EL MUNDO › EL GOBIERNO ITALIANO ASEGURA QUE EL DINERO RECAUDADO SERVIRá PARA DISMINUIR LA DEUDA PúBLICA
l premier Enrico Letta anunció que el proceso de privatización de Correos y de ENAV (tráfico aéreo civil), entre otros entes públicos, deberá terminarse antes de fin de año. “Los mercados están listos para recibir el plan”, dijo.
› Por Elena Llorente
Italia comenzará una serie de privatizaciones de entes públicos, como Correos y ENAV (sociedad que gestiona y controla el tráfico aéreo civil), para lo cual la presidencia del Consejo de Ministros, es decir la oficina del primer ministro Enrico Letta, acaba de aprobar dos decretos. Se habla también de otros posibles organismos estatales a privatizar como SACE (una aseguradora de créditos a la exportación) y Fincantieri (astilleros del Estado). El dinero recaudado servirá para disminuir la deuda pública que en estos momentos supera los dos billones de euros, según las autoridades económicas del país.
Del tema se venía hablando hace bastante tiempo pero no se había visto hasta ahora ninguna medida en concreto. En cambio, Letta hizo un anuncio oficial precisando que el proceso de privatización de Correos y de ENAV deberá terminarse antes de fin de año y que no supone la venta total de las acciones ya que el Estado continuará manteniendo el control. Por su parte, el ministro de Economía, Fabrizio Saccomani, explicó que de Correos será cedido a privados el 40 por ciento del capital accionario, una parte del cual estará destinado a los empleados de esa sociedad. Esto supone que a las arcas del Estado podría entrar un total que variaría de 4 a 4,8 mil millones de euros. Mientras de ENAV será vendido el 49 por ciento, lo que significa alrededor de mil millones de euros para el Estado.
Letta aprovechó su reciente viaje a los Emiratos Arabes para anunciar internacionalmente su iniciativa. “El plan de privatizaciones italiano es ambicioso y, después de años de crisis, los mercados están listos para recibirlo”, declaró el primer ministro a la televisión Al Arabiya de los Emiratos, recordando que el objetivo de ese proyecto es reducir la deuda pública pero también atraer nuevas inversiones. En efecto, no es casual que Letta eligiera ese lugar del mundo para hacer el anuncio, escondiendo tal vez una remota esperanza de que los Emiratos, y otros de los ricos países petroleros cercanos, piensen en Italia como un buen lugar para sus inversiones.
La relación con los Emiratos se ha intensificado en los últimos meses. Se anunció, en efecto, que las negociaciones para la venta de una parte del capital accionario de Alitalia a la compañía aérea Etihad, de los Emiratos Arabes, estaría a punto de concretarse. Lo que despertó todo tipo de reticencias por parte de la compañía aérea alemana Lufthansa y, menos evidentes pero al parecer existentes, por parte de Air France, ya accionista de Alitalia con la que se mantuvieron negociaciones para una venta de más acciones que nunca llegaron a buen puerto.
Si bien los intentos de Letta parecen ser apreciados, al menos por una parte de empresarios y trabajadores, algunos dirigentes de la más famosa organización de industriales de Italia, la Confindustria, criticaron algunas frases del primer ministro en las que aseguraba a los potenciales inversionistas que en Italia la crisis económica había sido “superada”. “Italia ha salido de la crisis con sus fuerzas, sin pedirle nada a nadie. No le hemos pedido ni un euro a Europa”, había dicho Letta, recordando además que a causa de la crisis del euro y de la Eurozona, Italia se había visto en dificultades por la deuda pública acumulada en períodos precedentes. “Pero hoy estamos en un cambio de ruta. Por primera vez disminuiremos la deuda, controlaremos el déficit y tendremos un crecimiento del 1 por ciento este año y del 2 por ciento en 2015”, precisó. El presidente de Confindustria, Giorgio Squinzi, salió a rebatir los números de Letta. Según el centro de estudios de Confindustria, dijo, el crecimiento este año será del 0,6 o 0,7 por ciento. Y el año próximo, según el Fondo Monetario Internacional, podría llegar al 1,1 por ciento. Según Squinzi, esos números no son suficientes para reactivar la economía ni crear fuentes de trabajo. La réplica de Letta no se hizo esperar: “Es mejor que cada uno haga su trabajo y que la Confindustria se dedique a aumentar el Producto Bruto Interno. Nuestras cifras son justas”, subrayó.
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