EL MUNDO › EL ENCUENTRO DEL NIETO 116, HIJO DE ANA RUBEL Y HUGO CASTRO
La Conadi reconstruyó la identidad de Ana Rubel, quien parió en la ESMA. El Superior Rabinato intervino por el ADN.
“Esto es el ‘efecto Guido’. Después de encontrar a mi nieto al cabo de 36 años de búsqueda, muchos jóvenes se acercaron porque tenían dudas respecto de su verdadera identidad y uno de ellos resultó ser el nieto 116”, dijo la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en México, donde se enteró de que un nuevo hijo de desaparecidos recuperó su identidad.
“‘Entonces soy nieto’, exclamó el joven al oír la voz de mi hija (Claudia) cuando le confirmaba el resultado positivo del análisis de ADN”, contó la presidenta de Abuelas en el Pabellón Argentino de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en la que participa como invitada.
Su hija Claudia Carlotto, titular de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), contó que el nieto restituido número 116, hijo de los desaparecidos Ana Rubel y Hugo Alberto Castro, reaccionó con “mucha alegría” y con “los ojos brillantes por la conmoción” al conocer su verdadera identidad.
“Hoy es una persona hermosa, que brilla, sana física y psíquicamente. Está tomando esto con una calidez y una calma muy buenas”, dijo Carlotto sobre el encuentro que tuvo el jueves con el joven para informarle el resultado positivo de los análisis de ADN que establecieron su identidad.
Claudia Carlotto relató que el joven, de 37 años, supo que no era hijo biológico de quienes lo criaron dos meses atrás “por un comentario que le hicieron” y que inmediatamente quiso verificar la verosimilitud de la información acercándose a Abuelas de Plaza de Mayo. “No lo engañó su percepción”, dijo, al remarcar que el caso tuvo características “muy especiales”. “Demoramos muchos años en saber que a quien teníamos como Ana de Castro era Ana Rubel, porque cuando fue secuestrada no sabíamos que estaba embarazada”, aclaró Carlotto.
Recordó que la reconstrucción del caso “nos llevó unos cuantos años” pero por fin en el año 2000 pudieron dar con la familia de Rubel y guardar muestras de su sangre. “Ana fue una muchacha muy castigada dentro de la ESMA y tuvo a su bebé de manera muy espantosa pero con su valentía y la ayuda de las ex detenidas logra dar a luz en forma prematura al niño y no en buen estado. En esa condición, el bebé es llevado a un hospital sin que se pudieran encontrar registros sobre él. Nos hace feliz saber que está vivo y que sobrevivió”, concluyó.
Cuando la Conadi estableció que Ana Castro era Ana Rubel, la jueza María Servini de Cubría ordenó la exhumación de Regina Horowicz y León Rubel, los padres de la mujer desaparecida, para obtener muestras de ADN. En un primer momento, la Asociación Israelita de Resistencia se opuso a la medida e informó que las sepulturas en los cementerios judíos son sagradas. Pero el Superior Rabinato de la República Argentina dispuso luego que por la importancia del caso permitía la extracción de ADN sin mover la estructura ósea de las sepulturas.
“Una vez más brindamos por la libertad de un nuevo nieto que se atreve a conocer su verdad y alentamos a todos aquellos que puedan aportar información sobre posibles hombres y mujeres que estén en la misma situación. Esperamos de corazón que su decisión empuje a otros a acercarse y a encontrarse con sus familias que los buscan desde hace más de 37 años”, celebró Abuelas en un comunicado.
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