EL MUNDO › VARIOS ESTADOS DECIDIRáN SI FLEXIBILIZAN LA VENTA Y EL CONSUMO
La cosa se pondrá especialmente intrigante en Alaska y Oregón, donde las iniciativas promarihuana buscan seguir el ejemplo de Washington y Colorado, dos estados en los que está aceptada la cannabis para consumo propio.
Las elecciones de hoy en Estados Unidos no sólo definirán la conformación del Congreso, también marcarán el futuro de la marihuana con fines recreativos y terapéuticos. En varios estados, los electores decidirán si quieren flexibilizar la venta y el consumo de marihuana. “Las posibilidades de que los electores aprueben al menos uno de estos referéndums son muy buenas”, dijo optimista Morgan Fox, vocera de la iniciativa Marijuana Policy Project. En los estados de Colorado y Washington, precursores en este sentido, es posible desde este año obtener libremente marihuana para consumo propio. La cosa se pondrá especialmente intrigante en Alaska y Oregón, donde las iniciativas promarihuana buscan seguir ese ejemplo. La idea es legalizar la cannabis para las personas de más de 21 años, regular y gravar la venta. Los electores de ambos estados rechazaron en el pasado la legalización. En la capital, Washington, se votará una iniciativa para permitir el cultivo y posesión de una pequeña cantidad de marihuana, mientras que la venta seguiría siendo ilegal. A pesar de que en julio fue descriminalizada la posesión de cannabis, los ciudadanos de Washington, que no son considerados los más “relajados” de los estadounidenses, probablemente no estén aún listos para una flexibilización a lo Amsterdam.
En 23 estados está despenalizado el consumo de marihuana con fines medicinales. La idea es que esa medida alcance a Florida. Las encuestas indican que sería así. Una legalización generalizada es, sin embargo, rechazada por los electores. En tanto, en el estado de Washington, se votará sobre gravar los ingresos legalizados por cannabis. “La implementación en Colorado y Washington fue exitosa desde todo punto de vista”, opinó Fox, que indicó que los promotores de la iniciativa en Alaska y Oregón quieren las mismas ventajas. La venta de marihuana podría ser sacada del mercado negro, regulada y sujeta al pago de impuestos. De acuerdo con las autoridades de Colorado, los consumidores legales aportaron al fisco entre enero y agosto 43 millones de dólares.
Los críticos señalan que esos montos resultan menos de lo esperado. El gobernador de Colorado, John Hickenlooper, opositor a la cannabis, cree que la legalización es “atolondrada”. Durante un debate en el marco de la campaña electoral, dijo que las consecuencias no fueron previsibles. En Alaska, el apoyo al consumo legal cayó, de acuerdo con la organización por la reforma en relación con la marihuana (Norml, según sus siglas en inglés).
Una encuesta indicó un retroceso de un 48 por ciento de aprobación en mayo a un 43 por ciento en septiembre. “Si esta encuesta es cierta, entonces la aprobación cayó en cuestión de meses”, escribió Keith Stroup, fundadora de Norml.
La legalización no es un asunto cerrado, según muestran las encuestas, aseguró Kevin A. Sabet, referente de los opositores de Smart Approaches to Marihuana (Un acercamiento inteligente a la marihuana o SAM, por sus siglas en inglés). Una encuesta del instituto conservador PRRI (The Public Religion Research Institute) muestra un apoyo nacional de sólo el 44 por ciento. “A la gente le queda claro que en la práctica la legalización no es esa fórmula mágica que les fue prometida”, dijo Sabet. Más allá de que todas las iniciativas procannabis sean aprobadas o no, un problema sigue en pie: a nivel nacional, la marihuana sigue siendo ilegal.
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