El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, se aseguró ayer una holgada victoria en la quinta elección general desde el fin de la segregación racial en 1994, aun antes de que terminase el escrutinio. Contabilizados dos tercios de los votos, su partido, el Congreso Nacional Africano (ANC), se alzaba con el 63 por ciento de los votos, contra el 22 por ciento de Alianza Democrática (DA) de Helen Zille, y el 5 por ciento de los Combatientes por la Libertad Económica (EFF), de Julius Malema. En el sistema institucional sudafricano, el Parlamento cumple funciones de colegio electoral del presidente, y este paso todavía no está dado, pero con estos resultados el ANC concentra la mayoría de los 400 escaños en juego, por lo que el resultado parece irreversible y no se esperan novedades a nivel nacional. Las primeras provincias en cerrar el escrutinio provisional, Mpumalanga y El Cabo Norte, terminaron con victorias del ANC.

La subsecretaria general de la formación triunfante, Jessie Duarte, declaró que la elección no presentó sorpresas para el ANC en el centro operativo nacional de la Comisión Electoral Independiente (CEI) que supervisa la cuenta de votos. En rigor, no hay sorpresas para nadie. Con estos resultados, se confirma la continuidad de la hegemonía nacional del ANC, y se consolida en el segundo puesto el conservador y pro libre mercado DA, que en la presente disputa llevó a una mujer, Helen Zille, como candidata a la presidencia. En tercer lugar, el partido de los Combatientes por la Libertad Económica (EFF), del líder juvenil Julius Malema –un disidente expulsado del CNA en 2012–, obtuvo 5 por ciento de los sufragios. En la arrasadora victoria del ANC influyó también la escasa dispersión territorial del voto de los partidos opositores. La votación de DA se concentra en El Cabo Occidental, provincia que ya está gobernada por ese partido donde está el cosmopolita puerto de Ciudad del Cabo, sede del Poder Legislativo.

Los votos que obtuvo el EFF se apiñan en el cinturón minero de la provincia del Noroeste, donde en 2013 una huelga en la mina de platino de la empresa Lonmin terminó en la masacre de Marikana, la primera desde el período de la segregación racial, que dejó cuarenta muertos. Ni esta masacre esgrimida por el EFF, ni una desocupación que ronda el 24 por ciento, ni las denuncias por corrupción enfatizadas por DA (la última de las cuales, difundida por las redes sociales el martes, obtuvo un fallo judicial adverso a DA en una querella entablada por el ANC) hicieron gran mella en el partido del difunto Nelson Mandela.

El resultado confirma las estimaciones previas de que el ANC sólo perdería tres puntos porcentuales del 66 por ciento obtenido en 2009. Pese a una elevada inseguridad, los casos de corrupción y las dificultades de gestión, el heroico pasado de lucha por la igualdad racial sigue dándole victorias al partido de Nelson Mandela, que lidera la alianza con el Partido Comunista (SACP) y la poderosa central obrera Sactu.

En estas elecciones, donde había 25 millones de sudafricanos habilitados para emitir su voto, también se eligieron parlamentarios de las nueve provincias que componen el país. Tampoco hubo sorpresas: El Cabo Occidental sigue en manos de DA y el resto del país, del ANC. El resultado final definitivo se conocerá hoy.