Jue 25.09.2014

EL MUNDO  › OPINION

Lo político y lo religioso

› Por Carlos A. Valle *

La historia de la humanidad está plagada de persecuciones religiosas de todo tipo. En varias de ellas, las iglesias cristianas han jugado el papel de víctimas o de victimarias. Todo esto merece la reprobación de todos los que defienden la dignidad y el respeto de todo ser humano sin distinción.

Sería largo e innecesario proporcionar un listado de heroicos actos y de cruentos baldones que se pueden enlistar en la historia del cristianismo. Será más importante recordar que difícilmente se pueda aislar lo religioso de lo político. Las aventuras belicistas reiteradamente apelaron a resortes espirituales por los cuales ponerse al frente de las luchas de dominación.

En la historia bíblica no se puede aislar el tema religioso del tema político. El reclamo de Israel es que Dios le ha otorgado una “tierra prometida”. Por ella lucharon y combatieron con otros pueblos. Esta concepción de haber recibido dádivas especiales de la divinidad también la reclaman otros pueblos. Están convencidos de que lo que están haciendo y conquistando es el cumplimiento de la voluntad divina.

Hoy en día, los reclamos de carácter trascendente han dejado lugar a la conciencia de que hay pueblos que no necesitan el sello divino porque creen que ya lo poseen genéticamente. Así se puede entender la comprensión religioso-secularizada del Estado de Israel en su actitud con Palestina.

Los últimos acontecimientos han puesto de manifiesto que en esa visión los palestinos no tienen futuro en esas tierras bíblicas. Y se ha agravado por la desmedida acción bélica contra la aislada Franja de Gaza que produjo más de 2000 muertos, muchos de ellos niños. A ello se ha sumado la anexión de 400 hectáreas en la zona de Cisjordania, con lo que el pueblo palestino ha perdido desde la ocupación británica casi el 90 por ciento de su territorio.

¿Cuál ha sido la reacción de las iglesias? Es bien sabido que cualquier crítica contra Israel es considerada un acto de antisemitismo. Es penoso que una mirada abierta y de respeto por el pueblo de Israel no pueda contener un leve cuestionamiento por simples razones humanas. Expresiones de pesar y dolor por las pérdidas humanas, píos rezos y declaraciones altisonantes se convierten en negación de sus propias convicciones.

La decisión de EE.UU. de proceder a atacar a EI, el Estado Islámico constituido en la zona que media entre Siria e Irak, no es nueva. Ya anunciaron haber realizado más de 1500 ataques “exitosos” en el área durante el pasado mes. Uno de los argumentos que se esgrimen tiene que ver con la persecución de cristianos por los llamados grupos terroristas islamistas. Relatos de estos atropellos se destacan en los medios y son muy lamentables. Pero mientras tanto se recibe con cierta resignación que la única respuesta es la ofensiva bélica.

Las cruentas guerras que asuelan esa región del Medio Oriente tienen demasiado olor a petróleo y dominio regional, y los argumentos religiosos se convierten en un maquillaje que despierta los sentimientos de quienes han hecho de la religión un tema individual que quieren proteger a costa de la vida de muchos.

¿A qué van a jugar las iglesias, a preservarse a sí mismas o a dejarse desafiar por su fe?

* Pastor de la Iglesia Metodista. Ex secretario de la Asociación Mundial para las Comunicaciones Cristianas.

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