EL MUNDO
› UN FUNCIONARIO DE BLAIR ASOMBRO CON SU RELATO
La revelación del científico
› Por Marcelo Justo
La cuarta jornada de la segunda semana de la investigación de Lord Hutton sobre el aparente suicidio de David Kelly transcurría anodinamente cuando un funcionario de la Cancillería británica electrizó a los presentes en la sala 73 de la Alta Corte de Justicia al revelar el diálogo que tuvo con el científico unos cuatro meses antes de su muerte. Durante unos minutos la saga de David Kelly se pareció más que nunca a una novela de espionaje de John Le Carre, llena de secretos, traiciones y misteriosas muertes.
Sucedió el 27 de febrero, meses antes de que David Kelly se reuniera por separado con dos periodistas de la BBC para informarles sobre la presunta manipulación gubernamental de los informes de los servicios secretos sobre Irak. La siguiente es la transcripción del relato que el funcionario de la Cancillería David Broucher hizo al juez Lord James Brian Hutton, a cargo de la investigación sobre el aparente suicidio de Kelly.
“Cuando vi que el doctor Kelly se estaba por ir, le pregunté qué pasaba si invadían a Irak. En el momento, la respuesta que me dio me pareció un comentario hecho al pasar, sin mucha sustancia. Me dijo que, si eso ocurría, probablemente él aparecería muerto en un bosque. En ese momento no le di muchas vueltas a lo que me dijo. Pensé que estaba insinuando que los iraquíes podrían intentar vengarse de él, algo que no parecía demasiado fantasioso en ese momento. Ahora lo veo de otra manera”, dijo Broucher.
La historia provocó un asombrado silencio en la abigarrada sala 73 y en la tienda que se montó en el patio de la Alta Corte para que el periodismo siguiera por cuatro inmensas cámaras las alternativas de la investigación judicial. El diálogo contradecía la aceptación casi generalizada de que Kelly se había suicidado. El cuerpo sin vida del experto en armas Kelly apareció el 18 de julio en una zona boscosa de Oxford, a unos dos kilómetros de su casa, con las venas de la mano izquierda cortada. La policía británica todavía no dio por cerrada su investigación, pero al otro día del hallazgo del cadáver señaló que a primera vista “no parecía que hubiera intervenido alguien en el hecho”.
El contexto del diálogo de Richard Broucher con Kelly da lugar a varias interpretaciones. Kelly le había hablado a Broucher de sus contactos con altos funcionarios iraquíes, a los que había asegurado que si cooperaban con los inspectores de la ONU no habría guerra. La idea de que si se invadía a Irak Kelly aparecería muerto en un bosque podía ser algo dicho al pasar o una manera de representar el peligro del trabajo que realizaba Kelly, uno de los inspectores de armas de la ONU en Irak entre 1994 y 1999. Que fuera precisamente en un bosque donde apareció muerto el científico 4 meses y medio más tarde tiñe el comentario de una luz francamente escalofriante.
El juez James Hutton subió aún más la temperatura del caso Kelly cuando anunció que el primer ministro británico, Tony Blair, declarara el próximo jueves y que el otro gran implicado en la investigación, el superior de Kelly, el ministro británico de Defensa, Geoff Hoon, comparecerá el miércoles. David Kelly fue la fuente de la noticia de la cadena pública BBC que el pasado mes de mayo acusó al gobierno británico de exagerar pruebas para justificar la guerra en Irak. Según la nota radial emitida por el periodista Andrew Gilligan, una “alta fuente gubernamental” le señaló que Alastair Campbell, el jefe de comunicación de Tony Blair, era el responsable de incluir la aseveración de que Irak podía activar suprograma de armas de destrucción masiva en sólo 45 minutos, a pesar de la oposición de los servicios secretos al respecto.