Sáb 06.12.2014

EL MUNDO  › CEREMONIAS Y RECUERDOS EN EL PRIMER ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL LIDER SUDAFRICANO

El primer año sin Nelson Mandela

Desde un partido de cricket hasta una ofrenda en su monumento en Johannesburgo, el primer presidente democrático de Sudáfrica fue recordado con dolor y con comparaciones con la corrupción de hoy.

Sudáfrica recordó ayer al padre fundador de su democracia, Nelson Mandela, en el primer aniversario de su muerte, con dos actos oficiales de homenaje en Pretoria y otros muchos eventos en todo el país. A primera hora de la mañana, Graça Machel, viuda de Mandela, y compañeros de lucha contra el régimen segregacionista del apartheid, como Ahmed Kathrada, depositaron una ofrenda floral a los pies de la estatua dedicada al ex presidente, ubicada en el parque frente a los Union Buildings, los edificios del gobierno en la capital.

“No hay una sola persona o institución que pueda reivindicarse como custodio del legado de Mandela”, dijo Machel, al recordar la universalidad de los valores que representó Madiba, como se conoce popularmente al ex presidente. Pese a estar abierto al público, sólo unas decenas de sudafricanos se acercaron a los Union Buildings, donde hace poco menos de un año cientos de miles de personas desfilaron ante el cuerpo sin vida de Mandela para darle su último adiós.

“Compré unas flores para traerlas aquí y honrar los esfuerzos que hizo por nosotros”, dijo la estudiante Lusanda Mlambisa, quien llegó a Pretoria para guardar, a partir de las 10, los tres minutos de silencio nacionales decretados por el gobierno en señal de duelo.

Seis minutos y siete segundos antes de las diez, también por iniciativa del gobierno y en recuerdo a los 67 años que Mandela dedicó al compromiso político, los sudafricanos estaban llamados a hacer sonar sirenas, bocinas o silbatos hasta que empezara el minuto de silencio. Por eso, los presentes en los Union Buildings se agruparon bajo la estatua, hicieron sonar silbatos y entonaron canciones en honor a Mandela.

Las canciones también se escucharon en el Parque de la Libertad de Pretoria, donde continuaron los actos oficiales, y en Qunu, la localidad del sudeste del país donde creció y está enterrado Mandela, en una ceremonia llena de discursos, música y baile tradicionales con que rindieron homenaje al hijo pródigo del pueblo.

En el Parque de la Libertad estuvieron presentes representantes del gobierno, la sociedad civil y miembros de la familia Mandela. “Madiba estaría decepcionado por la corrupción”, afirmó su ex abogado y activista por los derechos humanos, George Bizos, en lo que pareció una referencia al actual presidente del país, Jacob Zuma, implicado en varios escándalos de abuso de poder y contra el que se presentaron en el pasado más de 700 cargos.

En un acto eminentemente institucional y con poca presencia de público, Bizos también destacó el respeto de Mandela por los tribunales, en otro misil claramente dirigido a Zuma, que está de viaje oficial a China y cedió el protagonismo al vicepresidente, Cyril Ramaphosa. Fue Ramaphosa, precisamente, quien presidió en Pretoria actos que incluyeron discursos y una ofrenda floral, con la participación de compañeros de Mandela en la lucha contra el apartheid. En un comunicado, Zuma describió el aniversario como “un día triste para nuestro país”.

En Estados Unidos, Barack Obama, que como Mandela es el primer presidente negro de su país, recordó ayer a Mandela como un “líder cuya lucha y sacrificios” han servido de inspiración a muchos, y recuerdan “la necesidad permanente de compasión, comprensión y reconciliación”. Obama y su esposa Michelle enviaron en un comunicado sus “pensamientos y oraciones a la familia Mandela y a todos los sudafricanos”. El presidente norteamericano pidió dedicar un momento a reflexionar sobre cómo la vida de Mandela inspiró las vidas de los demás y cómo “impactará en las trayectorias de las generaciones venideras”. Aunque Mandela “dejó atrás un mundo más justo y libre, hay mucho más trabajo por hacer”, reflexionó el mandatario. “En este día, y cada día, honramos su espíritu y su memoria”, concluyó Obama.

En Sudáfrica, las muestras de reconocimiento pudieron verse también frente a la casa de Mandela en el barrio de Houghton, Johannesburgo, en la que murió a los 95 años tras la larga enfermedad pulmonar que puso fin a sus días. Allí, en el mismo lugar donde hace un año desfilaron multitudes de sudafricanos para decir adiós al héroe nacional, algunos ciudadanos depositaron flores y tarjetas con mensajes de apoyo.

El acontecimiento más festivo del día fue a la tarde en el estadio Wanderers de Johannesburgo, donde los integrantes de las selecciones sudafricanas de cricket y rugby se enfrentaron en un partido para recordar a Mandela.

Tras pasar 27 años en la cárcel por sus actividades contra el apartheid, Mandela lideró junto al último presidente del régimen segregacionista, Frederik de Klerk, una impensada transición democrática, y se convirtió en 1994 en el primer presidente negro de la historia de Sudáfrica. Después de cinco años en el poder se retiró de la vida pública, dejando unas instituciones democráticas sólidas y sentando un precedente casi inédito entre los líderes de los movimientos de liberación africanos convertidos en presidentes.

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