Dom 17.08.2014

EL MUNDO  › LAS REVELACIONES MUESTRAN QUE BERLIN TAMBIEN ESPIA A SUS “AMIGOS”

Alemania pinchó a Hillary Clinton y a John Kerry

La inteligencia alemana quedó comprometida por la revelación de escuchas “por error” de conversaciones de Hillary Clinton y John Kerry, y documentos sobre espiar a Turquía. Esto marca una contradicción con los dichos de la canciller alemana, Angela Merkel, acerca de que entre aliados no se espía. Un mes después de pedir al jefe de la CIA que abandonase Alemania por prácticas de espionaje “entre amigos” y de la detención de un doble espía alemán que filtró a Estados Unidos documentos internos, los servicios secretos de la canciller se vieron obligados a dar explicaciones sobre sus propias escuchas.

Primero fueron las informaciones difundidas el viernes por el diario Süddeutsche Zeitung y las emisoras públicas NDR y WDR, según las cuales el BND (espionaje exterior) había captado una conversación telefónica de Clinton, cuando era secretaria de Estado, con el ex secretario general de la ONU Kofi Annan. A esta escucha aparentemente fortuita siguieron ayer otras informaciones, ahora del semanario Der Spiegel, que indican que no se trató de un caso excepcional.

Al menos en otra ocasión hubo una escucha “por error” al sucesor de Clinton y actual secretario de Estado, John Kerry, mientras que Turquía, miembro de la OTAN desde 1952, está entre los “objetivos prioritarios” del espionaje alemán. A falta de explicaciones del BND, los propios medios que difundieron las informaciones parten del hecho de que las escuchas de llamadas vía satélite a Kerry y Clinton se produjeron a través de su red de observación en regiones en conflicto.

La de Kerry habría sido en 2013, a través de la red de escuchas en Medio Oriente, mientras que la de su antecesora se produjo al parecer en un viaje de Clinton en 2012, a propósito de la situación en Siria. Ambos diarios señalaron que este tipo de situaciones se han producido anteriormente y que, al margen de su gravedad, dan a Kerry la excusa perfecta frente a Berlín que lo instó a aclarar los casos de espionaje masivo de Estados Unidos, revelados por el ex “topo” estadounidense Edward Snowden.

La fuente de esa información son los 218 documentos que filtró a Estados Unidos el agente identificado por los medios como Markus R., detenido por orden de la Fiscalía Federal en julio y que confesó parte de los cargos que se le achacan. Estas acciones comprometen al BND y refuerzan la opinión entre la oposición de que ni Merkel ni su gobierno quieren ahondar en el asunto, puesto que también sus servicios de espionaje realizan esas prácticas.

Las informaciones periodísticas entran así en el delicado tema de las escuchas –al teléfono móvil de Merkel, por un lado, y a las comunicaciones de millones de ciudadanos, por el otro– que han minado las relaciones de Berlín con Washington. Merkel insistió entonces, y ha repetido cada vez que se le preguntó, que el espionaje entre aliados es intolerable.

Sin embargo, hasta ahora Wa-shington no ha dado respuestas sólidas a las reiteradas peticiones de esclarecimiento presentadas por la Fiscalía Federal que investiga al doble espía o la comisión creada en el Parlamento Federal (Bundestag) a ese efecto.

La existencia de esas escuchas, aisladas o no, explicaría por qué Berlín o la canciller no han puesto mayor contundencia en esos pedidos, especulan los medios alemanes, mientras el opositor partido Los Verdes exigió ayer el esclarecimiento total del asunto. Los Verdes, como La Izquierda, han pedido insistentemente que Merkel conceda el asilo a Snowden, para que contribuya a esas investigaciones. Desde el gobierno se ha recordado a la oposición que existen acuerdos bilaterales de extradición, lo que impide cualquier intento de garantizar a Snowden –actualmente exiliado en Rusia– que no sería entregado a Estados Unidos en caso de que Washington así lo solicitara.

“Es inconcebible que después de un año discutiendo a fondo sobre el escándalo de la NSA nos enteremos ahora de que también nuestros servicios llevaron adelante un espionaje activo de países aliados”, señaló la jefa de Los Verdes, Simone Peter, al diario Welt am Sonntag. En tanto, La Izquierda acusó al BND de convertirse “en un Estado dentro del Estado” y denunció “un enorme déficit de control” por parte del gobierno. “Exigimos una aclaración exhaustiva e inmediata de lo ocurrido”, dijo el jefe parlamentario del partido, Jan Korte, a la web del diario Handelsblatt.

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