EL MUNDO › EL SANTISMO, EL URIBISMO, LIBERALES Y CONSERVADORES LIDERAN EN COLOMBIA
El Polo Democrático Alternativo, de oposición, y opciones como Alianza Verde alcanzaron escasas curules. Entre los mayores retos del nuevo Congreso está legislar sobre los acuerdos del actual proceso de paz.
› Por Katalina Vásquez Guzmán
Desde Bogotá
Sin mayores incidentes de seguridad, ayer se eligió el Congreso de Colombia en 10.627 puestos de votación en todo el país. Hasta el cierre de esta edición, cuatro partidos lideraban los conteos de votos dejando al Parlamento en manos –como es común desde hace medio siglo– de los tradicionales partidos Conservador y Liberal, junto a las dos fuerzas políticas mayoritarias recientes: el uribismo y el santismo. El Polo Democrático Alternativo, de oposición y otros partidos como Alianza Verde alcanzaron escasas curules. Entre los mayores retos del nuevo Congreso está legislar los nuevos caminos o reformas que se deriven de La Habana, tras los acuerdos del actual proceso de paz entre el gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La jornada electoral estuvo marcada por el abstencionismo, que superó ampliamente los comicios anteriores y pudo obedecer, en parte, a la falta de legitimidad de la institución parlamentaria tras las investigaciones y arrestos a más de 30 congresistas en los últimos años por vínculos con paramilitares. Denuncias sobre corrupción y exorbitantes salarios y pensiones para éstos también hacen parte del mal ambiente sobre el Congreso de la República, que renovará sus 268 integrantes elegidos ayer. Paradójicamente, las opciones de oposición y partidos de izquierda que denunciaron las situaciones ilegales en el Congreso no sólo no alcanzaron mayorías, sino que perdieron votos y curules en las elecciones de ayer. “Qué vergüenza, seguimos en manos de los mismos criminales”, expresó Claudia Velásquez, habitante de Medellín.
Claudia López, investigadora que denunció la parapolítica y aspirante al Congreso por la Alianza Verde, fue una de las sorpresas por su alto número de votos que superó a la cabeza de la lista. “Yo voté por ella porque necesitamos gente honrada, ‘verraca’, que no le dé miedo echar al agua a todos esos corruptos de la política”, aseguró a este diario Manuel Olaya, habitante de Bogotá. Por otra parte, estaba proyectado el éxito del uribismo con un partido creado para estos comicios: Centro Democrático. Esta vez el ex presidente Alvaro Uribe usó el mismo lema de sus campañas presidenciales: “Mano firme, corazón grande”. Su campaña sorprendió, sí, aclarando al electorado que ni él ni sus aliados hacían parte del Partido de la U, originariamente formado por él. Por La U fue elegido el actual presidente Juan Manuel Santos, de quien Uribe se distanció desde el primer año de gobierno. De tres millones 995 mil votos, el 17 por ciento correspondía al partido de Uribe, lo que le dejaría unas quince curules en el Congreso.
Lo que ha ocurrido en las parlamentarias marca una tendencia para las elecciones presidenciales que se realizarán el 25 de mayo próximo. La llamada Unidad Nacional que respalda la candidatura de Juan Manuel Santos perdió fuerza con los resultados de ayer, y en especial, la fuerza que retoma el uribismo sería una amenaza para la reelección.
Entre las centenares de denuncias por irregularidades recibidas ayer por la Procuraduría y aquellos registrados por la Misión de Observación Electoral, está el apoyo abierto a Uribe Vélez por parte de las Fuerzas Armadas. Estas le expresaron su apoyo vía Twitter, incurriendo en participación política directa de parte de funcionarios, que está tipificada como delito. Con los más de 300 mil votos, Uribe vuelve al Congreso de la República desde donde, en el pasado, impulsó reformas trascendentales como la del sistema de salud, que hoy está en crisis por dejar sendas ganancias a las empresas privadas que operan los servicios de salud, una de ellas de propiedad del mismo ex presidente, y dejando en situación de vulnerabilidad a los colombianos que deben demandar al Estado para exigir la protección de sus vidas.
El balance más positivo de las elecciones se dio en materia de orden público. Por primera vez en las últimas décadas, las jornadas electorales se desarrollaron en calma, lejos de los atentados terroristas, enfrentamientos armados, bloqueos de vías, quemas de camiones con votos, secuestros y hostigamientos tradicionales en las zonas rurales del país. Los eventos desfavorables en el orden público disminuyeron en un 90 por ciento con respecto de los comicios de 2011, según indicó el Ministerio del Interior.
“Yo creo que es muy importante señalar que hoy el gran ganador es la democracia; el gran protagonista, el pueblo colombiano; y un mensaje al país de que sí se pueden realizar unas elecciones unidos y en paz”, afirmó el ministro Irragorri Valencia. Para algunos analistas, la tranquilidad en los comicios se debió a la buena voluntad de la guerrilla en el marco de los diálogos de paz que se adelantan en La Habana, Cuba. Irragorri afirmó que ayer se frustraron cuatro atentados terroristas y añadió que “en un país que ha padecido más de 50 años de conflicto armado interno es imposible no hablar de riesgos en una cita democrática”.
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