Dom 17.08.2003

EL MUNDO

“Hace falta tiempo y fuerzas”

› Por Claudio Uriarte

“Después de la caída de Saddam Hussein, ha quedado claro que Estados Unidos está hablando en serio, y eso influye en todo Medio Oriente.” El general de brigada Ehud Dekel es jefe de la División Enlace y Relaciones Internacionales del Ejército israelí. En diálogo con Página/12 durante una breve visita a Buenos Aires, explicó la posguerra iraquí desde la perspectiva de su país.
–¿Hay un nuevo Medio Oriente tras la invasión de Irak? ¿Hay un nuevo balance de poder militar en la región?
–Creo que sí. Luego del triunfo de la coalición angloamericana, hay más estabilidad regional que antes, porque el régimen de Saddam Hussein ya no existe. Y Saddam apoyaba al terrorismo y trataba de lograr armas de destrucción masiva. Ahora, las fuerzas que tratan de desestabilizar a la región se enfrentan a la presencia norteamericana y deben asumir un perfil mucho más bajo que antes. Eso nos da a los israelíes lo que llamamos “una ventana de oportunidad” para intentar la paz con los palestinos a través de la Hoja de Ruta, y mantener el actual cese del fuego. Tenemos que aprovechar esa oportunidad, y los palestinos también.
–Pero los norteamericanos no parecen estar teniendo gran éxito en Irak.
–Va a requerir una gran cantidad de fuerzas; no es tan simple. Creo que ellos lo sabían desde antes y se prepararon para eso. La situación ahora es bastante difícil, porque hay una gran cantidad de actores diferentes en Irak, y los norteamericanos quieren mantener la unidad de la nación. De modo que la unificación es muy importante para el futuro, y se debe proceder paso por paso. Al mismo tiempo, existen grupos guerrilleros rebeldes que están tratando de desestabilizar la situación. Y hay países como Irán y Siria que están tratando de ayudarlos. Así que es muy importante el compromiso de una gran cantidad de fuerzas por un largo plazo, para que quede claro que no hay vuelta atrás.
–¿Cuál es la capacidad militar de Siria hoy?
–Previamente a la guerra, los iraquíes trataban de buscar alguna capacidad singular que les permitiera cambiar la situación: no confrontaban directamente a los norteamericanos sino que jugaban el papel de víctimas, mientras promovían el terrorismo. Eso era porque sabían que existía una gran asimetría con las capacidades norteamericanas. Del mismo modo, los sirios usan modos indirectos, como la promoción de Hezbolá en el sur del Líbano para golpear blancos civiles en las ciudades del norte de Israel, y la ayuda militar y económica a organizaciones palestinas que operan en territorios palestinos dentro de Israel.
–¿Quiénes son los principales suministradores?
–Siria e Irán. Siria contrabandea armas desde el Líbano, y trató de abrir nuevos canales de entrega desde Jordania. Y en cuanto a Irán, recuerde el buque capturado por la Marina israelí el año pasado en el Mar Rojo con armas destinadas a Gaza. Vemos todo el tiempo envíos de armas de Irán a Siria y de Siria a Hezbolá y a organizaciones palestinas. Por otro lado, Egipto ha tratado de frenar el contrabando desde el Sinaí, pero hay muchos túneles que conectan con los territorios palestinos de Gaza bajo la frontera.
–Israel ha denunciado que Irán quiere construir armas nucleares. ¿Qué cerca estarían de ese objetivo?
–Usted sabe que existen varias etapas. Para llegar al umbral antes de la armamentización, creemos que tienen unos tres o cuatro años. De modo que es muy importante que la comunidad internacional presione para evitarlo. En este sentido, veo una mejora respecto a algunos años atrás: la mayoría ha asumido el peligro que significaría un Irán con armas nucleares. Porque los mismos países que apoyan al terrorismo son los que están tratando de adquirir armas no convencionales de destrucción masiva. Y esto es muy peligroso para todo el mundo, y no sólo contra Israel.
–¿Qué papel están jugando en esto Rusia, China y Corea del Norte?
–No tengo información sobre China, pero creo que Rusia está en el buen camino y que el problema es Corea del Norte, porque nadie parece capaz de impedir que se haga de armas nucleares, y sabemos que Irán logró su nuevo misil de mediano alcance con ayuda de Corea del Norte.
–Hablando de armas de destrucción masiva, ¿dónde están las de Saddam Hussein?
–Es difícil de saber. Nosotros sabemos, con toda seguridad, que hasta 1996 había armas de destrucción masiva en Irak: lo comprobaron las Naciones Unidas y, además, Saddam Hussein las había usado antes. Es claro que Saddam ha ocultado muy bien esas capacidades -como ocultó helicópteros y otras aeronaves en el desierto-, por lo cual no se ha encontrado “la pistola humeante”. ¡Pero tampoco se encontró a Saddam Hussein, y hay coincidencia en que Saddam Hussein está vivo y en Irak! Confío en que las armas serán encontradas.

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