Una violenta represión policial de una manifestación en el estado mexicano de Guerrero terminó con seis muertos y decenas de estudiantes que no regresaron a sus casas para evitar razzias de las fuerzas de seguridad, informó el ombudsman local. Ayer una manifestación de 3000 estudiantes en la capital mexicana exigió la renuncia del gobernador Angel Aguirre por su responsabilidad en la represión. Durante la protesta, algunos encapuchados lanzaron piedras y rompieron vidrios de la fachada del Congreso.

“Por fortuna la cifra de los estudiantes desaparecidos ha ido bajando y de los 57 que teníamos reportados como desaparecidos, actualmente sólo estamos en busca de 43”, dijo Ramón Navarrete, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Guerrero. De los jóvenes ubicados, trece fueron hallados en sus viviendas y la escuela docente en la que estudian, y uno más está entre los seis muertos que dejaron choques violentos que protagonizaron agentes contra estudiantes. Los 13 estudiantes estaban escondidos por temor a represalias, añadió el funcionario, al considerar que el resto de los desaparecidos podría haber optado por la misma estrategia y podría regresar pronto a sus viviendas.

Alumnos de la universidad rural para maestros normales de la comunidad de Ayotzinaga se manifestaron el viernes pasado en Iguala, una ciudad del nordeste de Guerrero, e incendiaron algunos autobuses públicos. Luego fueron perseguidos y atacados con armas de fuego por policías municipales y hombres armados que iban encapuchados y vestidos de civil. Los tiroteos dejaron seis muertos y 25 heridos. Además, 282 policías locales fueron detenidos tras los hechos, pero sólo 22 fueron arrestados definitivamente como presuntos responsables de los ataques. Ayer, Navarrete instó a los estudiantes a “regresar con confianza a sus hogares”, pues las autoridades se comprometieron a no presentar cargos contra ellos por los daños que dejaron las protestas.