EL MUNDO › OBAMA Y CASTRO ANUNCIARON EL DESCONGELAMIENTO DE LAS RELACIONES ENTRE SUS PAíSES. GRAN IMPACTO CONTINENTAL POR LA NOVEDAD
Cómo se negoció el acuerdo. Los intereses que ponen en juego cada país. La liberación de los presos. El papel del Papa y Mujica. El efecto inmediato en Colombia y Venezuela. Muchos presidentes, CFK incluida, recibieron la noticia del acuerdo mientras sesionaban en la cumbre del Mercosur.
› Por Martín Granovsky
A las dos en punto de ayer, justo cuando la Presidenta rendía un homenaje personal a Pepe Mujica en Paraná, Telesur interrumpió la transmisión para pasar los discursos simultáneos de Raúl Castro y de Barack Obama. “Este es el inicio del fin de la Guerra Fría en el continente americano”, resumió el canciller de Chile Heraldo Muñoz. Castro y Obama habían informado que el martes dialogaron por teléfono y que gracias a la mediación del papa Francisco normalizarían sus relaciones diplomáticas. El hecho se produjo con Fidel Castro vivo.
A las doce y cuarto, el sistema de alertas del New York Times atribuyó a fuentes oficiales de los Estados Unidos la noticia de que Washington y La Habana entablarían conversaciones para reanudar sus lazos cortados hace 53 años. Poco después de la 1 se hizo público que los presidentes de ambos países harían el anuncio a la misma hora. A esa altura trascendía que el Vaticano tuvo un papel decisivo en las conversaciones y que Canadá fue la sede de las tratativas de alto nivel.
Un Castro sin teleprompter leyó su discurso con un retrato de José Martí detrás. Tras recordar las luchas cubanas por la independencia dedicó un párrafo a la reestructuración en marcha. “Ahora llevamos adelante, pese a las dificultades, la actualización de nuestro modelo económico para construir un socialismo próspero y sostenible”, dijo. Luego reveló que había hablado con Obama, informó sobre la liberación mutua de espías y prisioneros, agradeció al Vaticano y al Papa, expresó reconocimiento al presidente de los Estados Unidos y dijo: “Hemos acordado el restablecimiento de relaciones diplomáticas”.
En otra parte del mensaje marcó estos puntos:
- “El bloqueo que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar.”
- “Aunque las medidas del bloqueo han sido convertidas en ley, el presidente de los Estados Unidos puede modificar su aplicación en uso de sus facultades ejecutivas.”
- “Cuba reitera su disposición a sostener cooperación en los organismos multilaterales, como la Organización de las Naciones Unidas.”
- “Al reconocer que tenemos profundas diferencias, fundamentalmente en materia de soberanía nacional, democracia, derechos humanos y política exterior, reafirmo nuestra voluntad de dialogar sobre todos esos temas.”
- “Exhorto al gobierno de los Estados Unidos a remover los obstáculos que impiden o restringen los vínculos entre nuestros pueblos, las familias y los ciudadanos de ambos países, en particular los relativos a los viajes, el correo postal directo y las telecomunicaciones.”
Con teleprompter, como es de uso en los Estados Unidos, Obama dijo en un discurso que cerró con la frase “todos somos americanos” que “estos 50 años de aislamiento no han funcionado y es momento de cambiar de postura”. Opinó que “no creo que debamos hacer lo mismo durante otras cinco décadas y esperar un resultado distinto”.
Dijo también Obama:
- “Estados Unidos apuesta por una Cuba más libre y más próspera.”
- “No espero que los cambios que estoy anunciando hoy provoquen una transformación de la sociedad cubana de la noche a la mañana.”
- “Los cubanos nos han ayudado a construir Estados Unidos.”
- “Una política de compromiso con la isla puede ser mucho más eficaz que el aislamiento. No sirve a los intereses de Estados Unidos tratar de empujar a Cuba hacia el colapso.”
Martí estuvo presente en el discurso de Obama con una expresión parafraseada: “La libertad es el derecho de cada hombre a ser honesto. Yo estoy siendo honesto”.
El Papa siguió una política histórica del Vaticano de ayudar al fin del aislamiento de Cuba respecto de los Estados Unidos y dio un envión en octubre cuando recibió a un emisario de cada país. Ayer un comunicado del secretario de Estado vaticano (equivalente de un primer ministro) dijo que “el Santo Padre se complace vivamente por la histórica decisión de los gobiernos de los Estados Unidos de América y de Cuba de establecer relaciones diplomáticas, con el fin de superar, por el interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han marcado su historia reciente”.
“La Santa Sede continuará apoyando las iniciativas que las dos Naciones emprenderán para acrecentar sus relaciones bilaterales y favorecer el bienestar de sus respectivos ciudadanos”, señaló el texto de la Iglesia.
La noticia repercutió en vivo en la cumbre del Mercosur que se celebraba en Paraná. El venezolano Nicolás Maduro le confesó a Cristina Fernández de Kirchner, que presidía las sesiones, que había estado siguiendo los discursos de Castro y Obama por Twitter. Maduro aprovechó para calificar la decisión de Obama de “valiente” y reclamar contra el castigo diplomático que recibieron funcionarios venezolanos este mismo mes por parte de los Estados Unidos.
“Mando un inmenso saludo y profundísimo respeto al pueblo cubano, que en su dignidad supo mantener en pie sus ideales y hoy normaliza sus relaciones”, dijo la Presidenta.
Un paso clave fue el intercambio de prisioneros. Cuba liberó a Alan Gross, condenado en 2009 a 15 años de cárcel por participar de manera directa en “un proyecto subversivo del gobierno de los Estados Unidos para tratar de destruir la Revolución”, según dijo entonces un comunicado oficial. Gross llegó a Cuba en nombre de la DAI, Development Alternative Inc., una empresa contratada por el organismo norteamericano Usaid, Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, para desplegar un programa de Internet.
No fue casual que también ayer renunciara a su cargo el administrador general de Usaid, el norteamericano de familia india Rajiv Shah.
La Usaid fue la agencia utilizada por los Estados Unidos en Bolivia para interferir en la política interna, según acaba de documentarlo la serie disponible en YouTube Invasión USA.
Por el lado norteamericano, el gesto fue la liberación de tres de los agentes cubanos integrantes del llamado grupo de Los Cinco. “Como prometió Fidel en julio del 2001 cuando dijo volverán, arribaron hoy a nuestra patria Gerardo (Hernández), Ramón (Labañino) y Antonio (Guerrero)”, dijo ayer Raúl Castro en su discurso. Los tres completaron la liberación de los espías cubanos colocados por La Habana en los Estados Unidos para desmantelar una red terrorista. Antes habían sido devueltos a Cuba René González y Fernando González.
El secretario de Estado John Kerry reveló por la tarde que ya se había reunido con Gross. “Nuestra política no solo aisló a Cuba sino que aislamos a los Estados Unidos”, dijo Kerry. “Hasta restablecimos la paz y la normalización con Vietnam y funcionó”, añadió. “Y eso que allí murieron miles de estadounidenses, cosa que no ocurrió en Cuba.”
Kerry anunció que viajará a La Habana. El aviso parece parte de una andanada política prevista por el Ejecutivo norteamericano a falta de un Congreso adicto y en vistas del lanzamiento como candidato republicano para 2016 de John Ellis “Jeb” Bush, hermano e hijo de los presidentes George Bush. Jeb fue gobernador del Estado de Florida entre 1999 y 2007. “No creo que debamos negociar con un régimen represivo para hacer cambios en nuestra relación”, reaccionó ayer de inmediato. Florida es el Estado con mayor población de origen cubano en los Estados Unidos, y por lo tanto, con mayor proporción de votantes de ese origen. Sin embargo, Obama viene apostando a la consolidación de las tradiciones electorales según las cuales los hispanos votan, cuando votan, en un 80 por ciento a los demócratas. Los hispanos pasaron de 35 millones de personas en 2009 a 53 millones en 2012. El origen mayoritario no es cubano sino mexicano, de modo que la oposición a Fidel y Raúl Castro dista de ser un tema y, más aún, se fue diluyendo con el cambio de composición demográfica.
Aunque faltan dos años para las próximas elecciones presidenciales, entre los demócratas ya se perfiló la postulación de la ex secretaria de Estado Hillary Clinton.
Si el escenario de noviembre 2016 fuera Hillary versus Jeb, con la medida que acordó ayer Obama más la legalización de millones de hispanos habrá permitido a su candidata beneficiarse de una medida como el blanqueo migratorio y evitarse un choque con el poderoso lobby cubano anticastrista.
La exposición pública de Bush despertó el primer debate sobre su papel como gobernador de Florida. El Nobel de Economía Paul Krugman escribió que su período coincidió con la burbuja inmobiliaria en su pico máximo de expansión artificial.
El anuncio tuvo un efecto dominó también sobre Colombia, donde el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla vienen dialogando nada menos que en La Habana. “Esto va a repercutir positivamente en todo el hemisferio”, se alegró Santos. “Me ofrezco a colaborar con Estados Unidos y con Cuba para los próximos pasos”, ofreció en un discurso público. Al atardecer, sus palabras fueron seguidas por el anuncio de un cese del fuego unilateral e indefinido por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y del Ejército Popular.
Quizá como parte de la preparación del acuerdo, el Instituto de Relaciones Internacionales Raúl Roa, que forma a los diplomáticos cubanos bajo la dirección de la ex vicecanciller Isabel Allende Karam, homenajeó el martes en La Habana al diplomático estadounidense Wayne Smith.
“Mi relación con Cuba ha sido un romance desde el principio”, dijo Smith. Recordó que había llegado a Cuba en 1958 como tercer secretario de la embajada de los Estados Unidos, es decir el primer escalón de la carrera profesional. Estaba en La Habana el 1º de enero de 1959, cuando triunfó la revolución, y dejó la isla dos años después, cuando los dos países rompieron relaciones. Volvió a Cuba en 1979, designado por el presidente Jimmy Carter como jefe de la nueva Sección de Intereses en La Habana, un virtual consulado. Pero el triunfo del ultraconservador Ronald Reagan y su asunción presidencial en 1981 acompañado por el general Alexander Haig como secretario de Estado tronchó la flexibilización en marcha.
Smith, que también estuvo en la embajada norteamericana en Buenos Aires, llegó a recibir la noticia de que los cubanos habían parado el suministro de armas a grupos guerrilleros en América Central. “Los cubanos esperaban así que pudiéramos retomar el diálogo”, contó Smith. Y narró también: “Transmití la información al Departamento de Estado y pregunté si disponíamos de pruebas que contradijeran la declaración de las autoridades cubanas sobre las armas. Si no era el caso, sugerí que sería bueno retomar el diálogo pues había muchos temas que resolver. Tuve que mandar varios cables y tuve que esperar varios meses antes de recibir una respuesta de Washington. El Departamento de Estado me informó que no disponía de ninguna prueba que contradijera la declaración de los cubanos respecto del suministro de armas a América latina. Pero en el mismo correo se me informaba que la Casa Blanca no tenía ningún interés en proseguir el diálogo con Cuba”.
En más de 50 años fueron muchas las figuras que terciaron en favor del término del embargo y la normalización de relaciones. Junto al Papa, en la última etapa un dirigente clave fue el presidente uruguayo, quien recibió de Obama en abril del año pasado el pedido de transmitirle a Castro un mensaje conciliatorio. Lo hizo en Bolivia y así contribuyó al diálogo que se hizo público justo en el instante en que, ayer, recibía el agradecimiento de sus amigas y amigos jefas y jefes de Estado del Mercosur.
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