Lun 08.12.2014

EL MUNDO  › SON CUATRO SIRIOS, UN PALESTINO Y UN TUNECINO QUE FUERON RECIBIDOS CON ESTATUS DE REFUGIADOS

Seis ex presos de Guantánamo están en Uruguay

El presidente José Mujica advirtió que no aceptó la exigencia estadounidense de que permanecieran dos años en territorio uruguayo. “El primer día que se quieran ir se podrán ir.” Y definió la prisión como “un nido de secuestro”.

Seis ex detenidos de la base norteamericana de Guantánamo en Cuba –cuatro sirios, un palestino y un tunecino– llegaron en la madrugada de ayer a Uruguay, que los recibió como refugiados. El presidente José Mujica advirtió a la televisión pública uruguaya que no aceptó la exigencia estadounidense de que permanecieran dos años en territorio uruguayo. “El primer día que se quieran ir se podrán ir.” Los seis estuvieron sin condena ni juicio en una cárcel que Barack Obama promete cerrar antes de 2017, cuando termina su segundo mandato.

Se trata del primer traslado desde Guantánamo a un país sudamericano y el segundo a Latinoamérica, después de que El Salvador acogiera en 2012 como refugiados a dos presos uigures, que luego abandonaron el país.

“Uruguay recibe a seis personas que se encontraban privadas de libertad en la cárcel de la Base Naval de Bahía de Guantánamo” y “mantendrá respecto de ellos el más estricto apego a las normas de protección internacional humanitaria, de acuerdo con su solicitud de refugio”, señaló ayer la cancillería uruguaya en un comunicado.

Esto significa que va a “salvaguardar el derecho a la privacidad” de los refugiados, dijo una alta fuente del gobierno, que declinó dar más detalles sobre el operativo de llegada. Los ahora expresos son el tunecino Abdul Bin Mohammed Abis Ourgy, el palestino Mohammed Tahanmatan y los sirios Ahmed Adnan Ahjam, Ali Hussain Shaabaan, Omar Mahmoud Faraj y Jihad Diyab, quien se había declarado en huelga de hambre y acudió a la Justicia estadounidense para hacer valer su derecho a no ser alimentado a la fuerza. Tienen entre 30 y 40 años y formaban parte del primer grupo de detenidos que llegaron a Guantánamo en 2002, cuando Estados Unidos abrió la prisión, en el marco de su “guerra contra el terrorismo”, tras los atentados del 11 de setiembre de 2001. Sus liberaciones estaban pendientes desde 2009, cuando fueron declarados excarcelables por Estados Unidos debido a su baja peligrosidad.

Los seis hombres, que habían recibido su “aprobación para traslado” por parte de las autoridades norteamericanas, partieron desde la base de Guantánamo a bordo de un avión de la fuerza aérea de Estados Unidos el sábado a las 11 hora local, según el portavoz del Pentágono, Myles Caggins. El arribo a suelo uruguayo se realizó durante la madrugada y en medio de un estricto operativo de seguridad que incluyó una veintena de vehículos, según imágenes difundidas por la web del informativo Subrayado. Según el medio, que citó fuentes, “a primera vista (los refugiados) no mostraron señales de desnutrición y se los vio sonrientes al bajar del avión en la Base Aérea”. Los ahora expresos fueron trasladados al Hospital Militar de Montevideo para ser sometidos a chequeos médicos, agregó. Diyab, cuyo estado de salud es delicado, fue trasladado al Hospital Maciel.

Según anunció el propio Mujica, en Uruguay serán completamente libres, ya que Uruguay se negó a exigir que los ex reclusos se comprometieran a permanecer en el país por dos años, como se había informado inicialmente. “No es una cárcel, es un nido de secuestro”, así definió a Guantánamo Mujica, un ex guerrillero que llegó al poder en 2010 y cuyo mandato termina el 1 de marzo del año próximo. En septiembre, el semanario Búsqueda informó que dos de los liberados ya tienen trabajo asegurado: uno en la construcción y otro en tareas rurales. El Programa de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur) se encargaron de conseguirles vivienda y sus familias podrán ir a Uruguay.

En un carta abierta dirigida al pueblo uruguayo y al presidente Barack Obama, Mujica explicó su decisión como un gesto humanitario. “Recogiendo de nuestro mejor pasado la vocación de dar asilo, hemos ofrecido nuestra hospitalidad para seres humanos que sufrían un atroz secuestro en Guantánamo. La razón ineludible es humanitaria.” Desde que anunció su decisión en marzo, el presidente la defendió a capa y espada, pese a tener a más de la mitad de la opinión pública en su contra y ser duramente cuestionado por los partidos de la oposición. Un 58 por ciento de los uruguayos se mostró contrario a la llegada de los reclusos y apenas un 24 por ciento mostró su apoyó la decisión de Mujica, según una encuesta difundida en octubre por la consultora Cifra.

Al mismo tiempo, el mandatario uruguayo reclamó a Washington que liberara a tres cubanos –Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Gerardo Hernández, presos desde hace 16 años por espionaje– y al independentista puertorriqueño Oscar López Rivera, preso en Estados Unidos desde hace más de 30 años. Además, le recordó a Obama la necesidad de levantar el embargo establecido desde los años sesenta sobre Cuba.

Mujica había pospuesto la llegada hasta después de las elecciones para elegir a su sucesor, que se saldaron el 30 de noviembre con la victoria del representante de su partido, Tabaré Vázquez.

En total, 19 detenidos fueron repatriados o enviados a un tercer país desde comienzos de año, en un esfuerzo evidente de la administración Obama de acelerar las liberaciones para vaciar la prisión y cerrarla, como prometió en numerosas ocasiones el presidente norteamericano.

Luego de 13 años quedan ahora 136 detenidos en la controvertida prisión, de los cuales la mayoría no tiene cargos ni fue juzgado. Un total de 67 fueron calificados como “liberables” por las administraciones de George W. Bush y Obama (ver aparte).

Cliff Sloan, designado por el líder demócrata como su enviado especial para supervisar el cierre de la prisión, dijo que Estados Unidos agradece a Uruguay “esta acción humanitaria y al presidente (José) Mujica por su rol determinante para dar asilo a estos individuos que no pueden ser enviados a sus propios países”. “Este traslado es un paso importante en nuestros esfuerzos para cerrar esta infraestructura”, añadió. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, celebró la noticia y confió en que abra paso a “contribuciones similares de países del hemisferio” para lograr la clausura de la cárcel. Otros siete presos dejaron Guantánamo en noviembre. Obama prometió cerrar este controvertido penal antes de que concluya su mandato, en enero de 2017.

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