EL MUNDO › SE CALCULA QUE LOS MUERTOS DEL BARCO LIBIO QUE SE DIRIGíA A ITALIA SERíAN AL MENOS 250
Eran somalíes, eritreos, nigerianos y ghaneses fundamentalmente los ocupantes del barco que se hundió a unos pocos kilómetros de Trípoli. En el Mediterráneo habrían desaparecido unas 2000 personas desde principios de este año.
› Por Elena Llorente
Página/12 En Italia
Desde Roma
Mientras en Irak, Libia y Palestina se suman los muertos y las acciones de guerra, en Africa la gente sigue tratando de escapar de las persecuciones, de la pobreza y de esa angustia de no saber si mañana se sobrevivirá. Europa, cueste lo que cueste, sigue siendo el objetivo privilegiado. Y los que escapan de Africa y de Medio Oriente, usando los medios más rudimentarios como viejos barcones y pagando cifras inimaginables a los traficantes de seres humanos, mueren una vez más en el mar Mediterráneo como sucedió el pasado fin de semana, cerca de las costas de Libia y también cerca de la isla italiana de Lampedusa. Recién ayer se pudo calcular que los muertos del barco libio pueden ser al menos 250, aunque no todos los cuerpos han sido encontrados. Según contó un oficial de los guardias costeros libios, sus hombres hicieron inmersiones y pudieron comprobar que el barco hundido era mucho más grande de lo que se suponía. Las autoridades libias, dada la gran confusión que reina en el país sumido en una guerra civil que combate a los islamistas, no han dado señales de vida. Pero tampoco la Cruz Roja que aparentemente habría sido llamada por los guardias costeros. Eran somalíes, eritreos, nigerianos y ghaneses fundamentalmente los ocupantes del barco que naufragó a unos pocos kilómetros de la capital, Trípoli. Se salvaron 16 personas solamente.
A las víctimas del barco que partió de Libia se agregan al menos otras 18 a bordo de una lancha inflable que estuvo a punto de naufragar cerca de Lampedusa. Al parecer, habrían muertos por inhalar carburantes, ya que la lancha transportaba varios bidones con nafta. De esa barca fueron salvados con vida 73 personas. Pero otros ocho estarían desaparecidos. La tragedia no pasó a mayores gracias a la marina militar italiana que en el marco de la llamada operación Mare Nostrum, que desde octubre pasado trata de evitar naufragios y salvar a los inmigrantes en el mar, detectó la barca y pudo lanzarle balsas salvavidas cuando percibió que la barcaza se estaba comenzando a hundir. “Cada vez que socorremos un barco en dificultades nos encontramos la misma escena y cada vez quedamos impresionados. Vemos gente que escapa del hambre y de la guerra afrontando riesgos enormes para los que no están preparados, vestidos con ropas no adecuadas, con poca agua y alimentos”, contó a la prensa el almirante Marco Bilardi, que al frente de la nave Sirio salvó los 73 migrantes de Lampedusa. A veces, dijo además, son los mismos marineros los que en un primer momento le dan vestidos a la gente y juguetes a los niños para tratar de aliviar su sufrimiento.
Según la Agencia Habeshia, una organización no gubernamental que se ocupa de asistir a los migrantes, en el Mediterráneo habrían desaparecidos unas 2000 personas desde principios de este año. Según Mussie Zerai, un sacerdote eritreo que preside la Agencia Habeshia, para hacer cálculos sobre las personas desaparecidas en el mar se basan en las denuncias de familiares o compañeros de viaje que piden información sobre personas que no han dado más señales de vida después de haber pasado por algún centro de recepción de inmigrantes en Libia o Túnez. La marina militar italiana, por su parte, ha hablado de casi 3000 inmigrantes salvados en las últimas 48 horas en el Mediterráneo italiano.
Pero pese a que las tragedias en el mar no se detienen y el tema ha sido repetidamente abordado por el gobierno italiano con los representantes de la Unión Europea, no hay decisiones europeas importantes por ahora en este sentido. Un asunto por demás delicado para toda Europa y particularmente para los países del Mediterráneo, pero que algunas naciones no directamente implicadas parecen querer esquivar, porque significa costos y apertura al ingreso de extranjeros no europeos. “Europa debe tomar la cuestión en sus manos definitivamente”, repitió una vez más el ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, insistiendo en que la fuga de las guerras y de la persecución no es una cuestión exclusivamente italiana. La Comisión Europea, por boca de su Comisaría para los Asuntos Internos, Cecilia Malmstrom, anunció que la próxima semana se reunirá con Alfano “para definir mejor las prioridades y la asistencia a Italia y a los países del Mediterráneo” que deben afrontar una importante presión migratoria y de pedidos de asilo. Porque a los pobres y perseguidos africanos hay que agregar los inmigrantes de los países de Medio Oriente en guerra, como Siria e Irak principalmente.
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