EL MUNDO › LA FINCA DE LOS FANJUL, EN SANTO DOMINGO, CENTRO DE REUNIóN PARA SUPEREMPRESARIOS Y LíDERES CONSERVADORES
La familia Fanjul, de origen cubano, y dueña de un emporio azucarero, ha sido anfitriona de los Bush, padre e hijo, del ex jefe de Estado español José María Aznar y otros personajes.
› Por Gustavo Veiga
Todos los caminos del poder conservador más concentrado de Estados Unidos y América latina conducen hacia Casa de Campo, en República Dominicana. Destino bastante menos conocido que Punta Cana, pero más glamoroso y exclusivo, reúne a ex presidentes, multimillonarios y celebridades del ambiente artístico todos los veranos. Los Bush, padre e hijo, el colombiano Alvaro Uribe y el ex primer ministro de Canadá Brian Mulroney se han mezclado con Bill Gates, el empresario mediático venezolano Gustavo Cisneros y Skakira en el resort más caro del Caribe. En la lista de visitantes también hay ex gobernantes españoles o representantes de su nobleza: José María Aznar y el ex rey Juan Carlos. Muchos de ellos han jugado al golf en una de las mejores canchas del mundo, con vista al mar. En esos 28 kilómetros cuadrados de este predio cerrado a miradas indiscretas, también se hacen política y negocios. O las dos cosas juntas. Y vacacionan lobbistas y congresistas de EE.UU. que hoy ocupan los titulares de los diarios por su respaldo explícito a los fondos buitre.
“Un dominicano no llega ni a la puerta”, describe a pedido de Página/12 un profesional de ese origen que estudia una maestría en la Universidad de Buenos Aires. Enseguida agrega, café mediante: “La villa más barata en ese lugar cuesta dos millones de dólares”. Por villa quiere decir una especie de mansión rodeada de gran espacio verde.
En efecto, en www.invertirendominicana.com hoy se vende media hectárea con una lujosa propiedad en su interior por 8,3 millones de dólares. El contraste entre el hedonismo extravagante que propone Casa de Campo y el ingenio azucarero del que está separada por el río Dulce es notable. La Central Romana es el principal empleador privado del país. Diversificada en varias unidades de negocios, tiene 25 mil trabajadores, según su información corporativa. La familia Fanjul, de origen cubano, es la dueña de la corporación y del centro turístico donde solían reunirse los Bush con Aznar y Uribe en la mansión de Cisneros. Los empresarios suelen recibir ahí a Bill Clinton. Nada es casualidad. Financiaron sus campañas electorales durante años.
Expropiados por la Revolución Cubana, los Fanjul se instalaron primero en Estados Unidos donde poseen Florida Crystal Sugar. Ahora, 55 años después, estudian regresar a Cuba para invertir. A Alfonso Fanjul, quien visitó la isla en dos ocasiones en 2012 y 2013, los más recalcitrantes anticastristas de Miami lo tildaron de “traidor”.
En República Dominicana, su segundo destino (llegaron a mediados de la década del ‘80), son conocidas las imputaciones que recibieron los Fanjul por explotar a los macheteros haitianos. Antes, en EE.UU. habían levantado su emporio azucarero pagando salarios de hambre a trabajadores jamaiquinos. Cómo sería que The New York Times los denunció. Son tan poderosos e influyentes que lograron frenar la película Sugarland, en la que Robert De Niro iba a interpretar a Alfonso y Jodie Foster a la abogada defensora de los trabajadores en su ingenio de Florida.
Desde Miami y otras ciudades de Estados Unidos suele viajar a Casa de Campo el principal lobbista en el Congreso de los fondos buitre: el senador demócrata Bob Menéndez. Es por su amistad con Salomón Melgen, un médico oftalmólogo dominicano radicado en West Palm Beach, Florida. Una amistad regada con miles de dólares de respaldo a sus campañas políticas. Mucho más (unos 700 mil) que los recibidos por el congresista de manos del propietario del fondo buitre NML, Paul Singer (117 mil declarados oficialmente).
Menéndez atacó al gobierno argentino porque no le pagó a su financista los bonos de la deuda y también hace lo propio con República Dominicana porque entorpece un negociado de Melgen en ese país: se trata de rayos X para verificar el contenido de containers. “Es un oftalmólogo, por el amor de Cristo. No tiene experiencia en seguridad portuaria”, se quejó William Malamud, vicepresidente de la Cámara Americana de Comercio de Santo Domingo.
La dupla MelgenMenéndez se vio involucrada en denuncias sobre fiestas non sanctas con menores de edad en el país del Caribe. Al congresista las acusaciones lo hicieron trastabillar en la Cámara alta, donde es un peso pesado. Un primo del médico y diputado en República Dominicana, Vinicio Castillo Semán, salió a defender a ambos de las imputaciones en febrero del año pasado.
Cuando lo hizo, blanqueó ciertos vínculos entre políticos locales y de Estados Unidos que suelen darse en Casa de Campo. Se quejó de una foto difundida en la que aparecía “junto a mi primo el doctor Melgen, el senador Bob Menéndez y el director del Listín Diario, Miguel Franjul, fue en ocasión de una actividad a la que asistieron numerosas personalidades norteamericanas residentes en nuestro país y en la que estuvo presente el representante del Partido Demócrata y miembro del directorio central ejecutivo de ese partido, mi también primo Leo Pérez Minaya, por tratarse de un tema relacionado con esa organización política norteamericana”.
Fotos como la que menciona Castillo Semán salen publicadas en las páginas sociales de los medios locales o en otros sitios virtuales. En febrero de 2011, el anfitrión Cisneros invitó en su residencia La Serenísima de Casa de Campo, a un grupo de ex presidentes y ex primeros ministros. De izquierda a derecha posaron de pie para la cámara el propio Cisneros, Aznar, el tres veces primer mandatario dominicano Leonel Fernández, George W. Bush, Mulroney y, sentado, George Bush padre, de 90 años. Este último visitó el país por primera vez cuando era vice de Ronald Reagan.
El matrimonio del empresario venezolano y su esposa Patricia bautizó a la jornada como el “Presidents’ day weekend” (Fin de semana de los presidentes). Una paquetería y un gusto a la vez que sólo podría darse un multimillonario en su mansión de Casa de Campo. El resort muy exclusivo donde vacaciona, se reúne y hace negocios desde hace años la derecha más rancia del planeta.
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