Serbia protestó ante Albania por las “provocaciones” nacionalistas en el partido de fútbol entre las selecciones de ambos países, válido por las Eliminatorias para la Eurocopa 2016, suspendido en la noche del martes en Belgrado. Las autoridades serbias dijeron confiar en que las autoridades de Tirana condenen lo sucedido, pero los futbolistas de la selección albanesa fueron recibidos como héroes nacionales. Serbios y albaneses tienen una historia de hostilidad que llegó a su punto más álgido en la guerra de Kosovo, quince años atrás.

Los incidentes tuvieron fuertes repercusiones políticas en la región e incluso el gobierno griego salió a condenar lo ocurrido. “En los Balcanes tenemos ya una experiencia histórica desagradable”, indicó el ministro de Exteriores griego, Evangelos Venizelos, quien pidió a ambos países contribuir a la estabilidad de la región “con declaraciones y hechos”.

El partido fue suspendido tras la aparición sobre el campo de un dron manejado por control remoto con una bandera de la Gran Albania. Ese símbolo irredentista, utilizado por ultranacionalistas albaneses, incluye zonas de Montenegro, Grecia, Macedonia y la propia Serbia.

El Ministerio de Exteriores serbio, que entregó la nota de protesta al embajador albanés en Belgrado, indicó que tales incidentes “evidentemente planeados con esmero, deterioran seriamente los esfuerzos por edificar relaciones de confianza y cooperación en la región” balcánica. “Si alguien de Serbia hubiera desplegado una bandera de la Gran Serbia en Tirana o Pristina, el caso estaría ya en el orden del día del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, dijo el ministro Ivica Dacic.

Tras el incidente, la policía serbia interrogó durante 40 minutos, en el palco de autoridades del estadio, a Olsi Rama, hermano del primer ministro de Albania, Edi Rama, al sospechar que fue quien manejó el dron. Fue liberado y volvió a Tirana con el equipo de su país.

Cuando un futbolista de la selección serbia bajó la bandera de un manotazo, fue increpado por varios futbolistas albaneses, lo que inició la trifulca, mientras hinchas serbios invadían el campo para agredir a los jugadores visitantes, por lo que el árbitro inglés Martin Atkinson suspendió el encuentro.

En un tuit, Rama escribió que se siente “orgulloso” de los jugadores del seleccionado de su país, mientras consideró el partido una “manifestación fea” de los vecinos. Rama tenía previsto para la semana que viene un viaje a Belgrado, en lo que constituye la primera visita de un primer ministro en 68 años a la nación serbia. Para el ministro de Exteriores, Ditmir Bushati, el acontecimiento ha sido “defraudador”, ya que el “fútbol no puede ser tomado como rehén del extremismo”.

La FIFA anunció la apertura de un expediente disciplinario a las federaciones de Serbia y Albania por los altercados.