Desde Roma

El celibato no es una dogma, es decir, se podría discutir. “La Iglesia Católica tiene curas casados. Católicos griegos, católicos coptos, hay también en el rito oriental. No se está debatiendo sobre un dogma, sino sobre una regla de vida que yo aprecio mucho y que es un don para la Iglesia. Al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta”, dijo anteayer el papa Francisco, refiriéndose al celibato en la tradicional conferencia de prensa en el avión de retorno a Roma que lo traía de Tierra Santa. La reacción no se hizo esperar de parte de la Iglesia Católica de Paraguay y de Costa Rica. El presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, monseñor Claudio Giménez, sostuvo que “se puede dialogar sobre el tema del celibato, ya que se ha conversado al respecto durante el Concilio Vaticano II”, para luego aclarar que en esa ocasión se decidió que continuara ese estado para los sacerdotes católicos de Occidente. Giménez valoró el debate. “Se puede discutir para conocer los pro y los contra, porque de lo contrario permanece en la penumbra.” En línea con el obispo Giménez, el arzobispo de San José, monseñor José Rafael Quiroz, manifestó estar de acuerdo con que se abra una puerta para discutir el asunto y que, cuando se analice en Costa Rica, hará una reflexión sobre el tema.

Hay que recordar que algunas semanas atrás un grupo de 26 mujeres, que tenían relación con sacerdotes o la querían tener, le escribió una larga carta al Papa pidiéndole que eliminara el celibato, así podían concretar el amor que ellas y los sacerdotes sentían, pero sin obligarlos a dejar los hábitos. ¿Qué haría usted frente a sacerdotes u obispos que no hayan respetado las normas en materia de abusos sexuales contra menores?, se le preguntó también en la rueda de prensa. A lo que Francisco contestó: “En la Argentina, a los privilegiados les decimos ‘éste es un hijo de papá’. Pues bien, en este problema no habrá ‘hijos de papá’. En este momento hay tres obispos que están bajo investigación: uno ya está condenado y se está estudiando la pena que hay que ponerle. No existen privilegios. El sacerdote que hace esto traiciona el cuerpo del Señor porque, en vez de llevarlos a la santidad, abusa. Y esto es gravísimo. Es como... les haré una comparación: es como una misa negra porque en vez de llevarlo a la santidad lo llevás a un problema que va a durar toda la vida”. El Papa contó además que próximamente –no se ha fijado aún la fecha, precisó el Vaticano– se hará una misa en Santa Marta –la residencia donde el pontífice vive y en cuya capilla celebra misa todos los días–, con ocho víctimas de abusos sexuales.

Sobre la supuesta malversación de fondos de la que es sospechoso el ex secretario de Estado –es decir quien fuera el número dos del Vaticano–, el cardenal Tarcisio Bertone, Francisco dijo que todavía se está investigando. Se trata de 15 millones de euros del banco vaticano que no se sabe muy bien dónde han ido a parar. También precisó que su campaña por hacer del banco vaticano o IOR un ente transparente, ha provocado el cierre de 1600 cuentas bancarias. Pero que algunos problemas subsisten porque todavía hay miembros de la iglesia de Roma “que no lo ven claro”. ¿Escándalos en la Iglesia? “Siempre habrá alguno. Son inevitables.” El problema es ponerle límites, explicó, “pero contradicciones habrá siempre porque somos pecadores”.

Interrogado sobre qué haría si algún día no tiene más fuerzas para continuar, dijo que “haré lo que el Señor me diga”. “Hace 70 años no existían los obispos eméritos. Ahora hay muchos. ¿Qué pasará con los papas eméritos? Benedicto XVI abrió una puerta, la de los papas eméritos. Si habrá más, sólo lo sabe Dios. Pero esa puerta está abierta. Creo que un obispo de Roma que sienta que bajan sus fuerzas debe hacerse las mismas preguntas que se hizo el papa Benedicto.”

Francisco tampoco tuvo pelos en la lengua cuando propuso a Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, y al presidente de Israel, Shimon Peres, que vinieran al Vaticano para rezar juntos por la paz y conversar, a riesgo de que esos gobiernos lo consideraran una injerencia en asuntos políticos. Por sus actitudes durante el viaje, donde no tuvo inconveniente en visitar lugares sagrados tanto para los judíos como para los musulmanes además de cristianos, y por sus agallas para insistir en la lucha por la paz, ha sido elogiado en Europa y en Medio Oriente.

Los periodistas también le preguntaron sobre el anunciado encuentro con Abbas y Peres en el Vaticano. “El encuentro en el Vaticano será un encuentro de plegaria, nos servirá para hacer una meditación. Después cada uno volverá a su propia casa”, dijo, explicando que también habrá un rabino y un musulmán. La fecha del encuentro, precisó el Vaticano, aún no ha sido fijada. “La paz no se compra ni se vende”, había dicho el Papa en Amman, primera etapa de su viaje por Tierra Santa, que luego lo llevó a los territorios palestinos y a Israel. Y pidió hacer todo lo posible para encontrar una “solución urgente y pacífica” para Medio Oriente y Siria. La Liga Arabe lo elogió diciendo que su pedido por la paz “tiene un significado político importante”. “Construir la paz es difícil. Pero vivir sin ella es un tormento”, había dicho asimismo Francisco. Y Shimon Peres, por lo visto, también valoró positivamente el intento del pontífice porque de hecho aceptó venir a Roma. El que no estaría muy de acuerdo, según la prensa europea, sería el primer ministro de línea dura Benjamin Netanyahu. El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, en un mensaje enviado a Francisco, se dijo “seguro de que el llamado hecho por Su Santidad tocará el corazón de todos los que en esas tierras desean un futuro de paz y de fecunda convivencia”.