EL MUNDO › EN UN ACTO EN EL KREMLIN, PUTIN ASEGURó QUE NO QUIERE DIVIDIR EL RESTO DE UCRANIA
El presidente ruso firmó el acta de “reunificación” con los gobernantes interinos de Crimea y Sebastopol y dio claras señales de que no piensa ceder a las sanciones de la Unión Europea o de los Estados Unidos.
El presidente ruso Vladimir Putin firmó ayer con los líderes de Crimea y Sebastopol los tratados de anexión de ambos territorios a la Federación Rusa. En la ceremonia, se aseguró de afirmar que no quiere la división de Ucrania. “Habrá dos nuevos integrantes de Rusia, la república de Crimea y la ciudad portuaria de Sebastopol”, donde tiene su base la flota del mar Negro rusa, dijo Putin durante un aplaudido discurso en el Kremlin. “La gran mayoría de los rusos y los habitantes de Crimea están a favor de que así sea y sólo el pueblo es fuente de todo poder.” Se da por descontado que el Parlamento ruso aprobará también la anexión de Crimea y Sebastopol. En su discurso de casi una hora, Putin arremetió además contra las sanciones impuestas el lunes por Estados Unidos y la Unión Europea.
“No queremos una división de Ucrania, no necesitamos eso”, dejó en claro Putin. Pero aseguró que Crimea fue siempre parte de Rusia y señaló que la península tiene una enorme importancia estratégica para la región. Después de la firma del tratado con el primer ministro crimeo, Serguei Axionov, el jefe del Parlamento, Vladimir Konstantinov, y el jefe de Sebastopol –que se integrará en Rusia como ciudad federada–, Alexei Chali, Putin calificó el plan de anexión como un deber. “No pudimos dejar sin respuesta la petición de Crimea y de su pueblo. No ayudar hubiera sido una traición”, dijo, antes de asegurar que respetará a todos los grupos étnicos de Crimea y se mantendrán tres lenguas oficiales, el ruso, el ucraniano y el tártaro.
Ante los parlamentarios rusos y los dirigentes de la península, que interrumpieron una treintena de veces el discurso, el mandatario puso de relieve las “contradicciones de Occidente” en relación con Ucrania e hizo hincapié en que Crimea “ha sido y será siempre” parte de Rusia. “No pueden llamar a la misma cosa negra hoy y blanca mañana”, sostuvo, aludiendo a los países que firmaron la independencia de Kosovo de Serbia y ahora “le niegan a los crimeos el mismo derecho”.
Tras asegurar que Rusia no tiene intención de apropiarse de otras regiones ucranianas donde la población rusohablante es mayoritaria, en el este y el sureste, lanzó un elogio a los militares ucranianos que no hicieron nada para provocar un baño de sangre. Volvió a criticar a Occidente por su apoyo a las nuevas autoridades de Kiev, y comparó además la decisión de Crimea de abandonar Ucrania para unirse a Rusia con la declaración de independencia de la propia Ucrania respecto de la URSS en 1991.
Para Putin, los “socios occidentales se pasaron de la raya” y se comportaron “irresponsablemente”. También incluyó duras críticas contra los nuevos líderes de Ucrania, en el poder desde la destitución del presidente prorruso Viktor Yanukovich el mes pasado, entre los que se encuentran, afirmó, “neonazis, rusofóbicos y antisemitas”. Antes de las palabras de Putin, Estados Unidos y la UE intentaron disuadir a Moscú mediante advertencias y adoptando medidas tales como el congelamiento de cuentas y la negativa de visas a algunos líderes rusos y crimeos.
“En Crimea hay tumbas de soldados rusos, y la ciudad de Sebastopol es la patria de la flota del mar Negro”, señaló Putin. “Nos hablan de una intervención rusa en Crimea, de una agresión. Se hace raro escucharlo. No recuerdo en la historia ni un sólo caso en el que una intervención se haya realizado sin un solo disparo y sin víctimas”, añadió, en respuesta a las acusaciones de Ucrania y Occidente de que la península ha sido ocupada por tropas rusas en las últimas semanas. “Las tropas rusas siempre han estado allá. Se reforzó (la Flota), pero ni siquiera hemos superado el límite de nuestras fuerzas armadas en Crimea”, acordada con Ucrania en 25.000 efectivos, subrayó.
La firma del decreto de unificación, que entrará en vigor de inmediato, convirtió a Crimea y Sebastopol, donde se encuentra la flota rusa del mar Negro, en parte de la Federación Rusa. El acuerdo puntualiza que los habitantes de Crimea adquieren automáticamente la nacionalidad rusa si en el plazo de un mes no declaran su voluntad de mantener su actual nacionalidad. El tratado también contempla la celebración de elecciones regionales en Crimea y municipales en Sebastopol en septiembre de 2015. Hasta entonces, las actuales autoridades de Crimea, cuestionadas por el gobierno de Ucrania, seguirán en el poder. Crimea tiene unos dos millones de habitantes, de los cuales cerca del 60 por ciento son rusos, el 24 por ciento ucraniano y el 12 tártaro. En el referendo del domingo pasado, el 96 por ciento votó a favor de la independencia y de la reunificación con Rusia.
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