EL MUNDO › OPINIóN
› Por Oscar Laborde *
La revelación del plan de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) de impulsar el activismo antigubernamental entre los cubanos, a través de un programa de prevención del VIH, donde varios de los participantes estadounidenses recibieron un curso de entrenamiento rápido para acciones de inteligencia y que pretendía además crear una red de medios sociales al estilo Twitter (proyecto Zunzuneo) en la isla para reforzar dicha campaña, ha puesto a esta ong en el centro de la escena política latinoamericana.
Lejos de nuestro continente, se supo de la utilización de programas globales de salud para acciones encubiertas en distintas regiones de Pakistán y Afganistán, y que se prohibieron las vacunas contra la poliomelitis después de que se hicieran públicos informes de que a través de una falsa campaña de vacunación contra la hepatitis B se recogía información de inteligencia.
Los cables de Wikileaks han revelado la injerencia de la Usaid y su Oficina de Iniciativas de Transición (OTI) en Venezuela, de manera directa o bajo el uso de contratistas (Desarrollos Alternativos, Inc.). En uno de ellos queda claro que todos los organizadores de las protestas contra Chávez en 2009 eran becarios de DAI.
La Agencia AP cataloga a la OTI como una división creada después de la caída de la Unión Soviética para “...promover los intereses de los Estados Unidos en entornos políticos en rápido cambio...”.
Otro capítulo lo constituyó la actitud de Evo Morales, quien expulsó a la Usaid luego de comprobarse su apoyo a organizaciones indígenas y campesinas en conflictos regionales, que demostraban una clara ingerencia en los asuntos internos del Estado Plurinacional.
A fines de 2013 el presidente ecuatoriano Rafael Correa dio por finalizada la relación con la Usaid, luego de que viniera advirtiendo sobre las actividades de la misma, financia}ndo programas de “Fortalecimiento de la Democracia”, que en los hechos eran subvencionar a las fuerzas políticas opositoras a su gobierno.
Las informaciones, cables y declaraciones de los propios funcionarios del gobierno estadounidense dejan en claro la relación de la Usaid y otras agencias de cooperación, con las propias políticas del Departamento de Estado en nuestra región y otros lugares del planeta.
El elemento clave lo constituye el apoyo a nuevos sujetos sociales, emergentes o que expresaron históricamente determinados intereses: campesinos (Bolivia), estudiantes (Venezuela), pueblos originarios (Bolivia), policías (Ecuador), “sectores ligados al campo” (Argentina), mujeres de sectores vulnerables (Venezuela), entre otros, son claros ejemplos de esto. La formación de activistas y cuadros políticos es otra línea que estas ongs priorizan en todos los países.
Estas acciones quedan circunscriptas a la estrategia de los golpes suaves y persiguen el claro intento de desestabilización. En 2012, Mark Feierstein, administrador adjunto para América latina y el Caribe de la Usaid, aseguró que Washington prioriza el apoyo a fuerzas opositoras que “están luchando por los derechos humanos y la democracia” en Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, y que entrega fondos a sectores antigubernamentales radicados en dichos países.
La planificación y desarrollo de esta forma de intervención no sería posible sin el apoyo de los grandes medios de comunicación y de un trabajo silencioso, pero de altísima precisión, en las redes sociales, donde vía las nuevas tecnologías se recolecta información sobre conflictos, temas polémicos, y sujetos sociales que luego aparecen expresados en reclamos o revueltas antigubernamentales.
La noticia de que el fondo buitre NML Capital de Paul Singer financia a la filial argentina de Vital Voices fundada por la diputada nacional del PRO Laura Alonso revela otra fase del entramado social y político que se dibuja detrás de la cooperación internacional, las ongs y los intentos de erosionar a los gobiernos que no son funcionales a la política imperial.
Cabe preguntarse, entonces, cuál es el mapa completo en Argentina de estas organizaciones, sobre qué ejes trabajan, a qué sectores apoyan, qué otros dirigentes políticos las expresan. Diagnóstico necesario en cada nación, para entender las causas de muchos de los conflictos que los pueblos y gobiernos enfrentan periódicamente.
* Dirigente del Frente Transversal y presidente del Centro de Estudios del Sur.
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