EL MUNDO › MOSCú APOYA EL AUTOGOBIERNO EN EL ESTE
Pese al visto bueno del Kremlin, uno de los máximos líderes de los rebeldes prorrusos rechazó una parte clave de una ley que aprobó el Parlamento ucraniano.
Rusia apoyó ayer la ley ucraniana que garantiza tres años de autogobierno a los separatistas prorrusos en Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania. Sin embargo, al menos 12 civiles murieron en bombardeos que tuvieron lugar en el este, mientras que uno de los máximos líderes de los rebeldes prorrusos de la región rechazó una parte clave de una ley que confirió poderes de autogobierno a extensos territorios para poner fin al conflicto.
La Municipalidad de Donetsk, principal bastión de los insurgentes, informó que un bombardeo mató a dos personas e hirió a otras cuatro en el oeste de la ciudad, de más de un millón de habitantes. En otro comunicado, el mando militar de Ucrania informó que al menos 10 civiles más murieron y decenas resultaron heridos en ataques aéreos contra la localidad de Nizhniaya Krinka, ubicada a 20 kilómetros al este de Donetsk. El mando militar y el líder rebelde de Donetsk, Alexander Zajarchenko, se acusaron de los ataques que tuvieron lugar ayer, que suponen una nueva violación a una tregua decretada este mes, pero que ha sido violada varias veces, sumando víctimas civiles a un conflicto que ya dejó más de 3000 muertos desde que comenzó, en abril. Desde que entró en vigor el alto el fuego, los enfrentamientos en Donetsk se vieron circunscriptos a su sector norte: varios barrios residenciales fueron afectados por combates centrados en el aeropuerto de la ciudad, que está controlado por el ejército.
Para tratar de poner fin a la guerra, el Parlamento ucraniano aprobó anteayer una ley que contempla tres años de autogobierno para las zonas de Donetsk y Lugansk, controladas por los rebeldes prorrusos, así como una amplia amnistía para separatistas. Sin embargo, Zajarchenko rechazó ayer la posibilidad de que se lleven a cabo elecciones locales en las regiones rebeldes el 7 de diciembre, como estipula esa ley. “Tenemos un Soviet Supremo propio y adoptaremos una decisión independiente sobre cuándo y qué elecciones celebrar. Aquí no habrá ninguna elección organizada por Ucrania”, aseguró a la agencia de noticias rusa Interfax.
Mientras, su mano derecha, Andrei Purguin, quien insistió esta semana en que los separatistas no renuncian a la independencia, destacó que la ley contiene puntos interesantes, como el derecho a realizar actividades de política exterior. “El diálogo continuará. Cuándo y en qué formato aún debemos hablarlo. Cuando llegue la hora de la reconstrucción, veremos cómo funciona” la ley, apuntó. Las reservas expresadas por los líderes rebeldes podrían afectar negociaciones en curso en Minsk, capital de Bielorrusia, entre Ucrania, los rebeldes, Rusia y la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE).
La tregua decretada el 5 de septiembre forma parte de un protocolo acordado en Minsk un día antes y que incluye un alto el fuego, canje de prisioneros, apertura de corredores humanitarios y la concesión de un estatus especial a las zonas bajo control rebelde aprobada por el Parlamento de Kiev. Rusia apoyó ayer la ley de autogobierno, pese a que el Kremlin siempre ha defendido la concesión de mayores competencias políticas, económicas y lingüísticas para las zonas rusohablantes del este de Ucrania, mientras la autonomía que ofrece Kiev es limitada y temporal.
“En Rusia vemos este documento como un paso en la buena dirección que se corresponde con los acuerdos acuñados en la Declaración de Ginebra del 17 de abril entre Rusia, Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea, y la de Berlín del 2 de julio”, dijo la Cancillería rusa en un comunicado.
“Todo esto crea el caldo de cultivo para el inicio de un auténtico proceso constitucional en Ucrania, que debe incluir la puesta en marcha de un diálogo para lograr la concordia”, indicó el documento.
Por ello, Rusia instó a Ucrania a aplicar la ley de autogobierno –que aún no fue promulgada por el presidente Petro Poroshenko– y advirtió que si sus detractores logran su modificación, devolverán la situación a la confrontación en el este del país. La nota aludió a las críticas contra la ley vertidas por la ex primera ministra Yulia Timoshenko y el líder nacionalista del partido Svoboda (Libertad), Oleg Tiagnibok, quienes acusan a Poroshenko de rendir los intereses del Estado, poner en peligro la integridad territorial del país y legalizar a los terroristas.
Mientras tanto, varios centenares de ultranacionalistas protestaron ayer contra la concesión del autogobierno a los rebeldes frente al edificio de la Presidencia, en el que no se encontraba Poroshenko, quien viajó a Canadá y Estados Unidos para reunirse con sus dirigentes. “Las leyes no están claras. Exigimos a Poroshenko que no las promulgue. Como los combatientes llevaban pasamontañas, será imposible determinar quién combatió y quién simplemente llevaba el agua”, aseguró Artiom Skropadski, portavoz del partido Sector de Derechas. No obstante, el primer ministro, Arseni Yatseniuk, mostró ayer su apoyo al presidente al asegurar que la citada ley no significa que Kiev reconozca las repúblicas populares que los rebeldes proclamaron en Donetsk y Lugansk.
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