, señaló que el pueblo ucraniano debe expulsar a la banda de delincuentes que se encuentra en el poder, pidió la impugnación del jefe del Estado y demandó la celebración de elecciones parlamentarias y presidenciales anticipadas. Las palabras de Tiagnibok fueron recibidas con gritos de “Revolución, revolución” desde el sector de escaños que ocupa la oposición.
Más de doscientos soldados de la tropas del Ministerio del Interior se sumaron ayer a los destacamentos antidisturbios que protegen el complejo presidencial, situado a pocos metros de la plaza de la Independencia. El Ministerio de Defensa emitió una declaración en la que calificó de provocaciones las informaciones de algunos medios de comunicación sobre los supuestos planes de emplear efectivos de las fuerzas armadas contra los manifestantes.
Luego del fracaso de la moción, la multitud se dirigió a la plaza de la Independencia. Mientras tanto, la oficina del presidente, sin embargo, dijo que el mandatario partió de viaje hacia China, donde se espera firme una serie de acuerdos económicos. Azarov y Yanukovich afirman que quieren mayor integración con la UE, pero también que Ucrania no podría soportar ahora las pérdidas en el comercio con Rusia que presumiblemente habría sufrido de firmar el acuerdo de asociación con el bloque europeo.
Ucrania también es fuertemente dependiente del gas natural de Rusia, que en ocasiones de tensión política ha aumentado drásticamente el precio que cobra por su gas a los países vecinos. Rusia se opuso al acuerdo entre Kiev y la UE, ya que desea atraer a Ucrania a un bloque de libre comercio con varias otras ex repúblicas soviéticas.
En el Parlamento, Azarov refutó las acusaciones de la oposición de que el gobierno, al renunciar temporalmente al acuerdo de asociación con la Unión Europea, vendió Ucrania a Rusia. “Quien vendió el país a Rusia fue quien firmó en 2009 los onerosos contratos de gas”, dijo Azarov, en alusión a la encarcelada ex primera ministra y líder opositora Yulia Timo-shenko, quien cumple una pena de siete años por abuso de poder.
La disputa logró sacar a multitudes de hasta 300.000 personas a las calles de Kiev, en las demostraciones de malestar público más multitudinarias desde la Revolución Naranja, de 2004, cuando los sectores contrarios a la influencia de Rusia en Ucrania lograron revertir una cuestionada victoria electoral de Yanukovich.
El lunes, Azarov denunció que las protestas estaban descontroladas y tenían todos los signos de un golpe de Estado. En 2004, Yanukovich acusó a las potencias europeas de haber financiado y promocionado la Revolución Naranja, un levantamiento popular que cuestionó y logró revertir la victoria electoral del hoy presidente, quien era y sigue siendo considerado un férreo aliado de Moscú. Esta polarización entre los sectores promoscovitas y los proeuropeos volvió a poner en jaque la estabilidad del país hace unas semanas, después de que el presidente anunciara que suspendía la firma de un acuerdo de asociación con la UE.
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