Jue 26.06.2014

EL MUNDO  › SUSTITUYE AL MINISTRO DE TRANSPORTES A PEDIDO DEL PR, UN ALIADO ELECTORAL

Dilma cambia con la mira en octubre

El sustituto de Borges será Paulo Sérgio Passos. Ambos políticos pertenecen al PR, pero Borges, según sus propios correligionarios, no se alinea con los intereses del partido y había sido elegido por Rousseff.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sustituyó ayer a un ministro de su gobierno para mantener el apoyo del Partido de la República (PR) en las elecciones presidenciales de octubre. El PR, fuerza de centroderecha, puso como condición para seguir integrando la coalición aliada del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) que el ministro de Transportes, César Borges, sea reemplazado. Sin embargo, la mandataria criticó la postura de los partidos que no cumplen con los acuerdos. “Es muy importante hacer y mantener compromisos en política. La lealtad es una de las piedras angulares de la política destinada a la grandeza. No es una subordinación ciega, es el respeto mutuo y el cuidado de la palabra. Es un error pensar que este tipo de astucia funciona. Es de corta duración. En la vida política no podemos prescindir del respeto y la civilidad”, señaló.

Según la prensa brasileña, el sustituto de Borges será Paulo Sérgio Passos. Ambos políticos pertenecen al PR, pero Borges, según sus propios correligionarios, no se alinea con los intereses del partido y fue elegido como titular de Transportes por Rousseff, quien valora sus aptitudes técnicas, y no por indicación de su formación. “César no representa al partido”, dijo el secretario general del PR, Antonio Carlos Rodrigues. El PR tiene actualmente 31 diputados sobre un total de 513 y cuatro senadores, de un total de 81. El senador Alfredo Nascimento, presidente del partido, fue ministro de Transportes durante los primeros meses de gobierno de Rousseff, pero tuvo que dejar el cargo en 2011 a raíz de denuncias de corrupción.

Rousseff tiene interés en mantener al PR como aliado por los minutos de televisión que le corresponden al partido en la campaña, y que serán cedidos al PT. Pero durante la convención nacional del Partido Social Democrático (PSD), que formalizó ayer su alianza con el PT, la mandataria elogió al presidente de esta formación, Gilberto Kassab, por cumplir su compromiso de cara a los comicios de octubre. El agradecimiento al PSD fue un mensaje de reproche al PR y a sus ex aliados, que retiraron su apoyo al PT y optaron por respaldar a otros candidatos.

El sábado, el Partido Laborista Brasileño (PTB), una de las fuerzas políticas que integraba la coalición oficialista, anunció su apoyo a Aecio Neves, el candidato presidencial del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). “Tenemos la convicción de que Aecio reúne las condiciones para el repunte del crecimiento económico, así como la garantía del mantenimiento de las conquistas sociales incorporadas a la vida nacional”, afirmó entonces el PTB a través de su página web. De acuerdo con la formación, que apoyó en su momento a los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inácio Lula da Silva, la decisión “atiende el clamor de la mayoría de la bancada federal y de los estados, donde los conflictos locales entre el PTB y el (gobernante) Partido de los Trabajadores (PT) no se sostienen”.

No obstante, Rousseff consiguió el apoyo necesario para lograr su reelección. “Después de semanas de negociaciones entre el gobierno y los partidos aliados, el PP –Partido Progresista– y el PSD formalizaron el miércoles en sus convenciones el apoyo a la presidenta Dilma Rousseff. Juntas, las dos fuerzas otorgarán (a Rousseff) unos 2 minutos y 40 segundos de propaganda por radio y TV”, publicó el diario O Globo. El PSD es uno de los partidos más importantes de la alianza gobernante, el tercero después del PT y del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del vicepresidente Michel Temer. “Su espacio será seguramente ampliado en caso de que la presidenta sea reelecta”, según el diario Folha de S. Paulo.

El sistema político brasileño obliga en la práctica a realizar alianzas entre los grandes partidos, como el PT o el PSDM, y otras fuerzas más pequeñas, como el PP y el PTB. Cuando Lula llegó a la presidencia en 2003, el PT se vio forzado a aliarse con partidos de distinto signo ideológico, como el centrista PMDB. Pero los diputados y senadores aliados no siempre respaldan las políticas del Ejecutivo.

La presidenta pidió “calma” durante la campaña, porque –aseguró– será una disputa de confrontación y de “difusión el odio”. Además, pidió a sus aliados que no cayeran en las provocaciones de los opositores y que trataran de mantener el nivel de debate. “Un candidato que tiene qué mostrar no tiene necesidad de hacer una campaña negativa”, aseguró. El PT, que gobierna Brasil desde 2003, proclamó el sábado pasado en su convención nacional la candidatura de Rousseff a un segundo mandato en las elecciones del 5 de octubre y confirmó la alianza con el PMDB de Michel Temer.

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