El Consejo de Seguridad de la ONU impuso ayer nuevas sanciones a personas supuestamente vinculadas con los jihadistas del Estado Islámico (EI) y del Frente al Nusra, y amenazó con tomar medidas contra cualquier individuo u organización que preste apoyo a esos grupos.

En una resolución aprobada por unanimidad, el Consejo añadió a su lista de sancionados a seis nuevos nombres acusados de ser parte o de financiar a estas milicias islamistas que operan en Siria e Irak, que entre otras cosas verán sus activos financieros congelados y no podrán viajar al extranjero. Al mismo tiempo, el máximo órgano de decisión de Naciones Unidas advirtió que está dispuesto a imponer más sanciones a quienes reclutan nuevos miembros para estas organizaciones, sobre todo a través de Internet, y a aquellos que financian sus operaciones o les facilitan armas. En ese sentido, la resolución 2170 ordena a expertos de Naciones Unidas la elaboración en un plazo de 90 días de un informe sobre la amenaza que plantea el EI y sus fuentes de financiación y de armas, junto a recomendaciones sobre cómo frenar su avance para tomar nuevas medidas.

El Consejo de Seguridad condena en el texto el reclutamiento de combatientes extranjeros y avisa a quienes lo facilitan de que pueden ser sancionados. Al mismo tiempo expresa su preocupación por los ingresos que los jihadistas pueden obtener de la explotación de yacimientos petroleros bajo su control y recuerda que comerciar con los terroristas puede considerarse dar apoyo y, por tanto, desencadenar sanciones.

Los individuos sancionados hoy (Abdelrahman Mouhamad Zafir al Dabidi al Jahani, Hajjaj bin Fahd al Ajmi, Abou Mohamed al Adnani, Said Arif, Abdul Mohsen Abdallah Ibrahim al Charekh y Hamid Hamad Hamid al Ali– son de varias nacionalidades y todos están acusados de financiar, planificar o cometer ataques del Frente al Nusra o del Estado Islámico.

Los grupos terroristas, como tal, ya están en la “lista negra” de la ONU como organizaciones vinculadas con Al Qaida. La resolución de ayer, preparada por el Reino Unido, es la respuesta del Consejo de Seguridad al rápido avance de las milicias jihadistas en Irak. En ella, la ONU deplora “en los términos más enérgicos los actos terroristas” del EI –al que se refiere utilizando su anterior denominación de Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL)–, así como su “ideología extremista violenta”.

También condena, entre otros actos, la matanza indiscriminada de civiles y los ataques deliberados contra ellos, las ejecuciones en masa y la persecución de personas y comunidades enteras por motivos religiosos. El Consejo demanda al EI, al Frente al Nusra y a otras milicias vinculadas con Al Qaida que “pongan fin a todos los actos de violencia y terrorismo, y depongan las armas y se disuelvan con efecto inmediato”.

Para el embajador británico, Mark Lyall Grant, “la resolución 2170 representa el rechazo de la comunidad internacional a estos grupos terroristas y expresa la determinación de responder”. El texto no tiene por qué producir “cambios inmediatos” sobre el terreno, pero se trata de “un primer paso,” añadió el embajador.

Estados Unidos, que está llevando a cabo ataques aéreos en zonas de Irak para frenar el avance jihadista, subrayó la amenaza que plantea el “brutal y rápido” avance del EI en el norte del país y aseguró que, desde esas zonas, los terroristas pueden preparar ataques en la región y el resto del mundo. “Este es el nuevo frente de la amenaza terrorista y uno con un coste humano devastador”, dijo la embajadora estadounidense, Samantha Power.