Vie 08.08.2014

EL MUNDO  › NIñOS PALESTINOS EN EL HOSPITAL DE GAZA

Muchachos valientes

› Por Donald MacIntyre *

Ibrahim Jattab, de nueve años, desenvolvió un juguete de plástico de color amarillo en el hospital Shifa ayer, mientras que su madre recordaba con tristeza la trivial discusión que él había tenido con su hermano mayor antes de que un misil con metralla los hiriera, y su hermano, Wassim, de 15 años, estaba en la cama de al lado. También gravemente herido, su madre, Khetam, describía cómo el viernes pasado les dijo a los dos chicos que el desayuno estaría listo pronto. “Ibrahim quería salir a jugar, pero Wassim tenía hambre y le dijo que quería quedarse hasta que el desayuno estuviera listo. Pero Ibrahim lo convenció.”

Poco después se unieron a sus amigos en la calle donde fueron alcanzados por la metralla pesada de un misil disparado por un avión no tripulado. Una semana más tarde, Wassim yacía en la sala de cirugía en Shifa, con un fijador externo de metal en su pierna derecha para estabilizar el hueso y el tejido después de una fractura abierta. Wassim tenía la pierna izquierda amputada debajo de la rodilla.

Estos son muchachos valientes, que lloran sólo cuando les cambian sus vendajes a causa de la picazón del yodo usado para desinfectar las heridas. “Por favor, no”, Ibrahim le pedía a una enfermera. “¿Por qué tenés que venir todos los días?”, había preguntado el adolescente Wassim, que quiere seguir una carrera en el futuro en la que pueda ejercer su pasión por las computadores, y de quien su madre dice que es siempre uno de los primeros de la clase. “¿Por qué no podés venir cada dos días?”

El hospital de Shifa, el más grande de Gaza, está luchando para hacer frente a lo que el doctor Ghassan Abu Sita llamó a las “abrumadoras” admisiones de niños heridos, unos 2000, los cuales fueron heridos durante la Operación Borde Protector de Israel. Abu Sita es cirujano reconstructivo voluntario palestino-libanés con sede en Beirut, que ha sido llevado a Gaza por la Ayuda Médica para los palestinos, una organización benéfica con sede en Reino Unido.

Dijo que el 80 por ciento de los niños que había visto quedarían con al menos alguna “incapacidad o deformidad permanente”. Algunos casos necesitarán hasta cinco operaciones antes de comenzar una terapia de rehabilitación. En muchos casos, “hay que limpiar las heridas a causa de los escombros, mampostería, arena, trozos de madera” que se incrustan en ella. Al mismo tiempo, el hospital cuenta con cada vez menos suministros esenciales y ningún equipo de trauma moderno que aliviar un poco la presión sobre el personal clínico experto, que está enormemente presionado. Y mientras que el hospital está tratando de referir los casos más graves a los hospitales en Jordania, Egipto y Cisjordania, se enfrenta a largas y burocráticas demoras debido a los cierres de fronteras de Israel y de Egipto.

Hanin, de 9 años, y Yasmine Al Bakri, de 11 años, estaban ayudando a su madre a hornear pan el lunes, en el balcón de su casa en el atiborrado campo de refugiados de Beach, cuando fueron alcanzados por las explosiones –al parecer de dos bombas F-16– que mataron a su madre, Ibtisan, de 38 años, y dos de sus hermanas, Amaa, 4 meses, y Asil, 7 años. Las dos hermanas resultaron heridas gravemente y se encuentran actualmente en la unidad de quemaduras de Shifa, pero Hanin tiene una grave fractura abierta en la parte superior del brazo. Abu Sita realizó una cirugía para pasar el músculo de su espalda a través de la axila a la parte superior del brazo. Sin embargo, advirtió que había perdido el uso de su codo. Mientras su hermana estaba en el quirófano, Yasmine dijo que sentía dolor en los brazos y piernas. Al lado de su cama estaba su afligido padre viudo, Mohammed, y también fue quemado y herido en el ataque, y que dijo estoicamente: “Es la voluntad de Dios”.

De vez en cuando Fares Awda, de once años, ríe con una sonrisa maravillosamente contagiosa, a pesar de una herida que requiere cirugía múltiple. “Escuché disparos y luego hubo un cohete teledirigido. No podía sentir mi pierna. Pero entonces vi una gran cantidad de sangre.”

* De The Independent de Gran Bretaña.

Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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