Brasil está en el presente período de su vida democrática ante una crucial elección, de cuyo resultado se desprenderán decisivas consecuencias para el resto de Latinoamérica. El PT y sus aliados, cuya candidata es Dilma Rousseff, enfrentan a una coalición de centroderecha alrededor del candidato Aécio Neves, inspirada por el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, que agrupa a los grandes empresarios, los más poderosos medios de comunicación y una experimentada clase política que desea desviar el rumbo que, con las dificultades conocidas, ha impreso el partido fundado por Lula da Silva, no sólo en materia de políticas sociales progresistas sino en cuanto a sus alianzas solidarias con diversos procesos de cambio en nuestros países.

Como hace más de tres décadas, en oportunidad de la fundación del PT, vuelven a enfrentarse los que recogen la tradición popular que encarnó y sigue galvanizando Lula con los grupos que inspira el serpenteante F. H. Cardoso, autor en su momento de las conocidas teorías de la dependencia y hoy ferviente impulsor de las neoderechas conservadoras mancomunadas con la lógica financiera global y las hegemonías emanadas del capitalismo mundial, que no desea aceptar los límites que surgen de partidos populares, a los que consideran con el mote despectivo de populismo.

Sin embargo, el PT ha mostrado en estos años una severa convicción en torno de decisivos cambios democratizadores en la sociedad brasileña y se enfrenta ahora a una coalición que, siguiendo modalidades de campaña surgidas de gabinetes mediáticos que calculan con destreza diversas alquimias electorales, recubren la dependencia real hacia las fuerzas más crudas de la globalización, adosando contenidos de justicia social, progreso y promoción de minorías y sectores desvalidos. Pero ése es el estilo propio de la restauración conservadora.

Frente a ella, para evitar lo que sería un dramático traspié de los grandes ámbitos de emancipación latinoamericanos, apoyamos calurosamente a la candidata del PT a la presidencia de la República Federativa del Brasil, Dilma Rousseff.