El fiscal general de México, Jesús Murillo, informó que los 28 cadáveres hallados en cinco fosas clandestinas en el estado de Guerrero no pertenecen a ninguno de los 43 estudiantes desaparecidos a fines de septiembre. En tanto, las autoridades capturaron a otros 14 implicados en el secuestro, al que están relacionados policías e integrantes del cartel Guerreros Unidos, cuyo líder se suicidó en el centro del país al ser ubicado por agentes. El presidente Enrique Peña Nieto reconoció que la desaparición de los estudiantes representa una “prueba” para México.

Murillo aseguró que los restos encontrados no son de los estudiantes. “En las primeras fosas encontradas ya tenemos algunos resultados y les puedo decir que los cuerpos no corresponden a los tipos de ADN que los familiares de estos jóvenes nos han proporcionado, pero estas fosas nos confirman la peligrosidad de este grupo que se hace llamar Guerreros Unidos”, sostuvo el procurador. Las primeras cinco fosas habían sido halladas el 4 de octubre.

En lo que se refiere a la investigación contra los presuntos responsables, Murillo reveló que la procuraduría general ya cuenta con indicios suficientes de que el alcalde prófugo de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, actuó en complicidad con el grupo narco para el secuestro y la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa. “Yo creo que aquí –y ésa es la idea por la que estamos consignando por delincuencia organizada a los policías– hay una conjunción, vamos a determinar si es de coordinación o de subordinación el tipo de relación existente, pero para mí es claro que actuaron conjuntamente”, afirmó.

Iguala forma parte de una convulsionada subregión llamada Tierra Caliente y es una zona disputada por varios carteles del narcotráfico, entre ellos el de Guerreros Unidos, que trafican marihuana y amapola a Estados Unidos.

Además de las capturas de ayer, en las inmediaciones de Iguala se encontró una nueva fosa común y se trata de establecer si podrían encontrarse algunos de los alumnos de la escuela de formación de docentes de Ayotzinapa desaparecidos por los policías y delincuentes luego de tomar por la fuerza tres colectivos para manifestarse.

A la fecha, suman cerca de 50 las personas capturadas por los hechos violentos registrados entre la noche del pasado 26 de septiembre y la madrugada del 27 en la ciudad de Iguala, en los que murieron 6 personas, 25 resultaron heridas y 43 estudiantes permanecen desaparecidos. La mayoría de los detenidos son policías municipales.

Los nuevos detenidos son policías del municipio de Cocula, que aceptaron haber retenido al grupo de estudiantes y posteriormente entregarlos entre los límites de los municipios de Iguala y Cocula a Guerreros Unidos, según informó el director de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República (PGR), Tomás Zerón.

El funcionario acusó a los policías de Cocula por cambiar el número de los patrulleros en los que fueron trasladados los estudiantes con la finalidad de no ser reconocidos. “Quien ordenó esta operación instruyó a la central de radio el cambio de bitácoras y el cambio de novedades correspondientes a la operación del día del evento y que se ocultara que estuvieron presentes en estos hechos”, evaluó. Entre los capturados también está el alcalde de Cocula, César Miguel Peñalosa Santana, del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI).

El jefe de Guerreros Unidos, Benjamín Mondragón, alias El Benjamón, se suicidó ayer a la madrugada al verse cercado por policías que procuraban detenerlo en Jiutepec, en el estado de Morelos, vecino a Guerrero, informaron fuentes no identificadas de la Comisión Nacional de Seguridad.

Peña Nieto aseguró que su gobierno encontrará a los responsables. “Estos lamentables hechos son un momento de prueba para las instituciones y la sociedad mexicana en su conjunto”, dijo ayer durante un discurso pronunciado con motivo del 61er aniversario del voto femenino en México. Dirigiéndose a las madres de los 43 estudiantes desaparecidos, el presidente reiteró que “no habrá impunidad” para los responsables del crimen. “Tengan la seguridad de que las dependencias del gobierno de la República están trabajando para localizarlos”, subrayó el mandatario, que desplegó a unos 900 policías, militares e investigadores en la zona.

En tanto, miles de estudiantes de distintos centros educativos mexicanos se sumaron a las protestas para que los jóvenes desaparecidos aparezcan con vida. Por segundo día consecutivo, alumnos de varias facultades y centros de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizaron un paro de clases para protestar por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. En una marcha en la que participaron miles de estudiantes junto a la biblioteca central de esta universidad, la más importante del país, se presentó también un grupo de compañeros de los desaparecidos.

En otros centros, como la Universidad Iberoamericana, aunque no se suspendieron las clases, también se llevaron a cabo actos de protesta y colectas para juntar fondos y enviárselos a las familias de los desaparecidos, jóvenes de bajos recursos, que permanecen en la escuela a la espera de noticias.