EL MUNDO › MILLONES DE PERSONAS EN SUDáFRICA LE DIERON LAS GRACIAS AL EX MANDATARIO POR SU CONTRIBUCIóN AL PAíS
En iglesias, templos, mezquitas y sinagogas una enorme cantidad de personas le rindió homenaje al líder sudafricano fallecido el jueves pasado. Así comenzó el programa oficial de ceremonia que durará una semana.
› Por Andrew Buncombe *
Desde Soweto, Sudáfrica
En una colina sobre Soweto, varias personas vestidas con sotanas blancas se apiñaban para no perderse la voz de la mujer que cantaba. Los miembros de la congregación apostólica Johane Masowe no cuentan con un iglesia propia y dos veces a la semana, llueva o salga el sol, se reúnen para decir sus oraciones y cantar los himnos religiosos. Y este domingo tuvieron palabras especiales y canciones para Nelson Mandela. “Rezamos para que descanse en paz. Fue un gran hombre y rezamos para que haya otros como él”, dijo el sacerdote Hapson Mazoyo.
A tres días de la muerte del ex presidente de 95 años, millones de personas en toda Sudáfrica se sintieron convocadas por el día nacional de la oración, dándole las gracias a Mandela por su vida y su contribución a la nación. En iglesias, templos, mezquitas y sinagogas una enorme cantidad de personas le rindió homenaje al líder sudafricano, y de este modo comenzó el programa oficial de ceremonia que durará una semana.
Al menos 53 jefes de Estado confirmaron que van a asistir al acto público que se realizará mañana en el estadio de fútbol en Soweto o al funeral del próximo domingo en la casa ancestral de Mandela en Qunu, o a ambos. Barack Obama, David Cameron y Ban Ki-moon están entre los que participarán de la actividad de mañana.
Según fuentes oficiales, el funeral será el más grande que se realice en el mundo en años y se prevé que la logística sea extremadamente complicada. El miércoles, el ataúd con los restos de Mandela será trasladado a Pretoria, ciudad en donde se quedará por tres días. Aún no se sabe si el féretro estará abierto o no.
Entre los que concurrieron a los servicios religiosos estaban los miembros de la familia de Mandela. Su ex mujer Winnie Madikizela, estuvo en la iglesia metodista Bryanston en Johannesburgo, escuchando las palabras del presidente Jacob Zuma, quien urgió a los sudafricanos a no perder de vista los valores por los peleó el ex mandatario.
“Creímos importante que tuviéramos un día en el que todos los sudafricanos reflexionemos sobre el legado de Mandela”, dijo Zuma. “Pero quisimos recordar los valores por los que él luchó.”
Uno de los encuentros más vívidos de los miles que se realizaron ayer fue el que tuvo lugar en la iglesia Regina Mundi de Soweto, una de las iglesias católicas más grandes del país, donde unas 2000 personas se amontonaron para escuchar al padre Sebastian Rossouw, que describió a Mandela como una luz que guió multitudes. La iglesia, construida en 1964, es reivindicada por su rol de santuario durante el levantamiento de Soweto. En junio de 1976, después de que la policía mató a Héctor Pieterson, de 13 años, decenas de estudiantes se refugiaron allí ante la amenaza de que la policía irrumpiera.“El fue un icono”, dijo Danny Dube, el guía de la iglesia, en referencia a Mandela. Y mostró los impactos de bala en el techo causados por la policía aquel día cuando disparó en contra de los estudiantes. “Mandela nos unió.”
Las personas con vestidos de blanco dijeron que podían comunicarse con Dios sin estar en un edificio religioso. Como otros ayer, los seguidores de Johane Masowe, un hombre oriundo de Zimbabwe considerado un profeta, no dudaban en señalar que la religión les mitigó el dolor en tiempos difíciles. Contaron que la plegaria comienza a las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde, aunque algunas veces continúa hasta la noche. Cada noche de domingo, cantan el famoso himno de la independencia africana “Nkosi Sikele Africa”, o “señor, bendice Africa”.
Varios del grupo son inmigrantes de Zimbabwe que viajaron a Sudáfrica por trabajo y sólo consiguieron trabajar de costureros o empleadas domésticas. La mayoría de ellos dejó parte de su familia en Zimbabwe. “Vine aquí en 2008 porque quedé viuda y tenía que criar a tres hijos”, dijo Abigail Dza Dza, mientras una nube en el cielo auguraba una lluvia inminente. “Sentí que fui bienvenida”, agregó.
Doris Mnube, 42 años, llegó a Sudáfrica en los ’90, en tiempos en que no conseguía trabajo en Zimbabwe. Contó que su madre, sus dos hermanas y un hijo todavía viven allá. Dijo que Mandela fue responsable de que los inmigrantes cobraran pensiones y sus hijos fueran al colegio. “Nos aceptó y nos dio educación.”
Una tercera mujer del grupo, más joven que las otras, dijo que se sentía preocupada por el futuro. “Vivimos en paz aquí gracias a Mandela. Pero ahora nos preocupa que nos envíen de vuelta.”
El servicio religioso en homenaje a Mandela se llevará a cabo en el estadio Soccer City, cerca del grupo que se reunió a rezar por él. El servicio comenzará a las once de la mañana, pero las puertas estarán abiertas cinco horas antes. El estadio cuenta con una capacidad para 96 mil personas, por eso las autoridades van a instalar pantallas gigantes para los que no puedan ingresar. Hapson Mazoyo, el sacerdote, dijo que él no creía que fuera a participar, pero que muchos de su congregación irán, porque, dijo, “será para la gente común”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12
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