EL MUNDO › MATO NARBONDO ESTá ACUSADO EN LA JUSTICIA DE ROMA Y DE MONTEVIDEO DE HABER PARTICIPADO EN EL PLAN CóNDOR
“Se puede afirmar que el coronel retirado uruguayo Pedro Antonio Mato Narbondo está viviendo en la ciudad de Santana do Livramento, en Rio Grande do Sul”, aseguró Jair Krischke, presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos.
› Por Darío Pignotti
Desde Brasilia
El último reducto del Cóndor. Flotando sobre las aguas celestes y calmas de alguna playa presuntamente brasileña el represor uruguayo Pedro Antonio Mato Narbondo parece burlarse de los jueces que lo procesaron por su pertenencia al aparato represivo montado por las dictaduras sudamericanas en los años ‘70 y comienzos de los ‘80.
Las fotos del torturador de la panza bronceada, a las que tuvo acceso el periodista uruguayo Roger Rodríguez, circularon por algunos medios electrónicos y redes sociales de Brasil y Uruguay pocos días antes de que se realice, a finales de enero, una audiencia en el tribunal penal de Roma donde Mato Narbondo es uno de los 33 encausados por la muerte o desaparición de 23 italianos durante la guerra sucia transnacional.
“Se puede afirmar que el coronel retirado uruguayo Pedro Antonio Mato Narbondo está viviendo en la ciudad de Santana do Livramento, en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, al lado de la frontera con Uruguay”, aseguró Jair Krischke, el implacable cazador de represores en fuga que encuentran cobijo en Brasil y presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos.
Las denuncias y los minuciosos reportes de Krischke fueron gravitantes para que el Supremo Tribunal Federal accediera a deportar al uruguayo Manuel Cordero (actuó en Automotores Orletti), en enero 2010 y al argentino Claudio “Gordo” Vallejos (ESMA), en marzo 2013, luego de que este diario publicara, de primera mano, cuál era su paradero.
El uruguayo de la foto veraniega, Mato Narbondo, está acusado en las Justicias de Roma y de Montevideo de haber participado en acciones orquestadas por el Cóndor que costaron la vida de italianos o descendientes, además de su presunta vinculación con el secuestro y asesinato de los congresistas uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, ocurridos en mayo de 1976 en Buenos Aires.
En noviembre de 2013, el juez del Proceso Cóndor en Italia, Alessandro Arturi, determinó el envío de las acusaciones, traducidas al español, contra Mato Narbondo, el ex dictador uruguayo Gregorio Goyo Alvarez y otros jerarcas de Chile y Bolivia con base en los autos elaborados por el procurador Giancarlo Capaldo después de casi 15 años de trabajo.
Mato Narbondo “vive tranquilamente en la frontera de Brasil y Uruguay, del lado brasileño, y puedo decirle que luego de hablar la semana pasada con el fiscal Giancarlo Capaldo esperamos que llegue el pedido de extradición de Italia para que se pueda girar la orden de captura a Interpol”, señaló Krischke en diálogo con Página/12.
Krischke entiende que el interés demostrado por el procurador romano permite alimentar esperanzas sobre los próximos pasos de la magistratura italiana. “Hablé con Capaldo, como no domino el italiano lo hice apoyado por una traductora, le dije que Mato Narbondo se había mudado a Santana (Brasil), por eso no lo iban a encontrar en el domicilio donde figura, en la calle Sagarra 434 de la ciudad uruguaya Rivera.”
“Y le pregunté (a Capaldo) si él está interesado en pedir a Brasil la extradición y él me manifestó su disposición a hacerlo y me solicitó una serie de datos que le enviaré, posiblemente la semana que viene.”
El experto brasileño opina que todas las diligencias relativas a la extradición requieren de celeridad, porque posiblemente se entablará una “batalla jurídica” en la que no debe perderse de vista que este año, por ser el del cincuentenario del golpe, trae una carga simbólica particular.
Paralelamente, el abogado del ex coronel uruguayo, doctor Julio Favero, probablemente advertido de que sería inminente la demanda de extradición a Italia, elevó un pedido hábeas corpus preventivo ante el Supremo Tribunal Federal brasileño.
El abogado cuenta con dos cartas para prorrogar la impunidad de su cliente. Por ser hijo de una brasileña Mato Narbondo tramitó y obtuvo la ciudadanía brasileña, lo cual torna más difícil que la Justicia acepte deportarlo a Italia o, eventualmente, a Uruguay y Argentina, donde también tiene cuentas pendientes.
Además, los remanentes del Cóndor gozan, o al menos han gozado hasta ahora, de la complacencia del Supremo Tribunal, exhibida al desnudo en 2010 cuando ratificó la constitucionalidad de la ley de (auto) amnistía promulgada por la dictadura en 1979, cuya revocación es demandada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, recomendada por la ONU y exigida por la Orden de Abogados de Brasil, que promete retomar el tema al cumplirse medio siglo del golpe.
Krischke estima que el combate debe ser librado sacando provecho de algunas hendijas jurídicas.
Años atrás el ex ministro del Supremo Tribunal Federal Cézar Peluso estableció que los delitos de secuestro y desaparición son permanentes, con lo cual se tornan imprescriptibles las acusaciones contra el coronel retirado quien, en hipótesis, podría ser procesado en Brasil.
Como Mato Narbondo también tiene causas pendientes en Uruguay y Argentina se podría activar el Acuerdo de Extradición del Mercosur, y esto autorizaría que se lo juzgue en Brasil, siguiendo el principio que de “si no se lo extradita se lo procesa, en latín extraditare vel iudicare “acotó Krischke, reconociendo que no será sencillo lograr ese objetivo.
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