Dom 17.08.2014

EL MUNDO  › EE.UU. BOMBARDEO A LOS INSURGENTES ISLAMISTAS QUE HABIAN TOMADO UNA REPRESA EN EL NORTE DE IRAK

Duros combates entre kurdos y jihadistas cerca de Mosul

Mientras combatían por el control de una represa, las milicias del Estado Islámico mataron a cien hombres yazidíes cerca de la ciudad de Sinyar en el norte de Irak, que se negaron a convertirse al Islam, aseguraron testigos de la masacre.

Al menos 28 jihadistas del Estado Islámico (EI) murieron ayer tras los ataques de Estados Unidos y las tropas kurdas a posiciones de la organización sunnita. Uno de los objetivos de los aviones de guerra estadounidenses y de las fuerzas kurdas fue la represa de Mosul, la más grande del país y muy importante para el suministro eléctrico y de agua potable para la población. La misma había sido tomada por los insurgentes a comienzos de agosto y ahora están intentando recuperarla en una operación conjunta. Alemania brindó su apoyo a las autoridades iraquíes y la Unión Europea (UE) avaló a los países del bloque que suministran armas a los kurdos.

Por su parte, las milicias del EI mataron a 100 hombres yazidíes cerca de la ciudad de Sinyar en el norte de Irak, que se negaron a convertirse al Islam, aseguraron testigos de la masacre. Los hombres fueron masacrados el viernes, mientras que las mujeres y niños fueron secuestrados y llevados a un sitio desconocido, afirmaron los testigos. El yazidismo en una religión minoritaria que se basa en las enseñanzas del profeta iraní Zoroastro. Se estima que en Irak hay medio millón de personas que profesan esta fe.

En las últimas semanas los insurgentes han tomado numerosas localidades en el norte de Irak en las que viven miembros de las minorías cristiana y yazidí, que se vieron obligados a huir en masa. Otros fueron encerrados en sus casas y se los amenazó con la muerte si no se convierten al Islam.

Ayer por la mañana llegó a Irak el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, para reunirse con el presidente iraquí, el kurdo Fuad Masum, con el primer ministro designado, Haidar al Abadi, y el ministro de Exteriores, Husein al Shahristani. “Las imágenes diarias de Irak con personas asesinadas y masacradas generan conmoción e indignación en todo el mundo, incluida Alemania”, aseguró el ministro a su llegada a Bagdad. “Una banda terrorista de asesinos está tratando de someter al país”, agregó. Poco antes de su llegada, había aterrizado en Erbil un avión de transporte del ejército alemán con ayuda humanitaria para los refugiados.

Steinmeier consideró que la renuncia del actual primer ministro, Nuri al Maliki, a seguir en el cargo es “una pequeña luz de esperanza”. Al Maliki, que es chiíta, es considerado responsable del avance de los islamistas por su política de aislamiento de los sunnitas en Irak. Tras semanas de disputas, todo apunta a que ahora será posible formar un nuevo gobierno con una figura más conciliadora al frente. El EI ha aprovechado el vacío de poder en Irak para avanzar sin freno en amplias regiones y expulsar a decenas de miles de personas de sus hogares.

Steinmeier también se entrevistó en Erbil con el presidente de la región autónoma del Kurdistán, Masud Barzani, para hablar sobre la ayuda que puede brindar Alemania, pero no hizo ninguna promesa concreta sobre de qué tipo será y si incluirá el envío de armas, algo a lo que Berlín se muestra reticente por el momento.

En una entrevista con el semanario alemán Focus publicada hoy, Barzani afirmó que si bien espera ayuda humanitaria de Alemania, también espera armas y municiones. “No tenemos necesidad de combatientes valientes, tenemos falta de armas modernas y efectivas”, sostuvo. Hace una semana, Estados Unidos comenzó a bombardear a los islamistas cerca de Erbil y suministró armas a los peshmerga, el brazo armado del gobierno regional kurdo.

Mientras, la UE anunció el viernes que respaldará a sus países miembro que “individualmente” decidan enviar armas a las fuerzas kurdas de Irak, aunque hasta ahora sólo Francia está suministrando armamento.

Estados Unidos parece satisfecho con la operación, a poco más de diez años del inicio de la guerra de Irak. “Estoy muy satisfecho con cómo estamos llevando a cabo la misión en Irak, que tiene dos objetivos y que está cumpliendo exactamente lo que el presidente nos ordenó”, dijo el contraalmirante DeWolfe “Chip” Miller. Recordó además que el principal objetivo de la operación es la “asistencia humanitaria” a los desplazados que huyen del EI y la protección del personal estadounidense que se encuentra sobre el terreno.

Los cazabombarderos F/A-18 Hornet salen cada día del USS George H. W. Bush, el portaaviones nuclear más moderno de la flota estadounidense, para atacar objetivos del EI en la zona del Kurdistán y cerca de la ciudad de Sinyar. En el golfo Pérsico, Estados Unidos tiene unidades aéreas en Omán, Emiratos Arabes Unidos, Qatar, Jordania, Turquía y Bahrein, donde está la sede de su Quinta Flota, encargada de vigilar la zona de Medio Oriente, el golfo Pérsico y Asia Central. Junto a la misión estadounidense, el Reino Unido también envió un avión espía Rivert Joint al norte de Irak para recabar información de reconocimiento sobre el avance jihadista.

El EI controla también amplias zonas en la vecina Siria, lo que ha hecho surgir el temor de la emergencia de un enclave extremista transnacional en la ya inestable región. Su objetivo es instalar el ya proclamado “califato”, un sistema de gobierno establecido en el Islam, en el que el califa se erige como representante tanto del pueblo como del Islam que debe gobernar de acuerdo con la ley religiosa (sharia).

Los jihadistas del EI han ejecutado a más de 700 personas, en su mayoría civiles, durante las últimas dos semanas en el este de la provincia siria de Deir al Zur (noreste), según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Las ejecuciones tuvieron lugar en las localidades de Al Shuaitat, Garanish, Abu Hamam y Al Kishkia, tomadas por los extremistas el pasado 11 de agosto, y donde residían los miembros del clan de Al Shuaitat. Centenares de miembros de esa tribu continúan desaparecidos, después de haber sido amenazados por el EI, que los considera infieles que deben ser asesinados en masa y que no se merecen “tregua, seguridad, dinero, comida, familia, ni esposas”, de acuerdo con el OSDH.

Además, el Observatorio, que tiene su sede en Londres, asegura haber podido documentar los nombres de decenas de esas víctimas y señala que cientos de los ejecutados por el EI fueron sacrificados después de sus familias, y les cortaron la cabeza para luego mostrarla en lugares públicos. Esta organización ya advirtió hace unos días sobre las ejecuciones en masa de los jihadistas y su “genocidio” contra la población de la tribu Al Shuaitat.

En tanto, la oposición siria pidió ayer a Estados Unidos ataques aéreos contra el EI en Siria, donde el grupo domina extensas zonas del Norte y Este, al igual que los que está llevando a cabo en Irak. “Llamo a la ONU y a todos los países que creen en la libertad, sobre todo a Estados Unidos, que haga frente a la situación en Siria de forma similar a como actúa con la situación en el Kurdistán iraquí”, dijo Hadi al Bahra, líder de la Coalición Nacional Siria, la principal alianza opositora al gobierno del presidente Bashar al Assad. “Los motivos y el enemigo son los mismos (en Siria y en Irak) y no hay espacio para dobles raseros”, añadió.

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