EL MUNDO › EN VíSPERAS DE LOS COMICIOS EN EE.UU., EL OFICIALISMO Y LOS REPUBLICANOS ENFOCARON AYER SUS ESFUERZOS EN LA PELEA POR LA CáMARA ALTA
Hoy, los estadounidenses deberán renovar las 435 bancas de la Cámara de Representantes, 33 de las 100 del Senado y los gobernadores de 36 de los 50 estados. Los sondeos proyectan una ventaja para los republicanos.
Los estadounidenses celebrarán hoy elecciones legislativas en las que el presidente Barack Obama pondrá en juego el control del Senado, el último bastión de poder que aún le queda en el Congreso a dos años del fin de su mandato. En vísperas de los comicios, el oficialismo demócrata y los republicanos enfocaron ayer todos sus esfuerzos en la pelea por la Cámara alta, que se definirá en un puñado de estados en los que, si bien las encuestas favorecen a la oposición, la carrera es demasiado pareja como para poder predecir su final. Con una leve ventaja en la mayoría de las proyecciones para esos estados, los republicanos, que ya tienen mayoría en la Cámara de Representantes, necesitan conseguir 6 asientos más que los 45 que tienen actualmente en el Senado para hacerse también de esta Cámara y, así, de todo el Congreso.
Los estadounidenses deberán renovar las 435 bancas de la Cámara de Representantes, 33 de las 100 del Senado y los gobernadores de 36 de los 50 estados, y todos los sondeos descartan que los demócratas de Obama tengan alguna posibilidad de arrebatar la Cámara baja a los republicanos.
Abocados así a defender el liderazgo en el Senado, el oficialismo aspira a movilizar al máximo a sus afiliados para que acudan a las urnas en un país donde el sufragio no es obligatorio, confiados en su conocido aparato de miles de voluntarios dedicados a realizar llamadas telefónicas y golpear puerta por puerta para persuadir a los vecinos de que voten y convencer a los indecisos. Según algunos analistas, la pérdida completa del Congreso asestaría un golpe casi mortal al margen de maniobra política de Obama en los dos años finales de su histórica presidencia, la primera de un mandatario afroamericano.
Además de verse incapacitado para impulsar reformas resistidas por la oposición, el presidente, en el poder desde 2009, podría enfrentar intentos de los republicanos de enmendar o derogar leyes como la reforma del sistema de salud o del sistema financiero, aprobadas en 2010 pese al rechazo de la oposición conservadora. Los demócratas afirman que esta elección aún no está perdida, pese al flojo desempeño electoral que el partido que ocupa la Casa Blanca suele tener en cualquier elección de mitad de mandato y al malestar de la población con el gobierno, que se ve reflejado en la baja popularidad de Obama, que promedia el 40 por ciento de apoyo entre los norteamericanos.
Dada su baja aceptación, Obama fue apartado de las campañas de los candidatos a senadores de los estados potencialmente más decisivos, y prefirió recorrer estados donde las peleas por las gobernaciones están más aseguradas. El fin de semana asistió a eventos en Connecticut y Pensilvania para apoyar a los candidatos a gobernadores. A su vez, los republicanos aprovecharon esta situación para convertir los comicios en un plebiscito sobre la gestión presidencial. “La elección será un referéndum sobre el presidente”, advirtió el fin de semana el senador republicano de Kentucky, Rand Paul, en entrevista con CNN.
El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró ayer que el Partido Demócrata mantendrá el control del Senado pese a que los sondeos favorecen a los republicanos. “No estoy de acuerdo con los que elaboran los pronósticos. Predigo que vamos a mantener el Senado”, afirmó el demócrata, también entrevistado por CNN. Según las últimas estimaciones, el partido opositor podría hacerse de hasta ocho asientos más en el Senado. Los estados que serán más decisivos para la composición de la Cámara alta son Alaska, Carolina del Norte, Colorado, Iowa, Kansas y New Hampshire, así como Georgia y Luisiana.
Con la particularidad que tienen las elecciones en Estados Unidos, donde todo se define sólo en una serie de estados mientras que en el resto ya se sabe por anticipado quién será el ganador, los partidos van moviendo recursos financieros según cómo les esté yendo a sus candidatos.
La contienda se sucede también a través de los avisos televisivos que cumplen un papel relevante, como en el caso de Colorado, donde en las últimas semanas el republicano Cory Gardner lanzó una serie de avisos contra el actual senador demócrata, Mark Udall, quien a su vez guardó sus municiones para el final del camino, que incluyó una propaganda dedicada exclusivamente al voto latino que en ese estado tiene una incidencia significativa.
En total se estima que este ciclo electoral generará costos por al menos 3,67 millones de dólares, lo que significaría apenas un poco más de lo invertido en los anteriores comicios de mitad de mandato, que tuvieron lugar en 2010, cuando la cifra llegó a los 3,63 millones de dólares, según datos aportados por el Center for Responsive Politics. En las últimas horas antes de la apertura de las mesas, los principales referentes de los partidos realizarán apariciones en persona en distintos estados. Mientras el ex candidato presidencial republicano Mitt Romney, que perdió las elecciones de 2012 con Obama, viajó ayer a Alaska, el ex presidente demócrata, Bill Clinton, llegó a Florida para apoyar al candidato a gobernador, Charlie Crist. El trabajo de salir y acercarse a los votantes incluirá a la primera dama, Michelle Obama, quien, mientras el jefe de Estado permanecerá en la Casa Blanca, en Washington, se encargará de estimular el voto de los demócratas en el vecino estado de Maryland.
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