El político norirlandés Gerry Adams fue puesto en libertad tras cuatro días de intensos interrogatorios sobre un asesinato hace más de cuatro décadas y sin que se presentaran cargos en su contra, según informó anoche la policía en Belfast. De todas maneras, su expediente fue entregado a la fiscalía para su revisión, manifestó un portavoz policial.

Tras su liberación, Adams se refirió a una “campaña malintencionada” en su contra, atizada por “viejas guardias” en la policía y por opositores al proceso de paz en su propio movimiento republicano. La policía no presentó ninguna prueba que lo incrimine durante los interrogatorios, explicó. Sin embargo, dijo que no se dejará confundir y que continuará con el proceso de paz y la cooperación de su partido con la policía. “Hay solamente un camino y es para adelante”, declaró Adams, también diputado en la República de Irlanda.

La policía investigaba la supuesta participación del presidente del partido proirlandés Sinn Fein en el asesinato de una mujer en 1972. Este es atribuido a la antigua organización clandestina Ejército Republicano Irlandés (IRA), de la que Adams era un destacado dirigente en aquel momento. El caso se remonta al momento más agudo de la crisis de Irlanda del Norte y sigue levantando polémica.

Adams, de 65 años, se presentó voluntariamente el miércoles pasado en una comisaría de Antrim para ser interrogado. El político norirlandés fue liberado ayer, poco antes de que expirara el plazo para que fuera interrogado. Sin embargo, debió abandonar el edificio de policía por una puerta trasera, porque los opositores a su liberación bloqueaban el acceso principal con una sentada. Previamente, el sábado cientos de personas se manifestaron en Belfast contra su detención, al considerar que estaba motivada políticamente.