EL MUNDO › OPINIóN
› Por Robert Fisk *
Bueno, pues que Dios bendiga a Barack Obama, quien encontró a algunos moderados en Siria. Suficientes como para otorgarles armas y entrenamiento por 500 millones de dólares. El Congreso quiere armar a estos valientes luchadores por la libertad, ¿saben? Y después de que Obama enviara a Irak a su elite de 300 muchachos espartanos para ayudar a Nuri al Maliki a combatir a los rebeldes sunnitas, se tiene que ayudar a la oposición siria, a pesar de estar conformada por militantes que, en su mayoría, comparten bando con los combatientes que Obama quiere sean derrotados por Al Maliki.
¿Confuso? Es cierto. Pero, ¿quiénes son los rebeldes moderados que Obama quiere entrenar y armar? El no los nombra porque no puede, debido a que los moderados originales a los que Estados Unidos juró armar, con ayuda de la CIA, los británicos, Arabia Saudita, Qatar y Turquía, se llamaban Ejército Libre Sirio (ELS), compuesto mayoritariamente por desertores de las fuerzas gubernamentales de Al Assad.
Pero el ELS, muy amado por John McCain hasta que el senador descubrió que había posado en una fotografía con un combatiente de Al Qaida, se ha desmoronado. Sus hombres se fueron a casa, se dejaron crecer la barba islámica que usan los miembros del Frente Nusrah, Isis o Isil, si queremos usar el más reciente acrónimo. Muchos han vuelto a desertar y tomado las armas para combatir nuevamente al lado de Al Assad. ¡Vaya luchadores por la paz!
Nos dijeron que no les dieron suficientes armas. Les llegarán más. Se las venderán, sin duda, como ocurrió con el último lote. La triste realidad de la guerra es que cada arma que cruza la frontera no representa lealtad sino dinero. Denle a un miembro del ELS –si todavía encuentran alguno– un misil antiaéreo y éste será vendido al mejor postor. En todas las guerras civiles que he cubierto jamás he visto un arma en manos de un miliciano que no se la haya comprado a alguien más.
En una humillante entrevista para Canal 4, nuestro secretario de Defensa admitió que los arsenales enviados a rebeldes sirios cayeron en manos de los malos. ¿Cómo se monitorea al fulano a quien se da un fusil? ¿Se envía un dron personal para garantizar que no lo venda?
Y en todo caso, ¿cómo se encuentra en estos tiempos a un moderado en la guerra siria?
Los rebeldes islámicos pelean a muerte. No hay moderación en ellos. Además –y aquí intervienen hechos execrables– se trata del mismo grupo que hoy amenaza al Estado iraquí.
Para que las cosas sean aún más confusas, Maliki ha agradecido a los muchachos de Al Assad llevar a cabo bombardeos aéreos sobre sus enemigos rebeldes en la frontera con Siria, con el argumento de que ahora Siria e Irak son amigos.
Lo que asegura nuestro verdadero amigo, el Departamento de Verdades Locales, es que lo que queda del ELS ha estado combatiendo a las fuerzas islamitas del EIIL. Lo mismo hacen las milicias kurdas en el norte de Siria y algunos grupos armados de las aldeas.
Los sirios sospechan que todo es un plan concebido a medias por Obama: armar a los rebeldes antiislámicos sirios para combatir a los miembros de Al Qaida, para indirectamente mantener a los gobiernos de Al Assad y Al Maliki en el poder.
El problema es que Obama debe hacer esto sin revelar que las batallas de Siria e Irak contra sunnitas wahabitas son una y la misma guerra, que el ejército sirio de Al Assad –equipado con aviones rusos– está luchando exactamente contra el mismo enemigo que el ejército iraquí de Al Maliki, que también contará con aviones rusos, si es que es verdad lo que el presidente de Irak declaró al servicio árabe de la BBC.
En otras palabras, Al Assad no sólo tiene el apoyo abierto de Moscú, sino también el respaldo oculto de Washington (por tanto, de Israel).
¿Por qué otra razón diría la Casa Blanca que el dinero para los moderados sirios ayudará a contener amenazas terroristas? Recordemos que Al Assad también tacha de terroristas a sus enemigos.
Desde luego, Obama seguirá llamando al presidente sirio un brutal dictador. Para Fox News, todo esto es difícil de explicar, desde luego. Así que limítense a repetir una y otra vez la palabra moderado.
* De The Independent de Gran Bretaña.
Especial para Página/12.
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