EL MUNDO › LOS JIHADISTAS BUSCAN EXPANDIR EL ESTADO ISLáMICO
Por Patrick Cockburn *
Desde Bagdad
Mientras Abu Bakr al Bagdadi, el líder del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), se declara a sí mismo califa de un nuevo Estado islámico, la gente en Bagdad espera otro ataque a la capital por parte de sus combatientes, quienes ya capturaron gran parte del norte de Irak.
La decisión de Al Bagdadi y el EIIL, que quiere ser conocido simplemente como el Estado Islámico, tiene el poder de convulsionar a muchos de los 57 países que profesan la fe islámica. El portavoz del grupo, Abu Mohamed al Adnani, dijo: “La legalidad de todos los emiratos, grupos, Estados y organizaciones se convierte en nula por la expansión de la autoridad del califa y la llegada de sus tropas a sus áreas”.
No es que todos los extremistas islámicos se levantarán para seguir al nuevo califa, pero su mensaje va a atraer a muchos seguidores y obligará a otros grupos jihadistas a elegir si van a seguir al nuevo líder. “Escuchen a su califa y obedézcanlo. Apoyen a su Estado, que crece día a día”, dijo Abu Mohamed. Para Irak, la declaración de un nuevo califato, para reemplazar el que abolió hace 90 años Mustafa Kemal Ataturk en Turquía en 1924, es una declaración de guerra, ya que el Estado islámico es visceralmente antichiíta, que constituyen el 60 por ciento de la población de Irak y que son considerados herejes y apóstatas dignos de muerte. Sus imágenes de propaganda muestran a los conductores de camiones chiítas siendo interrogados acerca de cómo oran los sunnitas y, si fallan la prueba, se les dispara en la cabeza.
Para la gente en Bagdad, una ciudad de 7 millones de personas, de mayoría chiíta, la expansión del Estado Islámico recién declarado es una perspectiva aterradora. La contraofensiva del gobierno hacia Tikrit, a 120 kilómetros al norte, se estancó o fue rechazada. Hasta ahora no hubo ningún levantamiento de los enclaves sunnitas en Bagdad o una renovada campaña de ataques suicidas en la capital, pero sus habitantes piensan que podría ocurrir en cualquier momento.
En diálogo sobre cuestiones de seguridad en Bagdad, Safa Hussein al Sheikh, asesor adjunto de Seguridad Nacional de Irak, afirmó: “Muchas personas piensan que habrá ataques sincronizados dentro y fuera de Bagdad”. Dijo que el EIIL tiene la capacidad de hacer más, y tratar de repetir lo que se logró en Mosul, ciudad que capturó el 10 de junio; y agregó que hubo algunos informes de los insurgentes, tratando de entrar en Bagdad junto con los verdaderos refugiados del norte. “Hace unos días se descubrieron armas en una de las mezquitas en el área de Al Amariya”, afirmó. Al Sheikh agregó que un escenario sería el de un ataque de las afueras de Bagdad acompañado de muchos ataques dentro de la ciudad “para afectar psicológicamente a las fuerzas de seguridad que defienden la capital desde el exterior”. Pero finalmente él no creía que el EIIL “tuviera una oportunidad en Bagdad. Ellos pueden provocar trastornos, pero no pueden lograr ninguna victoria”. Aparte del ejército regular, la capital está llena de decenas de miles de milicianos chiítas convocados por una fatwa del gran ayatolá Ali al Sistani.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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