EL MUNDO › RONDA DE CONSULTAS PARA FORMAR GOBIERNO Y PROTESTA POR LA PRESENCIA DE IL CAVALIERE
Los exponentes de los distintos partidos se acercaron al Palacio del Quirinal para conversar sobre el futuro gobierno con el presidente Giorgio Napolitano, entre ellos Berlusconi. Afuera, Grillo protestó por esa presencia.
› Por Elena Llorente
Desde Roma
Mientras el presidente de la república de Italia, Giorgio Napolitano, recibía en el Palacio del Quirinal –la Casa Rosada italiana– a los exponentes de los distintos partidos para conversar sobre el futuro gobierno –incluso al condenado por fraude fiscal y expulsado del Senado, Silvio Berlusconi–, grupos de indignados del Popolo Viola y los superprotestones del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) protestaban fuera del Parlamento por la osadía de Il Cavaliere, que se presentó presidiendo la delegación de su partido, Forza Italia, pero, según ellos, también la del presidente de la República, que aceptó esa presencia.
“Un condenado por fraude fiscal va a ver al presidente de la república para discutir sobre un nuevo gobierno. Encontrará un señor de casi 90 años y juntos, entre un café y un bizcocho, hablarán del futuro. De TU futuro”, escribió Beppe Grillo, líder del M5S en su blog. El M5S hizo una sentada frente al Parlamento después de que decidiera no asistir a las consultas con el presidente, de las que normalmente participan todos los partidos. Aunque teóricamente opuesta al M5S, distante varias leguas de ellos teóricamente, la derechista y racista Liga Norte, tradicional aliada de Berlusconi, también decidió no asistir a las consultas argumentando que está todo decidido de antemano.
El Popolo Viola, de su lado, envió una carta al presidente Napolitano expresándole su malestar por haber permitido el ingreso de Berlusconi al Quirinal. “Usted permitirá que un condenado entre por al puerta principal de las instituciones después de haber sido expulsado del Parlamento”. Y agregó que “el ejemplo de un presidente de la República que recibe con toda la pompa a un condenado, quedará en los anales de la historia y marcará de forma indeleble su mandato”. Y al parecer gente del Popolo Viola tiró unos cuantos tomatazos contra el auto de Berlusconi cuando se dirigía al Quirinal.
Berlusconi llegó acompañado por algunos de sus colaboradores y no se permaneció mucho tiempo con el presidente. Al salir dijo muy serio a los periodistas que seguiría estando en la oposición del próximo gobierno –presidido según se presume insistentemente por el alcalde de Florencia, Matteo Renzi–. Pero prometió mantener los acuerdos que hizo con Renzi sobre la nueva ley electoral y apuntó que dará batalla para conseguir tres de sus objetivos: reducción del peso impositivo, de la burocracia administrativa y de la opresión judicial. Berlusconi, que tiene abiertos varios juicios en este momento, siempre ha batallado contra los jueces que, según él, lo persiguen y los cataloga por eso como “comunistas”.
Las otras dos delegaciones esperadas eran las de los dos partidos que principalmente formaron del gobierno de Enrico Letta: el Partido Democrático –que asistió sin su secretario Renzi– y la del Nuevo Centro Derecha (NCD), los ex berlusconianos dirigidos por Angelino Alfano. Pero Alfano, que en el gobierno precedente era vicepremier y ministro del Interior, luego del encuentro con Napolitano dijo que su partido tiene buena voluntad pero que sólo participará del nuevo gobierno si se cumplen dos condiciones: que no se incluyan otros aliados de la izquierda y que el programa de gobierno centre su atención en la clase media de la sociedad italiana, de la que ellos son “abogados”. Pero esos acuerdos, subrayó, no se podrán hacer en 48 horas, lo que hace suponer que de Renzi no podría partir inmediatamente, como muchos esperaban.
El PD, por su parte, al salir del encuentro con Napolitano, no ofreció mayores elementos. Insistió en que quieren hacer una reforma constitucional y electoral y están dispuestos a elaborar un programa detallado que permita construir un gobierno fuerte que siga hasta 2018. Cuando se escuchó la frase del programa, a muchos periodistas les vino a la cabeza la frase dicha precedentemente por Alfano sobre la necesidad de elaborar de un plan detallado, lo que podría significar que si el programa no está perfectamente acordado y escrito, podría no haber acuerdo para el gobierno.
“Salvar un país en declinación es la prioridad”, dijo el secretario de Sinistra Ecología y Libertad, Nicchi Vendola, que en cambio subrayó que su partido, emblema de la izquierda en Italia, estará en la oposición, es decir que no participará de ninguna coalición con el PD en el próximo.
Lo cierto es que un eventual gobierno del partido de mayoría relativa, como es el PD, no sería posible sin acuerdos con otros partidos para conseguir la mayoría parlamentaria.
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