La cantidad de bolivianos en condiciones de votar hoy en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es casi la misma que en Pando, uno de los nueve departamentos (provincias) del país vecino. El dato, por sí solo, muestra que para los comicios de Bolivia, su colectividad en la Argentina tiene un valor electoral insoslayable. Pero hay más. Estas cifras no se compadecen con el total de bolivianos dispersos por el territorio nacional. Para la embajada de La Paz serían alrededor de 1.380.000. Ciertos estudios privados elevan esa cifra hasta 2.300.000. Como fuere, esos números están muy por encima de los 345.000 que registró el último censo de 2010.

Los residentes en Argentina tendrán la posibilidad de elegir presidente y vicepresidente (no así representantes de la Asamblea Legislativa Plurinacional que se vota en Bolivia) entre las 8 y las 16. Habrá 45 escuelas habilitadas para la elección distribuidas entre la Capital Federal y el conurbano, con 431 mesas. También se abrirán recintos electorales en otras ciudades del país como Rosario (será sede por primera vez), donde está previsto que asistan votantes de otras localidades santafesinas, de Corrientes, Entre Ríos y hasta San Nicolás, al norte de la provincia de Buenos Aires.

Organizaciones bolivianas previeron que la distancia entre ciudades del interior sea cubierta con colectivos para trasladar a los empadronados. En 2009, cuando se estrenó la posibilidad de elegir autoridades en el exterior, los residentes en Argentina, Brasil, Estados Unidos y España (tiene después de nuestro país la mayor cantidad de electores, 74.634) fueron los pioneros. Aquí votaron hace cinco años 55 mil personas. Hoy aquella lista de países se amplió con 29 más. Hasta en India, Irán y Egipto están autorizados a votar una pequeña cantidad.

En Bolivia el voto es obligatorio para 5.973.901 empadronados, pero esa disposición no alcanza a la colectividad en el exterior. Igual, el gobierno y el Tribunal Supremo Electoral recordaron de varias maneras que el sufragio es un derecho y convocaron a informarse en el Facebook Bolivia Vota en Buenos Aires. También se hicieron campañas ostensibles con afiches en el transporte público y hasta se colocaron carteles electrónicos en el Obelisco. Se habilitó una línea gratuita para consultas sobre las sedes de votación: la 0800-222-1860. Pero la cobertura más amplia de los comicios se escuchó por decenas de radios barriales o de baja potencia. Los programas destinados a la comunidad sirvieron para generar conciencia sobre la votación que, todo indica, le permitirá a Evo Morales ser reelegido sin segunda vuelta.

Los barrios porteños con más escuelas abiertas para la elección serán Liniers y Flores, aunque también habrá otras en Once, Pompeya, Soldati y Lugano. En el Gran Buenos Aires se cubrirá desde La Matanza hasta Quilmes y de Pilar a Lomas de Zamora. Una curiosidad adicional es que la votación en Argentina cerrará una hora antes que en Bolivia, donde los recintos electorales funcionarán hasta las 17. El 80 por ciento de los empadronados en nuestro país se ubica en el área metropolitana, estarán supervisados por 2586 jurados de mesa y votarán con una papeleta específica, sólo la fórmula presidencial. Además del actual mandatario, podrán elegir al empresario Samuel Doria Medina, al ex presidente Jorge Tuto Quiroga, al dirigente Juan Del Granado, un ex aliado de Evo y al líder indígena amazónico, Fernando Vargas.

La comunidad boliviana integrada por hombres y mujeres casi por igual, “se destaca en los sectores de la producción agropecuaria y textil, la fabricación de ladrillos y en la construcción, en ese orden”, según Jorge Encinas, encargado de turismo y comunicación de su embajada en Buenos Aires. También tiene muchos profesionales médicos y una matrícula universitaria de esa especialidad en ascenso, con entre 500 y 700 estudiantes. De los 33 países donde están en condiciones de votar bolivianos de su diáspora, Argentina es por lejos el de la mayor colectividad.

Los progresos de Bolivia en varios rubros clave y su crecimiento económico que la ubican por encima de la mayoría de las naciones latinoamericanas, ya comenzaron a surtir efectos deseados para el gobierno de Evo en materia migratoria. Su embajador en Buenos Aires, el piloto militar de aviación Liborio Flores Enríquez, dijo a Página/12: “Hay varios compatriotas que regresan al país o preguntan cuáles son las condiciones para volver. Algunos lo hacen como emprendedores de rubros industriales o comerciales que quieren abrir sus empresas, otros porque ya cumplieron su ciclo vital acá y también hay quienes no les ha ido demasiado bien y optan por volver. Durante lo que va de 2014 ha desfilado mucha gente por la embajada”.

Con este panorama de la colectividad en Argentina –la segunda del país, detrás de la paraguaya según el último censo 2010–, se realizarán las elecciones en un momento inédito del Estado Plurinacional vecino. Muchos quieren regresar a su tierra porque perciben que ahora están dadas las condiciones. El gobierno apuesta al retorno y está analizando un plan interministerial para concretarlo. La tendencia histórica a la inmigración hacia otros países (562.461 bolivianos se fueron entre 2001 y 2012) según confirma el último censo de hace dos años, ya insinúa un cambio que Bolivia intentará consolidar con una política de incentivos. Por ahora no hay estadísticas que lo avalen. Pero es un síntoma de que algo nuevo está pasando desde que los primeros inmigrantes llegaron al país en la década del ‘40 para trabajar de las zafras de Salta y Jujuy.

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