La policía italiana detuvo ayer a 31 miembros de la mafia siciliana, buscados por delitos de homicidio, secuestro, extorsión y tenencia ilícita de armas. Los responsables de los Carabinieri informaron que la operación, en la que participaron un total de 500 agentes, permitió desmantelar el distrito conocido como Bagheria, uno de los bastiones históricos de la Cosa Nostra. Varios de los detenidos han sido los responsables de la organización criminal en la última década, que incluye a las familias mafiosas de Bagheria, Villabate, Ficarazzi y Altavilla Milicia, precisó la policía en un informe de prensa. También fueron apresados varios “hombres de honor”, como se definen los integrantes de la Cosa Nostra, agregó la misma fuente.

Las investigaciones realizadas por los Carabinieri permitieron documentar la existencia de un “directorio”, un “órgano decisorio provincial”, como lo denomina la policía italiana, lo que permitió descubrir una cúpula “estratégica”, conocida como “la cabeza del agua”. A esta cúpula le debían obediencia los miembros operativos del “mandamento” o distrito, la zona de influencia de una o más familias de la Cosa Nostra. Las investigaciones lograron identificar a los ejecutores materiales del homicidio de Antonino Canu, que se cometió el 27 de enero de 2006, y de Nicasio Salerno, el 23 de agosto de 2005, en ambos casos ocurridos en la localidad siciliana de Caccamo.

La Cosa Nostra, debilitada militarmente por la acción del Estado italiano y con su cúpula en prisión, en realidad sigue activa y podría retomar su estrategia violenta. Dicha advertencia fue lanzada por el fiscal sustituto de Palermo (Sicilia), Nino Di Matteo, amenazado de muerte por el “capo de todos los capos”, Salvatore “Totó” Riina, desde su celda en la cárcel Opera, en Milán. Las palabras del máximo jefe de la organización criminal, pronunciadas ante otro recluso, fueron escuchadas por un guardia de la prisión y terminaron en las tapas de los diarios de todo el país.

Di Matteo terminó en la mira de la mafia porque es uno de los magistrados que conducen una delicada indagación que busca esclarecer si a inicios de los años ’90 hubo una negociación entre el Estado y la Cosa Nostra. Tal tratativa habría tenido como fin detener la ola de atentados que la organización criminal perpetró en ciudades como Roma, Milán y Florencia, que causaron varios muertos y daños inestimables al patrimonio artístico e histórico italiano. Fueron los años en los que la Cosa Nostra asesinó también a los principales jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, y uno de los autores intelectuales de tales hechos fue el propio Riina, arrestado en enero de 1993.

El principal cabecilla de la mafia siciliana aún libre es Matteo Messina Denaro, originario de Trapani, que no ha conquistado el liderazgo de toda la organización criminal, dijo a la Comisión Antimafia del Parlamento el jefe de la policía nacional, Alessandro Pansa. Añadió que las últimas investigaciones concluyeron que Messina Denaro “tiene una mayor vocación por el enriquecimiento personal, que por el control y la administración de la Cosa Nostra”.