El club que reúne a los militares retirados de Brasil respaldó ayer la candidatura de Marina Silva, a la que califica como “un hilo de esperanza”. La institución castrense, históricamente crítica del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), de la presidenta Dilma Rousseff, reivindicó el supuesto cambio que traería un eventual triunfo de la ex ministra de Medio Ambiente. “Qué tipo de cambio, eso es otro problema”, se sincera el comunicado titulado “Un hilo de esperanza” lanzado por el Club Militar, que reivindica el golpe de 1964 que instaló una dictadura hasta 1985.

Si bien califican a Silva como poseedora de una “figura mesiánica” que camina hacia una “nueva política misteriosa”, los militares retirados la eligieron como opción para lo que llamaron el “lulopetismo”, en referencia al ex presidente Luiz Lula da Silva (2003-2010) y su partido. “Los cambios pueden ser para mejor o para peor, desde que interrumpan la condenada ‘corruptocracia’ instalada en el poder por el ‘lulopetismo’. Como esto está no puede seguir. Hay expectativas de que nuevos rumbos y nuevos gobernantes traigan mejores días y mayor esperanza a los electores desilusionados”, según el texto.

El manifiesto advierte que un excelente candidato puede no ser necesariamente un gran presidente y se anima a aconsejar a su elegida: “Marina tendrá que bajar de las nubes y luchar en la arena de la vida cotidiana de la plaza de los tres poderes, frente a las bestias insaciables, sin ningún compromiso con la realidad política”.

De acuerdo con los militares retirados, Silva, que según las encuestas derrotaría a Rousseff en una segunda vuelta electoral en los comicios de octubre, “incorporó el deseo vago de cambios que llevó al pueblo a las calles en junio del año pasado”, razón por la cual sería más conveniente su victoria.

El comunicado está firmado por el general retirado Clovis Purper Bandeira, editor de opinión del Club Militar, que agrupa a los retirados de las tres fuerzas (Aérea, Marina y Ejército). La institución critica con particular vehemencia el gobierno de la presidenta Rousseff, quien en su juventud participó de movimientos de la resistencia armada a la dictadura militar, que durante casi tres años la mantuvo como presa política y bajo tortura en un lapso de 22 días.

Sin embargo, según el diario O Globo, Bandeira reveló las verdaderas intenciones de los militares. La institución desea el triunfo de Silva porque la ve más permeable a sus intereses. El Club Militar tiene como prioridad la mejora de los salarios en los cuarteles, la revisión del papel del ministro de Defensa, para que el cargo sea ocupado por un oficial, y la preservación de la Ley de Amnistía, con el fin de evitar que los miembros del régimen militar sean juzgados “mientras que los ex militantes de las organizaciones de la izquierda armada queden impunes”.

Los militares retirados condenan en forma habitual a la Comisión de la Verdad, que investiga los crímenes de la dictadura, que fue instalada por la presidenta en 2012 y que a fin de año debe exhibir los resultados de su trabajo. Si bien la comisión no tiene carácter vinculante, su aporte permite esclarecer lo ocurrido en el país durante los años de plomo.

El del Club Militar es un nuevo apoyo de los sectores conservadores que recibe la candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB), quien fue recientemente respaldada por el pastor evangelista Marco Feliciano, conocido y criticado por las organizaciones que luchan por los derechos humanos debido a sus posiciones radicales y discriminatorias contra los homosexuales y los afrobrasileños.