Desde La Paz

Cerradas las campañas de los cinco partidos, los postulantes a la presidencia de Bolivia quedaron en silencio hasta el domingo a la tarde. Todas las encuestas dan por ganador a Evo Morales, quien gobierna Bolivia desde 2006, en las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo domingo. “Quiero aprovechar esta oportunidad para decir muchas gracias al pueblo paceño por cuidarnos estos nueve años. Gracias a ustedes y a la defensa de ustedes hemos cumplido un mandato. Ahora tenemos la responsabilidad de seguir cinco años más. Sé que el pueblo paceño me va a seguir acompañando”, dijo el presidente y candidato el miércoles pasado en El Alto, en su cierre de campaña ante medio millón de personas, según los organizadores.

Habló como si ya fuera el domingo a la noche porque nadie en Bolivia –ni hasta el opositor más recalcitrante– es tan cabeza dura como para negar que el oficialista Movimiento Al Socialismo va a ganar por al menos el 54 por ciento de los votos, como dice la encuesta menos favorable al oficialismo. “Casi nueve años hemos enseñado cómo se gobierna. Por eso el domingo vamos a ganar con amplia mayoría y esta vez vamos a ganar en los nueve departamentos. Esta vez vamos a dar un ‘mazazo’ al imperio, al neoliberalismo. Será el triunfo del pueblo boliviano”, dijo el presidente en la Ceja de El Alto. Estaba en el escenario acompañado por ministros, candidatos a la Asamblea Legislativa Plurinacional y hasta ex futbolistas de la gloriosa selección del ’94, cuando Bolivia participó de un Mundial de Fútbol por única vez en su vida.

La mejora en el poder adquisitivo hizo que hasta quien se creía más aristócrata y se refería al presidente como “el indio”, este domingo apueste a seguir con quien administra este buen clima económico. Como incentivo, en diciembre, quienes tienen empleo formal recibirán otra vez doble aguinaldo, como cada año en que Bolivia crezca más del 4,5 por ciento.

Según los últimos sondeos, Morales obtendría entre el 59 y el 54 por ciento de los votos. Unos 40 puntos más abajo quedaría Doria Medina. Tuto Quiroga obtendría el 8 por ciento. Juan del Granado, del Movimiento Sin Miedo (MSM), conseguiría el 4 por ciento, y Fernando Vargas, del Partido Verde, quedaría con el 1 por ciento de los votos.

Pero la esmirriada oposición dice que todavía conserva la fe en cualquier milagro dirigido a romper la brecha de 40 puntos que habría entre el Movimiento Al Socialismo (MAS) y Unidad Demócrata (UD), que quedaría segundo en estas elecciones, con el 14 por ciento de los votos. “He recorrido todo el país y admito que el MAS y UD ganaron por goleada en el pintado de paredes y por las miles de gigantografías. Pero las banderas y paredes pintadas no votan el domingo, lo hace la gente”, dijo el candidato a la presidencia Jorge “Tuto” Quiroga, del Partido Demócrata Cristiano (PDC).

“¿Cuándo ganó el MAS en Santa Cruz?”, preguntó sarcástico el candidato a la vicepresidencia por UD, Ernesto Suárez, en su cierre de campaña en esa ciudad del Oriente boliviano. Pero este departamento de dos millones de habitantes ya no es lo que era. En los últimos ocho años, Bolivia tuvo un crecimiento económico como nunca en su historia. Hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene que felicitar al país porque lidera el ranking en la región. Este año, el PBI aumentará en un 5,2 por ciento. En 2015 calculan que la cifra será similar.

Además de silenciar a los cinco partidos, el Organo Electoral instruyó la prohibición de venta y consumo de alcohol hasta pasadas las elecciones. Entre el sábado a la tarde y el domingo a la madrugada, tampoco podrán circular vehículos en el territorio nacional, menos los buses de larga distancia.