EL MUNDO › UN INFORME DE AMNISTIA INTERNACIONAL CRITICA A LAS FUERZAS DE SEGURIDAD ISRAELIES
De acuerdo con el documento, ninguno de los palestinos asesinados en 2013 parecía representar una amenaza directa o inmediata para la vida de los soldados israelíes. Para el gobierno de Israel, el informe es propaganda palestina.
Desde 2011, 45 palestinos murieron en Cisjordania a manos del ejército de Israel. El año pasado, 22 civiles palestinos fueron asesinados en los territorios ocupados. Esta cifra, que desnuda las consecuencias de la ocupación, fue denunciada por Amnistía Internacional (AI) en su informe Gatillo fácil: el uso excesivo de la fuerza por parte de Israel en Cisjordania. De acuerdo con el documento, ninguno de los palestinos asesinados en 2013 parecía representar una amenaza directa o inmediata para la vida de los soldados israelíes.
Sin embargo, el gobierno israelí acusó a la organización humanitaria de dejarse convencer por la “propaganda palestina” y calificó el escrito de sesgado y de arrojar datos falsos. “AI necesita urgentemente comprobar sus datos,” ironizó un vocero de la Cancillería israelí.
En su trabajo, AI destaca que los soldados israelíes están autorizados por sus superiores a recurrir a disparos de municiones en circunstancias en que sus vidas no corren peligro inminente, por ejemplo, contra un sospechoso que no detiene el paso cuando se le ordena hacerlo, aunque sea con la intención de herir y no matar.
Según la investigación, los soldados israelíes utilizan una amplia variedad de métodos contra los manifestantes palestinos, que incluyen químicos irritantes (gas lacrimógeno), gas pimienta y granadas de aturdimiento (bombas de sonido), aunque también recurren con frecuencia a medios letales y disparan balas de metal recubiertas de goma y armas de fuego de munición real contra los civiles desarmados. El informe se basa en investigaciones independientes y detalladas, que AI realizó mayormente en una serie de visitas a Cisjordania en 2012 y 2013. Los investigadores observaron manifestaciones, entrevistaron a manifestantes heridos, familiares de víctimas, testigos, médicos, activistas locales de derechos humanos, abogados y periodistas e inspeccionaron lugares en los que se mataron o hirieron a los manifestantes. También obtuvieron datos médicos y grabaciones de video de los incidentes, y recibieron colaboración de organizaciones israelíes, palestinas y de otros países.
El documento señala que la violencia en Cisjordania responde directamente a la ocupación israelí, que constituye una violación al derecho internacional y es considerada ilegal por Naciones Unidas. El lunes, en un encuentro en la Casa Blanca con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, el presidente estadounidense Barack Obama le pidió que su país revea la política de construcción de asentamientos en los territorios ocupados. Para Washington, este punto es crucial para la continuidad de los acuerdos de paz con los palestinos. Sin embargo, AI sostiene que, de acuerdo con datos oficiales de comercio, muchos de los productos químicos irritantes, cartuchos de gas lacrimógeno y granadas son suministrados a Israel por Estados Unidos, con la aprobación de su gobierno.
El gobierno israelí salió al cruce del escrito de la organización internacional de derechos humanos. “AI necesita urgentemente comprobar sus datos. Para ellos, todo lo que dicen los palestinos es la verdad absoluta sin necesidad de comprobar los hechos. AI ni siquiera pidió nuestra versión y sólo horas antes de la publicación del informe se dirigió a la embajada israelí en Londres para obtener una respuesta”, aseveró el portavoz del Ministerio de Exteriores de Israel, Yigal Palmor.
El ejército israelí, por su parte, justificó el uso de la fuerza ante un supuesto incremento de la violencia por parte de los palestinos. “El lanzamiento de piedras y las manifestaciones violentas son sólo una parte de la violencia palestina. Sólo en 2013 hubo 66 ataques terroristas que incluyeron tiroteos, colocación de artefactos explosivos improvisados, ataques con armas blancas y el secuestro y asesinato de un soldado”, destacó el ejército a través de un comunicado.
Sin embargo, un directivo de AI negó que el informe tuviera datos erróneos o careciera de equilibrio, y aseguró a este diario que las autoridades israelíes se negaron a cooperar con la investigación.
“AI solicitó reuniones en 2013 con las autoridades israelíes pertinentes con el fin de recabar información sobre casos específicos y discutir sus preocupaciones, pero ninguna de las autoridades contactadas acordó una reunión”, contó a Página/12 Philip Luther, director de la organización para Medio Oriente y Africa del Norte. Luther destacó que la mayoría de los fallecidos era menor de 25 años y al menos cuatro eran menores de edad. En algunos casos, hay indicios de que fueron víctimas de asesinatos deliberados que equivaldrían a crímenes de guerra, agregó.
“El sistema israelí de investigaciones vigente ha demostrado ser lamentablemente inadecuado. No es ni independiente ni imparcial, y carece por completo de transparencia”, señaló Luther. “En los últimos años se suceden en Cisjordania las protestas contra la prolongada ocupación israelí y toda una serie de políticas y prácticas represivas consiguientes. Entre ellas, figuran la expansión continua de los asentamientos israelíes ilegítimos, el muro de más de 700 kilómetros, las demoliciones de viviendas, los desalojos forzosos, los controles militares, las carreteras reservadas para uso de los colonos israelíes de las que están excluidas los palestinos, y otras restricciones a la circulación de los palestinos en los territorios ocupados”, concluyó.
Informe: Patricio Porta
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