EL MUNDO › LOS PAISES CENTROAMERICANOS DEMANDAN QUE EE.UU. NO SEPARE A LAS FAMILIAS
Ante la posible llegada de unos 90 mil menores solos a la frontera este año, el presidente Barack Obama dijo que serán deportados. Los presidentes centroamericanos exigen que EE.UU. asuma su responsabilidad como país de destino.
Los presidentes de los países centroamericanos propusieron ayer abordar el drama que viven los niños inmigrantes que viajan solos a Estados Unidos desde El Salvador, Guatemala y Honduras. Los mandatarios se mostraron a favor de que se garantice “el principio de interés del niño y la no separación de la familia”. En tanto, pidieron la colaboración de Wa-shington y acordaron apoyar la conferencia internacional convocada por Honduras para el 16 y 17 de julio para abordar la actual crisis. Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró que los niños indocumentados que lleguen a su país sin compañía serán deportados.
La iniciativa de los países del SICA –Sistema de la Integración Centroamericana, el bloque más importante de la región– está contenida en una declaración especial sobre los niños y niñas no acompañados en la frontera sur de Estados Unidos, solicitada por los países del llamado triángulo norte –Honduras, El Salvador y Guatemala–, aprobada ayer al término de la cumbre presidencial del organismo, celebrada en Punta Cana.
En su declaración final, los gobernantes se refirieron a la responsabilidad de los países de tránsito y destino de los menores. A la cumbre, en la que República Dominicana traspasó la presidencial semestral del SICA a Belice, asistieron el anfitrión, Danilo Medina, así como sus pares Juan Orlando Hernández, de Honduras; Otto Pérez Molina, de Guatemala; Luis Guillermo Solís, de Costa Rica, y Salvador Sánchez, de El Salvador. También participaron el primer ministro de Belice, Dean Barrow, y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza. El único de los jefes de Estado ausente en la cita fue el de Nicaragua, Daniel Ortega.
Sánchez abogó por el respeto de los derechos y la dignidad de los niños indocumentados que son llevados a los albergues en Estados Unidos, a donde llegan solos. En iguales términos se expresó el presidente Hernández, quien pidió a Estados Unidos tratar cada caso de “manera individual”. Hernández, quien subrayó su profunda preocupación por el tema, dijo esperar una respuesta “contundente” sobre este aspecto. Pérez Molina, por su parte, calificó la situación de la migración infantil como “grave” y destacó que los países de la región están “uniendo esfuerzos y estrategias” para atender el tema. Un dato significativo es que la mayoría de los niños procede de Centroamérica y una cifra muy elevada son niñas jóvenes y niños con menos de 13 años.
El canciller guatemalteco, Fernando Carrera, había anunciado esta semana que su país, así como El Salvador y Honduras, iba a plantear en la cumbre del SICA una serie de medidas para solucionar esta situación. Carrera dijo desde su país que las tres naciones propondrían medidas para asegurar la reunificación familiar y el respeto de los derechos humanos de los niños migrantes no acompañados detenidos en territorio estadounidense.
Sin embargo, Obama calificó ayer la llegada de menores solos a la frontera de “crisis humanitaria”, pero negó asistencia a los niños. “No envíen a sus hijos a la frontera. Si consiguen llegar, serán deportados. Y lo que es más importante puede que no lo consigan”, dijo ayer el mandatario en una entrevista en la cadena de televisión ABC News. Desde que estalló esta crisis, la Casa Blanca ha reiterado que la mayoría de niños no acompañados serán deportados y que no podrán beneficiarse de la reforma migratoria.
La llegada en los últimos ocho meses de 52 mil niños indocumentados procedentes de Centroamérica está colapsando el sistema de deportaciones en Estados Unidos, ante el escaso número de jueces y abogados de inmigración para atender tantos casos. Según Jaime Diez, abogado de inmigración de la ciudad fronteriza de Browsville (Texas), como consecuencia de la acumulación de casos en los juzgados de inmigración se está creando “un embudo”. “Quieren echar más agua arriba del embudo y lo único que está pasando es que se está desbordando por todos lados”, explicó el abogado.
Congresistas como el demócrata Luis Gutiérrez, uno de los más activos a la hora de defender la reforma migratoria, y organizaciones pro inmigrantes pidieron a Obama que actúe y frene las deportaciones. En tanto, Eddie Carmona, jefe de campaña de la red nacional pro inmigrante PICO, señaló que “ha pasado un año desde que el Senado aprobó la reforma migratoria y durante todo este tiempo todo lo que hemos obtenido son promesas vacías, pobres excusas y acusaciones por parte de los republicanos. Ya es suficiente. Nuestras familias están hartas de la falta de acción y desesperadas por una solución. Por eso pedimos al presidente Obama que use su poder ejecutivo para detener la crisis de deportaciones”, añadió Carmona, quien cree que el presidente tiene la “obligación moral” de hacerlo.
Un año después de la aprobación de la reforma migratoria en el Senado, con 68 votos a favor de cien, el proyecto de ley se encuentra estancado en la Cámara de Representantes ante la negativa de los republicanos, que tienen mayoría en la Cámara baja, a someterla a un voto en el pleno. Los demócratas aseguran que cuentan con los votos suficientes para que se apruebe la reforma migratoria en la Cámara de Representantes. Sólo falta que los republicanos fijen una fecha en el calendario de votaciones de julio.
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