EL MUNDO › EN UNA ELECCIóN LEGISLATIVA MUY PELEADA, LOS CONSERVADORES SE ENCAMINABAN A CONTROLAR EL SENADO
Al cierre de esta edición, los republicanos se imponían en Georgia y Colorado, bancas que los demócratas necesitaban sí o sí en su improbable intento de retener la mayoría en la Cámara alta. Castigo para la gestión de Obama.
El Partido Republicano obtenía importantes victorias para lograr la mayoría en el Senado por un margen mínimo, en una elección que arrancó sin grandes sorpresas. La primera mala noticia para el presidente Barack Obama llegó desde el estado céntrico de Kentucky, donde fracasó la apuesta demócrata de intentar desbancar al jefe del Senado, Mitch McConnell, al que consideraban vulnerable. McConnell se impuso con más del 60 por ciento de los votos. Al cierre de esta edición, los republicanos se imponían en Georgia y Colorado, bancas que los demócratas necesitaban sí o sí en su improbable intento de retener la mayoría en la Cámara alta. Aunque el partido de Obama parecía cerca de ganar en otros estados clave, como Carolina del Norte y New Hampshire, mientras se esperaba la votación en los estados del oeste y un muy probable ballottage en Luisiana, las proyecciones parecían indicar que el partido opositor se acercaba a controlar las dos cámaras legislativas, ya que desde el 2012 los republicanos tienen mayoría en la Cámara de Diputados y en las elecciones de ayer confirmaron con holgura ese control.
La victoria republicana representaría un duro revés para el mandatario, que aun con mayorías propias en su primera presidencia tuvo muchas dificultades para imponer su agenda legislativa y que en los últimos dos años, con la Cámara baja en contra, prácticamente no logró consensos para leyes clave, como su prometida reforma migratoria y su reciente propuesta para reformar el sistema impositivo.
Un total de 206 millones de estadounidenses conforman el electorado de estas legislativas, pero solamente 145 millones estaban registrados para votar, según los últimos datos de la Oficina del Censo.
Si bien la batalla por el control del Senado, que renueva 36 de sus 100 escaños, se convirtió en el centro de la atención mediática, ayer se votó también sobre la totalidad de los 435 miembros de la Cámara de Representantes.
Los primeros datos dan reelecciones republicanas en Montana y Dakota del Sur y triunfos republicanos en Arkansas y Virginia Occidental, donde las bancas pertenecían a los demócratas, con lo que los conservadores sumarían los seis escaños que les faltan para ser mayoría en el Senado.
Además de la insatisfacción por la gestión de Obama, a pesar de un rebote en la economía y una caída en la tasa de desempleo, se suma el hecho de que en este tipo de elecciones no presidenciales los votantes tradicionalmente más afines a los demócratas, como los jóvenes y las minorías negra e hispana, suelen quedarse en sus casas.
Aunque las posibilidades de los republicanos permanecían intactas luego de conocerse los resultados de las primeras votaciones al cierre de esta edición, es posible que el control del Senado no se defina hoy, ya que puede ser determinante para ambos partidos lo que ocurra en Alaska, donde el recuento de votos puede durar varios días, debido a que la contienda está muy igualada y a la gran extensión de ese estado. El control del Senado puede permanecer incierto, incluso hasta enero si las carreras en Luisiana y Georgia obligan a celebrar una segunda votación en esos dos estados. En ambos, los candidatos necesitan hacerse con al menos la mitad más uno de los votos para ganar y evitar una segunda vuelta, que en el caso de Georgia no se celebraría hasta el 6 de enero, tres días después del inicio del nuevo período de sesiones del Congreso.
En tanto, los habitantes de 36 de los cincuenta estados que componen Estados Unidos acudieron ayer a las urnas para elegir a su gobernador. En la actualidad, hay 29 gobernadores republicanos y 21 demócratas, pero de los estados que estaban ayer en juego, 22 permanecían en manos de republicanos y catorce pertenecían a los demócratas. En el caso de los republicanos, el 95 por ciento se presentó a la reelección, mientras que el 80 por ciento de los demócratas buscaron un nuevo mandato, según el thinktank Hispanic Council.
Además, cuatro gobernadores no pudieron repetir en el cargo tras agotar los límites establecidos en cada estado –Jon Brewer (republicano, Arizona), Dave Heineman (republicano, Nebraska), Mike Beebe (demócrata, Arkansas) y Martin O’Malley (demócrata, Maryland)–.
Por su parte, otros tres gobernadores decidieron rechazar la reelección. Se trata del gobernador demócrata de Massachusetts, Deval Patrick; el demócrata de Rhode Island, Lincoln Chafee, y el republicano de Texas, Rick Perry.
Así las cosas, y teniendo en cuenta los primeros resultados a boca de urna, podría darse la circunstancia de que más de una decena de gobernaciones cambiaran de partido. Según Real Clear Politics (RCP), que hace un seguimiento de los distintos sondeos, hay doce estados donde la pugna está tan ajustada que no hay un ganador claro hasta que terminen de contabilizarse los votos. Se trata de Arkansas, Colorado, Connecticut, Florida, Georgia, Illinois, Kansas, Maine, Massachusetts, Michigan, Rhode Island y Wisconsin.
En cuanto a candidatos de origen hispano, Susana Martínez aspira a la reelección por Nuevo México, lo mismo que Brian Sandoval en Nevada. Martínez, quien se desempeña como gobernadora en turno, compite por el Partido Republicano. Su contrincante es el ex fiscal general Gary King, quien no logró subir en las encuestas previas a los comicios. Apenas alcanzaba el 38 por ciento de las preferencias contra un 51 de su contrincante.
Uno de los estados en donde el voto hispano cobra relevancia es Colorado, que representa entre el 12 y el 14 por ciento de los sufragios, factor que puede resultar decisivo. Mientras el demócrata John Hickenlooper iba arriba en las encuestas con el 46 por ciento de las preferencias, el republicano Bob Beauprez alcanzó el 44 por ciento en vísperas de las elecciones. De hecho, algunos medios y expertos calificaron esta contienda electoral como una de las más reñidas en Estados Unidos.
Otro de los estados en donde la elección a gobernador será de las más importantes es California. El actual mandatario estatal Jerry Brown, de 76 años, intenta reelegirse por un segundo y último período por cuatro años. Por el lado republicano está Neel Kashkari, de 41 años, quien trabajó para la tesorería de la nación.
Una de las contiendas que más curiosidad suscita es la de Florida. Allí, el ex gobernador Charlie Crist, que dirigió el estado como republicano, se enfrenta como candidato demócrata al actual gobernador, el republicano Rick Scott. De imponerse Crist, sería el primer gobernador en administrar un estado por los dos grandes partidos.
El presidente Obama se mantuvo alejado de las contiendas más reñidas del Senado para que su baja popularidad no perjudique a los aspirantes demócratas y participó en muy pocos actos públicos de campaña, aunque sí asistió en los últimos meses a numerosos actos de recaudación de fondos a lo largo y ancho del país.
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